Espacios confinados PROTECCIÓN LABORAL 71 | 2oTrimestre12 100 Guía Osalan: conocimiento del riesgo El prólogo de la primera edición de la Guía de Osalan ya citada indicaba que la misma nació con “el objetivo fundamental de ofre- cer a los responsables de la seguridad de las empresas, una recopilación de información acorde con nuestro actual nivel de conoci- mientos, basada tanto en la documentación disponible al efecto: bibliografía técnica, normativas legales, recomendaciones secto- riales, manuales de seguridad de empresas, etc., como en nuestra propia experiencia en este campo de la prevención”. Para poder controlar los riesgos para la segu- ridad y la salud de los trabajadores en una determinada actividad, en este caso el mante- nimiento de las redes de alcantarillado públi- co, es necesario previamente conocerlos y valorarlos con la mayor precisión posible. A parte de los riesgos a medio-largo plazo (de invalidez o muerte prematura, ya indica- dos), existen otros que son inmediatos. Son los que conocemos como riesgos caracterís- ticos de la actividad, que pueden clasificarse en tres grupos principales: · Riesgos por exposición a atmósferas peligrosas Riesgos que, por ser generalmente poco conocidos, originan accidentes por sorpre- sa, a menudo de fatales consecuencias tanto para los propios accidentados como para los compañeros que pretenden socorrerles. · Riesgos por agentes mecánicos y físicos Este grupo suele considerarse como el de riesgos generales, ya que son comunes a múltiples actividades, pero que en el entor- no de los espacios confinados suelen tener una mayor gravedad debido a las condicio- nes desfavorables de los lugares en los que se desarrolla el trabajo (ver tabla). · Riesgos por agentes biológicos En el tercer grupo se contemplan los riesgos por agentes biológicos, que pueden actuar como transmisores de patologías infeccio- sas, fácilmente presentes en los ámbitos afectados por aguas residuales. (ver tabla) Procedimientos de trabajo De poco sirve el conocimiento del riesgo si éste no se emplea en poner a punto los pro- cedimientos de trabajo adecuados. En su Guía, Osalan insiste en que “en la acti- vidad de mantenimiento de las redes de alcantarillado público se presentan una serie de riesgos específicos cuyo control requiere una planificación preventiva rigurosa, espe- cialmente en lo referente al trabajo en el interior de espacios confinados”. Puntualiza a continuación el Instituto Vasco que “las investigaciones de accidentes ocu- rridos en este tipo de recintos, demuestran repetidamente que los procedimientos de trabajo seguidos no incluían métodos o medidas para un control satisfactorio de los riesgos existentes, aunque quizá sería más exacto decir que éstos, prácticamente no habían sido tenidos en cuenta en la organi- zación del trabajo”. “Para evitar estas situaciones –indica Osa- lan- se considera necesario que las empre- sas dedicadas a esta actividad, tanto direc- ción como técnicos y trabajadores, tengan un conocimiento lo más amplio posible sobre la naturaleza y gravedad de los ries- gos que pueden presentarse en el desarro- llo de su trabajo, así como de los medios de prevención que corresponde adoptar para controlarlos”. Los conceptos básicos sobre atmósfera peligrosa Una atmósfera peligrosa para las personas es aquella cuya composición ocasiona riesgo Zoonosis Desde la noche de los tiempos, el ser humano ha interactuado con los anima- les, nuestros compañeros de viaje en este planeta azul (en la superficie, pero también en el subsuelo). Las manos, como nuestra principal herramienta de trabajo, es la parte anatómica más sus- ceptible de sufrir lesiones. Zoonosis es el término que engloba un amplio catálogo de enfermedades que pueden transmitirse de animales a per- sonas, pero también al revés. Los suje- tos pacientes de estos riesgos son muchos y, entre éstos, agricultores, granjeros y, cómo no, poceros. Sin ánimo de hacer una lista exhaustiva podemos citar patologías como el quis- te hidatídico, brucelosis, rabia, fiebre amarilla, turalemia, muermo, leptospi- rosis, tiña, toxoplasmosis y gripes varias (ver tabla). Además de las enfermedades infeccio- sas, la interacción con animales puede saldarse con mordeduras, picaduras (venenosas o inocuas), arañazos, o der- matitis por el simple contacto, lesiones fisiológicas que pueden afectar a todo el cuerpo del pocero y, por razones obvias, mayormente a las manos.