Seguridad en altura PROTECCIÓN LABORAL 73 | 4oTrimestre12 El síndrome ortostático: actuación y prevención Actualmente, son muchas las actividades que requieren del uso del arnés, como puede ser la escalada o el barranquismo, pero también se utiliza como elemento de seguridad en el mundo laboral para realizar trabajos en altura donde pueda existir riesgo de caída, como torres eléctricas, de telecomunicaciones, edificios... La detención de la caída puede provocar en la persona lo que se conoce como el sín- drome del arnés o síndrome ortostático. Rescate y tratamiento Lo primero es ejecutar un rescate rápido (es recomendable que la actuación se pro- duzca en los primeros 10 minutos). Tras socorrer a la víctima, se la colocará en posición horizontal durante toda la manio- bra, utilizando una camilla de rescate como la que mostramos. Una vez se ha colocado la camilla de forma horizontal, hay que desbloquear y descolgar a la per- sona del arnés, evitando siempre una libe- ración brusca. Concluido el rescate, se recomienda colo- car a la persona en posición semi-sentada, en “cuclillas” o agachada. Si la víctima está inconsciente, y una vez que se ha descarta- do que sufra algún tipo de compresión res- piratoria, se la debe colocar en posición La caída de una persona y la posterior actuación del arnés pueden no ser la parte más peligrosa del accidente. Si, al actuar el arnés, su portador queda incons- ciente, con imposibilidad de moverse e iner- te, puede sufrir el llamado ‘síndrome del arnés’ o ‘síndrome ortostático’. ¿Qué es y cuáles son los síntomas? Cuando la suspensión de un arnés no se prolonga demasiado no provoca más que molestias debido a la presión de las corre- as del arnés sobre el cuerpo. Y gracias al movimiento que se pueda hacer con las piernas se puede aguantar, sin complica- ciones, bastante tiempo en esta situación. El problema surge cuando la persona queda inconsciente (ya sea por un golpe, agotamiento...) y está un largo periodo de tiempo en suspensión e inerte. En esta situación se unen dos factores: sus- pensión e inmovilidad. Ello provoca una mayor concentración de sangre en las pier- nas (se calcula que un 60%), ya que las cin- tas del arnés actúan, a modo de torniquete, impidiendo total o parcialmente la circula- ción de la sangre hacia el corazón y, en consecuencia, hacia el resto de órganos. ·Síntomas Cuando una persona empieza a sufrir este síndrome, lo manifiesta con nauseas, vérti- gos, zumbidos auditivos, sudoración, pér- dida de visión, hormigueo en las extremi- dades, palidez, debilidad... Existe asimismo la posibilidad de de que se pro- duzca un ‘shock hipo-volémico’, es decir, una acusada falta de sangre en diversas zonas del cuerpo debido al pobre riego sanguíneo que provoca la opresión que ejerce el arnés sobre las piernas. Esto, junto a una severa compresión respirato- ria, puede conducir a la víctima a la muer- te, si no se actúa con rapidez. De ahí las escasas posibilidades de supervivencia cuando la suspensión sin movimiento se prolonga más de dos horas. 68