1oTrimestre13 | PROTECCIÓN LABORAL 74 Chile apuesta por la protección bién han supuesto un descenso en el núme- ro de incendios y explosiones en las minas durante las últimas décadas. También cabe puntualizar que la mayoría de derrumba- mientos son provocados por incendios o explosiones. ·Prevención de incendios La seguridad en este tipo de accidentes se basa principalmente en la prevención. Generalmente se requiere el uso de medidas de seguridad de sentido común (no fumar, instalación de extintores, instalación de detectores de gases...) Por otro lado, tam- bién se requieren medidas de seguridad más complejas y específicas basadas en la limita- ción de las fuentes de ignición, limitación de las fuentes de combustible y la limitación de los contactos entre el combustible y la fuen- te de ignición. Gases Los gases constituyen graves peligros para los trabajadores de las explotaciones mine- ras subterráneas, por este motivo el perso- nal debe tener conocimiento de las caracte- rísticas y daños que pueden causar. Algunos gases no son tóxicos para el ser humano, pero pueden resultar letales al desplazar el oxígeno, un buen ejemplo de ello es el nitró- geno. Otros gases, en cambio, pueden ser tóxicos por inhalación, como el monóxido y dióxido de carbono (además de propagado- res de deflagraciones), los sulfurosos, y otros como el gas grisú pueden resultar fata- les al ser reactivos y provocar explosiones. Por tanto, los mineros requieren conoci- mientos básicos sobre los instrumentos y sis- temas de detección de gases, así como cono- cer las limitaciones de los distintos aparatos. Los más importantes que aparecen de forma natural son el metano (grisú) y el sulfuro de hidrógeno en las minas de carbón, y el radón en las de uranio (radioactivo). Partículas volátiles Los mineros se ven expuestos a inhalar cons- tantemente polvo derivado de operaciones de trituración, moledura, perforación u otras técnicas que generan nubes de partícu- las diminutas en suspensión. El peligro de exposición puede producirse en cualquier explotación minera, ya sea a cielo abierto o subterránea. La dispersión de la sílice puede ser producida por el viento, el desplaza- miento de maquinaria rodada, o el movi- miento de tierras. El polvo de sílice recién triturado resulta más activo y perjudicial. Debido a una exposición excesiva, la sílice provoca silicosis, una neumoconiosis típica que se desarrolla internamente tras muchos años de exposición. La exposición intensiva puede producirla en pocos meses, provo- cando un deterioro significativo o incluso la muerte en el transcurso de pocos años. La exposición a la sílice también aumenta el riesgo de contraer tuberculosis, cáncer de pulmón, escleroderma, lupus sistémico y artritis reumática. El polvo de las minas de carbón provoca neumoconiosis minera y contribuye a la apa- rición precoz de enfermedades crónicas en vías respiratorias, como bronquitis crónica o enfisemas pulmonares. Cuanto mayor es la ¡Viven! (accidente de la mina San José) El derrumbe de la mina de San José, ocurrido el 5 de agosto de 2010, dejó atrapados a 33 mine- ros a 720 metros de profundidad, durante 70 días. El yacimiento, explotado por la compañía San Esteban Primera S. A., está situado a 30 Km al noroeste de la ciudad chilena de Copiapó. Las labores de rescate comenzaron la misma noche del accidente. Se inició la planificación y se aseguró el área mediante reconocimiento de la mina, a la vez que se buscaban puntos de acce- so. Al día siguiente, grupos de rescatadores empezaron a trabajar para lograr el acceso a la mina a través de una chimenea de ventilación. Tan sólo dos días después del primer derrumbe se produjo otro, requiriendo máquinas pesadas para poder avanzar. El despliegue de recursos económicos y logísticos tanto nacionales como internacionales no había tenido precedente. Tras 17 días sin noticias, hubo constancia de que los mineros seguían con vida. Se pusieron en marcha tres planes de rescate, cada uno con maquinaria diferente. Tras 33 días de perforacio- nes y varios problemas técnicos, la máquina Schramm T130 (plan B) consiguió romper fondo a 623 metros de profundidad. Se decidió encamisar parcialmente la perforación. El encamisa- do, alcanzó los 56 metros. El rescate comenzaría a las 00:00 horas del 13 de octubre, con una duración total de 48 horas. Se estima que la intervención costó entre 10 y 20 millones de dóla- res, un tercio de los cuales fueron recaudados por donación privada, y el resto por el estado de Chile. Hasta el momento, es el mayor y más exitoso rescate de la historia de la minería mundial, además de haber sido el más importante de la historia de Chile. 83