1erTrimestre12 | PROTECCIÓN LABORAL 70 Riesgos emergentes El sandblasting y sus razones El tratamiento de pantalones vaqueros mediante la aplicación de un chorro de arena a presión o sandblasting es el proceso de erosión / abrasión al que se somete el denim o tela vaquera mediante el uso de compresores de aire que aplican arena a altas presiones para blanquear y suavizar la tela vaquera. La arena usada en estos procesos en muchos lugares del mundo llega a contener hasta un 80% de sílice, cuando la legislación en Estados Unidos y Europa establece niveles máximos de sílice del 1 y del 0,5%, respectivamente. En países como Turquía, Bangladesh, Pakistán o India, el gastado de los pantalones vaqueros mediante la aplicación del chorro de arena se hace de manera manual. Así, cuando los trabajadores aplican el chorro de arena a presión mediante tubos o pistolas, el polvo de sílice se libera en el aire. El motivo de esta técnica es simple: las multinacionales de ropa demandan pantalones vaqueros tratados mediante sandblasting. En comparación con otras técnicas, el trata- miento con chorro de arena consigue un acabado desgastado muy preciso. La aplicación del chorro de arena a presión permite tratar partes concretas de la tela vaquera, dejando otras sin tratar. Así se consiguen diseños y efectos concretos demandados por los dise- ñadores, mientras que el lavado a la piedra genera un efecto de desgaste más homogé- neo. Dado que los riesgos higiénicos no se han tomado en consideración hasta ahora, la técnica del chorro de arena o sandblasting es un proceso muy barato, ya que la arena rica en sílice no es cara y la aplicación manual del chorro de arena es una técnica simple. Pese a ello, la ropa vaquera así tratada se vende a precios elevados, despreciando el per- juicio a la salud del personal que efectúa el trabajo insalubre. aparición de formas de silicosis agudas y ace- leradas entre los operarios de limpieza a pre- sión de arena. Las partículas más pequeñas (aero-transpor- tadas) son las más peligrosas dado que son las que pueden alcanzar los bronquios. Generalmente se considera que el tamaño por debajo del cual se presenta el riesgo de sufrir silicosis se da para partículas inferiores a las 5 micras. A medida que el polvo se acu- mula, los pulmones sufren daños y se hace más difícil respirar. Uno de los síntomas típi- cos es la disnea (sofoco por falta de aire) y, consecuentemente la astenia (fatiga, cansan- cio y debilidad, que llega a ser invalidante). No hay duda que el problema es bien cono- cido. Sin embargo, no contamos con datos fiables sobre su magnitud a escala planetaria (especialmente en países en vías de desarro- llo, donde la actividad tiene particular inci- dencia). El conocimiento de las empresas textiles sobre el sandblasting con respecto a las técnicas y la arena utilizada, el punto de la cadena de suministro donde se realiza el tratamiento o el país/es en que se localiza la producción, es escaso. Sorprendentemente, muy pocas empresas han tomado medidas preventivas para afrontar este grave proble- ma de salud laboral. Algunas empresas (fabricantes de ropa vaquera) han puntuali- zado que utilizan técnicas alternativas, otras -las menos- se han adherido a la campaña “Ropa Limpia” (No sandblasting). Efectos sobre la salud de la exposición a la sílice cristalina Existen tres tipos de silicosis, determinados por la concentración aerotransportada de sílice cristalina: •Silicosis crónica. Suele aparecer después de diez o más años de exposición a la sílice cristalina con exposición a concentraciones relativamente bajas. •Silicosis acelerada. Resulta de la exposi- ción a altas concentraciones de sílice crista- lina y se contrae de cinco a diez años des- pués de la exposición inicial. •Silicosis aguda. Se da cuando las concen- traciones de exposición son muy elevadas, pudiendo ocasionar los síntomas en una hor- quilla temporal que oscila entre unas cuan- tas semanas a cuatro-cinco años después de la exposición inicial, según consta en la lite- ratura médica [Peters 1986; Ziskind et al. 1976]. La silicosis (en especial la forma aguda) se caracteriza por dificultad de respiración, fiebre y cianosis (piel azulada por déficit de oxígeno); puede diagnosticarse errónea- mente como edema pulmonar (fluido en los pulmones), neumonía o tuberculosis. Puede cursar con otras complicaciones, pues las infecciones fúngicas o micro-bac- terianas agudas complican a menudo la sili- cosis, pudiendo llegar a ser mortales por sí mismas dichas manifestaciones. Aproxima- damente la mitad de las infecciones micro- bacterianas son ocasionadas por Micobac- terium tuberculosis, de ahí la posibilidad de un error diagnóstico inicial. Las investi- gaciones muestran de ordinario los pulmo- nes llenos de sales de sílice y un material proteínico, evidencia médica que resulta concluyente para establecer la etiología de la enfermedad. Toxicocinética de la sílice cristalina Cuando los trabajadores inhalan la sílice cris- talina utilizada en la limpieza abrasiva, el teji- do pulmonar reacciona desarrollando nódu- los fibróticos y produciendo una costra alrededor de las partículas de sílice atrapa- das. Esta condición fibrosa del pulmón se llama silicosis. El crecimiento de los nódulos afecta directamente a la respiración, que se hace difícil, y puede resultar en muerte. Las víctimas de silicosis también están someti- das a alto riesgo de contraer tuberculosis activa [Myers et al. 1973; Sherson y Lander 1990; Bailey et al. 1974]. Normalmente, al nivel de la pared membra- nosa de los alvéolos pulmonares se estable- ce la trasferencia de oxígeno-anhídrido car- bónico, que provee el equilibrio gaseoso indispensable para la vida (la respiración). Cuando las partículas de polvo con granulo- metría inferior a 10 micrones de diámetro entran en el aparato respiratorio, pueden lle- gar hasta los alvéolos, donde provocan un importante efecto inflamatorio, generando ingente cantidad de células y productos tóxicos que destruyen el parénquima (nivel microscópico). Al igual que en otras afeccio- nes pulmonares, el organismo repara la lesión con una cicatriz (fibrosis), que no 147