Técnicas de protección PROTECCIÓN LABORAL 67 | 2oTrimestre11 20 No puede descuidarse la formación de los usuarios. En este sentido, conviene recordar que los armadores tiene la obligación legal de proporcionar a la gente de mar la forma- ción, las instrucciones y las informaciones necesarias para el acceso en espacios peli- grosos. La información debe contemplar aspectos como: a) reconocimiento de las circunstancias y actividades que pueden causar la presencia de una atmósfera peligrosa; b) reconocimiento de los riesgos asociados a la penetración en espacios peligrosos, y las precauciones que han de adoptarse; c) utilización y cuidado idóneo de los equipos y la ropa de uso obligatorio para penetrar en espacios peligrosos, y d) instrucción y ejercicios de salvamento de personas en espacios peligrosos. Conviene restringir el número de personas que acceden al espacio cerrado al estrictamente imprescindible, de modo que puedan ser rescatadas en caso de urgencia Autorización de trabajo El personal encargado de ejecutar tareas que pueden entrañar peli- gros recibe un formulario en el que constan por escrito los proced- imientos de seguridad. Primando la información clara y concisa, el formulario debe describir la tarea que ha de llevarse a cabo indicando las precauciones que se han de adoptar desde el punto de vista de la seguridad. El documen- to contemplará todos los riesgos previsibles, indicará un proced- imiento de seguridad establecido anticipadamente y consignará por escrito, en un orden de sucesión correcto, las precauciones nece- sarias. Igualmente, la autorización de trabajo ha de incluir una lista de com- probación cuidadosamente preparada que permita identificar, con- trolar o eliminar los riesgos posibles, debiendo figurar el proced- imiento de emergencia aplicable en caso de accidente. Únicamente un oficial con experiencia en el trabajo de que se trate debería estar facultado para expedir una autorización. Por su parte, dicho oficial ha de cerciorarse que se han efectuado correctamente los controles necesarios y, junto con la persona encargada de los mismos, firmar la autorización sólo cuando esté convencido de que el trabajo podrá efectuarse en condiciones de seguridad. “Gestionando” mercancías peligrosas Todo buque que transporte mercancías peligrosas tiene que dispon- er de un plan de estiba detallado en el que se indique la localización de todas las mercancías peligrosas a bordo y en el que éstas se hallen identificadas por categoría. Antes de cargar el buque, se debe propor- cionar el plan de estiba al comité de seguridad y salud a bordo, o por lo menos comunicarle la localización de las cargas peligrosas. El personal debe adoptar rápidamente las disposiciones apropiadas para hacer inocuo cualquier derrame de sustancias peligrosas. Si se observa la existencia de derrames o de embalajes dañados, el trabajo deberá cesar inmediatamente y sólo podrá reanudarse cuando se haya indicado al personal las medidas de seguridad a adoptar, incluyendo el uso de los equipos de protección adecuados en fun- ción de la naturaleza de las mercancías que haya que manipular. Cuando haya habido una fuga o un desprendimiento de gases o de vapores peligrosos, es aconsejable comprobar con un detector de gases si el espacio es seguro. Las máscaras antigás sólo han de uti- lizarse para evacuar un sitio. Desplazamientos seguros a bordo Si difícil es el trabajo en espacios cerrados o estrechos, la movilidad –o posible inestabilidad de la embarcación- añade dificultades al tra- bajo de los operarios y la marinería. Al desplazarse a bordo del buque, la gente de mar ha de tener pre- sente el hecho de que, en el mar, el buque puede experimentar un bandazo inesperado o ser sacudido por un fuerte oleaje. Las instala- ciones fijas que causen obstrucción y que puedan entrañar un peli- gro para los vehículos, los aparatos elevadores o las personas que las manipulan han de estar señalizadas de modo bien visible con colores, rótulos o luces. Todo obstáculo peligroso en cubierta o a la altura de la cabeza tiene que haber sido pintado con colores brillantes y que resalten, además deberían de estar acolchados. Siempre que sea necesario, se recurrirá a los avisos que, preferentemente se basarán en pictogramas y sim- bología gráfica. Todo callejón, pasillo, escalera y espacio de cubierta destinado al paso de un sitio a otro han de conservarse en buen estado y libres de materiales o sustancias que puedan causar deslizamientos o caídas.