2oTrimestre11| PROTECCIÓN LABORAL 67 Trabajo y salud mano y movimiento ya no volverán a ser nunca lo que fueron, dejando al trabajador incapacitado para desempeñar su trabajo. • Los peligros de la dermatitis La dermatitis laboral es un problema serio. Más de la mitad del tiempo perdido por enfermedades profesionales tiene como causa la dermatitis, un problema para las empresas y, sin duda, para el sujeto paciente. Su aspecto y sus consecuencias son desagra- dables. Muchos casos supondrán incapaci- dad laboral, y si el tratamiento no es rápido e intensivo pueden desarrollarse problemas más serios a largo plazo. La dermatitis profe- sional es una inflamación de la piel causada por el contacto con una sustancia irritante presente en el puesto de trabajo. Los sínto- mas y la variedad de las condiciones varían considerablemente. El tiempo para contraer la dermatitis profe- sional dependerá de una serie de factores: -Si la sustancia en cuestión es un irritante conocido o no. -El tiempo y frecuencia de contacto con la piel. -El abanico de temperaturas. -El tipo de piel y sensibilidad individual. Localizada normalmente en las manos y ante- brazos, los síntomas de la dermatitis profesio- nal pueden ser rojez, picor, propagación y aparición de ampollas. Un empeoramiento conducirá al agrietado y sangrado de la piel, pudiéndose producir infecciones cutáneas. Estas condiciones son suficientes para provo- car la incapacidad laboral transitoria del tra- bajador y, en casos extremos, podrían impo- ner un cambio de oficio. Su diagnóstico La química de las materias primas puede actuar como sensibilizante o alérgeno para el personal que las manipula precoz y la profilaxis adecuada producirán una completa recuperación del afectado. Como en todo, también en la dermatitis la prevención es la regla de oro: los trabajado- res deben contar con un adecuado nivel de protección. Además de ésta, es importante educarlos sobre la importancia de la protec- ción de las manos, recurriendo para ello a los numerosos materiales didácticos dispo- nibles en el mercado. El empresario por su parte deberá asegurarse una correcta elec- ción de los materiales de protección. Como se ha hecho evidente en el repaso a estas dos afecciones de las manos, nuestra herramienta fundamental de trabajo no sólo no estará en condiciones de manipular ali- mentos, sino que constituirá un serio riesgo para la higiene y salubridad de los produc- tos. En estos casos puede decirse que la salud de las manos es doblemente valiosa. • Urticaria Sin revestir la gravedad de una dermatitis profesional, que tiene carácter crónico, los trabajadores del sector alimentario pueden contraer urticarias, dermatosis que aparecen en los minutos siguientes al contacto con el agente sensibilizante responsable. La urtica- ria más frecuente en la vida cotidiana se debe al contacto con las ortigas. En el ámbito profesional, es el personal de la alimentación (panaderos, cocineros, trabaja- dores de mataderos), los veterinarios y los agricultores los que están más expuestos a la urticaria. Los principales agentes sensibili- zantes son las proteínas de origen vegetal (harina, plantas, legumbres...) y animal (pes- cado, carne, piel...), productos químicos (medicamentos), cosméticos, persulfatos de decoloración del cabello (peluqueros). Finlandia es el país que posee el banco de datos más fiable sobre la urticaria. La preva- lencia de las urticarias de contacto de origen profesional se ha evaluado en 3,7 casos por 100.000 empleado cada cinco años. El látex, la harina, el grano, los alimentos y la piel de Pero, ¿existe la inocuidad? Las sustancias inocuas no existen como tales; la toxicidad sólo depende de la dosis. Al respecto, la Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo de la OIT señala que “la der- matitis puede deberse a la acción de productos irritantes, como ácidos, álcalis, deter- gentes y agua utilizados en las tareas de limpieza; la fricción producida en las operacio- nes de recogida y embalaje de fruta; y la manipulación del azúcar, muy utilizado en la elaboración de ciertos alimentos. La sensibilización secundaria se deriva de la manipu- lación de numerosas frutas y verduras. Asimismo, los polvos orgánicos generados por los cereales o la harina pueden causar enfermedades respiratorias (por ejemplo, el “asma del panadero”) y deben controlarse. Con demasiada frecuencia, en la industria alimentaria se consideran los materiales utilizados como meros ingredientes, y no como productos químicos que pueden afectar a la salud cuando los trabajadores se exponen a fuerzas o cantidades industriales de ingredientes ‘normales’ empleados en la cocina doméstica”. 131