3oTrimestre12| PROTECCIÓN LABORAL 72 Espacios confinados de conciencia y muerte en pocos minutos. -Menos de 6%. Respiración espasmódica, movimientos convulsivos, parada respira- toria, muerte en pocos minutos. -0%. Inconsciencia en dos inhalaciones, muerte en pocos minutos. Aun así, conviene saber que las concentra- ciones bajas de oxígeno provocan normal- mente desvanecimientos casi instantáneos sin signos previos que adviertan del peligro. Los compuestos conocidos como “Asfixi- antes simples”, tales como metano (CH4), etano (C2H6), nitrógeno (N2), argon (Ar), etc., no presentan efectos fisiológicos sig- nificativos por sí mismos. No obstante, cuando se encuentran en concentraciones elevadas, desplazan al oxígeno del aire, reduciendo su contenido en el ambiente con las consecuencias indicadas. El anhídrido carbónico (CO2) a altas concen- traciones tiene efectos fisiológicos propios: -Un 2% en volumen produce alteración del ritmo respiratorio. -Un 3%, ligera narcosis y disminución de agudeza visual. -Un 5%, dificultad respiratoria notable, y dolores de cabeza. -A concentraciones mayores, los efectos se suman a los correspondientes al emprobec- imiento de oxígeno que conllevan. También debe tenerse en cuenta que el anhídrido carbónico presente en los recin- tos confinados puede haberse formado a expensas del oxígeno del ambiente, por ejemplo por fermentaciones aerobias, por lo que la concentración de oxígeno puede ser muy inferior a la que correspondería por un simple desplazamiento. Prevención de los riesgos por atmósferas peligrosas en espacios confinados Las medidas de prevención básicas en espacios confinados incluyen: -Siempre que los medios técnicos lo permi- tan, realizar los trabajos desde el exterior del espacio confinado. -Establecer por escrito Procedimientos de Trabajo o Permisos de Entrada, en los que se indique las prevenciones concretas a adoptar en cada intervención. -Antes de entrar en un espacio confinado, evaluar las condiciones de explosividad, contenido de oxígeno y toxicidad de su atmósfera interior, y proceder en conse- cuencia. Como norma general, esta valo- ración deberá continuarse mientras dure la permanencia en el recinto. -Antes de entrar y mientras permanezca personal en el interior, ventilar adecuada- mente el recinto, reforzando la ventilación natural con equipos de ventilación forza- da, siempre que sea necesario. -Tener dispuesto para el uso y en su caso utilizar equipos respiratorios aislantes de protección individual que permitan respi- rar al usuario independientemente de la atmósfera interior. -Mantener de forma permanente personal de vigilancia en el exterior, con preparación y equipo suficiente para prestar ayuda y lograr un rescate eficaz en caso de emergencia en el interior. -Evacuar inmediatamente el recinto cuan- do se observen las primeras señales de alar- ma, tanto por los aparatos de medición, como por síntomas fisiológicos de malestar, indisposición, sensación de calor, etc., o como por cualquier otra causa que indique la propia experiencia. Propuesta de procedimientos de trabajo (planes de trabajo) Junto con las oportunas medidas preventi- vas, la clave de la seguridad en los espacios confinados reside en un plan de trabajo previamente elaborado. Al respecto, la Guía de Osalan señala que tanto “por razones legales como técnicas, en las inter- venciones en los espacios confinados resulta imprescindible disponer previa- mente de procedimientos de trabajo, donde se especifiquen claramente las condiciones en las que deben realizarse las operaciones para que los posibles riesgos existentes, se eviten o queden controlados adecuadamente”. La elaboración de Procedimientos de Tra- bajo para las intervenciones en espacios confinados tiene unas exigencias muy diferenciadas de las correspondientes a los destinados a operaciones en lugares de tra- bajo convencionales, muy especialmente en lo relativo al control de las exposi- ciones a atmósferas peligrosas y al auxilio de los posibles accidentados. En ocasiones, el trabajo en espacios confinados obliga al uso de equipos de respiración asistida En estos recintos la atmósfera puede degradarse fácilmente por causas que en ambientes normales carecen de transcen- dencia, por lo que la situación de peligro resulta poco intuitiva. Así, pequeñas canti- dades de gases, vapores o líquidos pueden generar atmósferas asfixiantes, explosivas o tóxicas de forma paulatina o súbita tanto por el contenido del recinto, como por el trabajo realizado, e incluso llegar a él procedentes de lugares del entorno aparentemente independientes, pero que en realidad están perfectamente comunica- dos por vías muy características del sub- suelo: canalizaciones, flujos de agua, fisuras del terreno, etc. Y no valen los planes genéricos. Osalan aduce al respecto que “resulta impre- scindible elaborar Procedimientos de Tra- bajo individualizados para cada espacio confinado y para cada tipo de trabajo a realizar en él, desistiendo de cómodas gen- eralizaciones que en la práctica podrían conducir a situaciones no deseables de sobreprotección, o lo que resultaría más grave, de protección insuficiente. Sólo la experiencia contrastada permitirá su extensión a intervenciones similares, intro- duciendo, si es preciso, las modificaciones oportunas. La Guía dedica un capítulo para exponer un método de elaboración de Proced- imientos de Trabajo para estas interven- ciones, y que está basado en las siguientes cinco etapas: 115