Ergonomía laboral PROTECCIÓN LABORAL 72 | 3oTrimestre12 La seguridad y la salud son una inversión La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (ASST) ratifica en su último informe anual que los recursos económicos destinados a mejorar la seguridad y salud en el trabajo constituyen una inversión y no sólo por razones éticas, sino también económicas, pues “un buen sistema de SST es un buen negocio”, afirma Christa Sedlatscheck, directora de la Agencia. En su primer informe anual al frente de EU-OSHA, la doctora Sedlatschek se refiere a las pre- siones que llevan a reducir la inversión en seguridad y salud en el trabajo en un clima eco- nómico difícil. “Para muchas empresas, se trata de sobrevivir empresarialmente. Pero, hoy más que nunca necesitamos defender un ‘trabajo de calidad’ en lugares de trabajo seguros y saludables”, enfatiza la directora de la ASST. Si la ergonomía –como sostiene una de sus definiciones- es adaptar el trabajo a la persona, y no a la inversa, la actual situación socio-laboral no deja de vulnerar los conceptos básicos de la Ergonomía y la Psicosociología. El miedo a perder el trabajo pesa hoy demasiado entre los trabajadores, afectando a su salud. La Encuesta de Riesgos Psicosociales en España, realizada por ISTAS (Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud) en 2010, señala que las restructuraciones empresariales que comportan ajustes de plantilla se relacionan con mayores niveles de exposición a riesgos psicosociales entre los “supervivientes”. Los planes de ajuste de plantilla (PAP) provocan un menor ejercicio de los derechos en las empresas donde no existe representación sindical. Un 44% de las personas que pasaron por un proceso de ajuste de plantilla se encuentra en el peor nivel de exposición en justicia per- cibida, según dicho estudio. No coger la baja en caso de enfermedad o no ir al médico cuan- do fue necesario afectó al 18 y 16%, respectivamente, de los trabajadores que habían pasa- do por un PAP. También se resienten la salud mental y la seguridad laboral. 110 habituales como debieran. Y esto no es sólo en el ámbito laboral, sino que es aplicable a todas las actividades de la vida diaria. ¿Hay algún ‘vicio’ postural que le preocu- pe especialmente entre los que observa frecuentemente por su trabajo como ergónoma? Detrás de cada postura viciada hay una con- ducta insegura, y esto es lo que más me preo- cupa. Las conductas de riesgo, bien sea por desinformación o despreocupación, son tarde o temprano una lesión potencial. Esto demuestra la importancia de fomentar con- ductas seguras y potenciar el cambio de hábi- tos, dando las herramientas a los propios tra- bajadores para tomar conciencia de la situación y del papel que ejercen sobre su pro- pia salud. Desde un punto de vista ergonómico, ¿la mejor postura es la que dura menos tiempo? No necesariamente. Hay posturas que duran segundos pero que se repiten a lo largo de la jornada y la musculatura impli- cada puede entrar en fatiga; entonces tene- mos un riesgo de lesión por movimiento repetitivo. Por lo general, la postura más protectora suele ser la más funcional (la más próxima a la posición neutra de los diferentes segmentos corporales). La Ergonomía y, sobre todo, la Psicoso- ciología, ¿son los ‘parientes pobres’ de la prevención, al menos en nuestro país? Sin duda. Durante mucho tiempo se priorizó la implementación de medidas preventivas en aquellos riesgos llamativos y evidentes a sim- ple vista, como pueden ser: caer por las esca- leras por falta de barandilla, atrapamientos con máquinas o contacto directo con produc- tos químicos (correspondientes a las discipli- nas de seguridad e higiene). En cambio, aque- llos riesgos imperceptibles a simple vista han pasado por desapercibidos hasta ahora. La cir- cunstancia de crisis actual y el, cada vez mayor, envejecimiento de la población ponen en manifiesto la importancia de establecer modelos preventivos que aborden los riesgos ergonómicos y psicosociales para fomentar el bienestar entre la población trabajadora. ¿Cómo explicaría a un no-prevencionista que la ergonomía necesita un abordaje incluso desde la perspectiva del género? ¿Nos lesionamos de forma diferente hombres y mujeres? Efectivamente, hombres y mujeres tenemos unas dimensiones corporales diferentes, fun- cionamos de forma distinta en cuanto a gene- rar fuerza muscular y resistencia física, y el metabolismo y cambios hormonales pueden llevar a favorecer la aparición de LME en situa- ciones de riesgos no controlados. En muchos casos se tiene la idea preconcebi- da erróneamente de que los puestos ocupa- dos por mujeres son físicamente más ligeros, y tradicionalmente los riesgos se han evaluado tomando como perfil el género masculino. Esto provoca que los riesgos deban ser abor- dados de forma distinta, ya que hombres y mujeres se lesionan de forma diferente, entre otras razones, porque hay claramente una ocupación sectorizada por género. Por ejem- plo, existen más mujeres en el sector sanita- rio, atención al usuario, etc. Es obvio, pues, que las diferencias físicas entre hombres y mujeres haga necesario un abordaje de la ergonomía teniendo en cuenta el género de la persona. ¿Puede hacerse prevención desde un des- pacho, o hay que ponerse un mono de trabajo, si es preciso, y bajar al tajo? Para identificar riesgos y valorarlos, se deben conocer muy de cerca los puestos de trabajo (actividad, tareas, funciones), las condiciones del entorno (espacio y diseño) e incluso ver las diferentes maneras de hacer (hábitos indi- viduales) y otros aspectos organizativos (des- cansos, rotaciones...). Un técnico debe, si es necesario para comprender la magnitud del riesgo, ponerse en el lugar del trabajador. A