3oTrimestre12 | PROTECCIÓN LABORAL 72 Congresos, jornadas y eventos Arrinconar prejuicios y estigmas Desde la Conferencia de Beijing, varios países han adoptado legislaciones para prevenir el comportamiento abusivo en contra de las mujeres y asegurar la igualdad de género en el lugar de trabajo. Con ese fin, los gobiernos han elaborado políticas y proyectos que utilizan redes locales, nacionales e internacionales para facilitar información, tecnología, créditos y capacita- ción a las empresarias, así como programas encaminados a mejorar la educación de las mujeres. Uno de los temas que más preocupa es que la función reproductora de las mujeres ha seguido siendo percibida como un estigma en el mercado laboral. En un esfuerzo para promover un cambio de actitud, algunos gobiernos han adoptado políticas para armoni- zar las responsabilidades laborales y familiares en pugna. La conclusión es que en pleno siglo XXI todavía son de actualidad los estudios que anali- zan la incorporación de la mujer al mercado de trabajo. El panorama ha mejorado consi- derablemente en los últimos años, pero, aún así, hay peculiaridades del mercado de tra- bajo que establecen claras diferencias entre géneros. -La persona que logra conciliar obtiene un “salario emocional”, que se sustancia en autonomía, desarrollo personal, implica- ción, satisfacción con el trabajo. A modo de conclusión, conviene insistir en la necesidad de compartir trabajo y vida cotidiana dentro de una nueva cultura orga- nizativa del trabajo. Asimismo, es necesario vencer prejuicios y mitos anticuados, pues conciliar no es una cosa de mujeres para mujeres, sino de trabajadores en general. Otro mito a desterrar es el del trabajo pro- ductivo (supuestamente lo ejecutan los hombres) y el trabajo reproductivo (lo eje- cutan las mujeres). La modernidad de los tiempos reclama la corresponsabilidad en el intercambio de roles, hasta donde sea posible. Finalmente, es de todo punto necesario practicar una prevención global o estructural, que abandone el foco que tiene puesto en el espacio (lugar de traba- jo), para centrarlo en las personas. Al fin de cuentas, se previene para procurar el bie- nestar de las personas. Trabajo femenino y ergonomía Si hacer prevención ergonómica en la empresa es difícil, introducir la cuestión de género en la ergonomía aún lo es más, recor- dó la ponente. La ergonomía es la adaptación del entorno a las personas: hay que adaptar los puestos, las tareas y la variabilidad de las personas que están trabajando (diferentes edades, condiciones psico-físicas, etc.). De hecho, la ergonomía ‘sensu stricto’ –y bien practi- cada- ya tiene en cuenta dicha variabilidad. La adaptación se tendría que llevar a cabo –como siempre- en la fase de proyecto, es decir, en el momento de diseñar los espa- cios, lugares de trabajo, herramientas, equi- pos, tareas... Todo ello considerando las necesidades –incluso expectativas- físicas y mentales de las personas que han de trabajar en el puesto en cuestión. Que las mujeres ocupan trabajos con riesgo ergonómico es una obviedad. Sus lesiones prevalentes son el síndrome del túnel carpia- no (muñeca), inflamación de las articulacio- nes, tendinitis, bursitis, epicondilitis, cervical- gias y lumbalgias, dependiendo del sector de actividad y los factores individuales. Sobre la adecuación de las herramientas, cabe puntualizar que debe hacerse una gran mejora en el diseño de los EPI y la ropa para adaptarlos a la variabilidad de la mujer. Los EPI, diseñados y pensados para los hombres, deben cambiar, y ello sólo implica tener en cuenta los datos antropométricos de las mujeres. Para empezar a hacer ergonomía en la empresa, teniendo en cuenta la peculiaridad femenina, pueden seguirse sencillas pautas: -Introducir pausas y ritmos pensados desde la perspectiva del género del trabajador. -Impartir formación sobre hábitos posturales (higiene postural) en el puesto de trabajo. -Potenciar el ejercicio físico de las trabajado- ras con vistas a una función equilibradora / compensadora, que no tiene otro objeto que evitar la lesión por sobre-esfuerzo, postura forzada o movimiento repetitivo. -Efectuar las evaluaciones de riesgos que establece la Ley de Prevención de Riesgos Laborales desde la perspectiva del género del trabajador. Ello se complementará con la vigilancia de la salud. Las herramientas son de sobra conocidas, lo que falta es voluntad y constancia en su aplicación. Las enfermedades profesionales femeninas Aunque existe infra-registro sobre las E. P. (enfermedades profesionales, especialmen- te en el caso de las mujeres), las dolencias profesionales de las féminas españolas están claras, teniendo prevalencia las que están relacionadas con la salud mental (anímico- emocional, con una incidencia del 72% del total), las lesiones musculo-esqueléticas, dis- fonías y laringo-patías (86,3%), y los trastor- nos de la salud reproductiva. Las áreas de trabajo ‘femeninas’ se caracterizan por unas condiciones acumulativas de movimientos repetitivos. De hecho, esta patología es fre- cuentemente catalogada como “enfermedad femenina”. El efecto acumulativo desvela una frecuente asociación con otras patologí- as tendinosas, que afectarían principalmen- te a las muñecas y los miembros superiores. La explicación del fenómeno –que no está plenamente clarificada- tendría que ver con el patrón antropométrico (tamaño) de la mujer, su fuerza muscular, capacidad aeró- bica, etc. Pero los problemas mayores de las mujeres trabajadoras obedecen a una conca- tenación de factores (doble rol, elementos emocionales o que las mujeres son más explícitas a la hora de expresar sus proble- mas). Con todo, concluyó el ponente, no existen estudios con base científica acredita- da que permitan atribuir ciertas dolencias ‘exclusivas’ a las mujeres, sólo contamos con las tendencias ya señaladas. En cual- quier caso, el género puede ser un factor diferenciador en la forma de enfermar por causa del trabajo. Y con una fuerza laboral que es en un 45% femenina, ignorar la pers- pectiva de género es como ignorar el merca- do. Entre otros, los fabricantes de EPI pue- den tomar buena nota. 113