EPIS sobre el terreno PROTECCIÓN LABORAL 65 | 4oTrimestre10 Guantes Showa Best: Protegiendo a los trabajadores que limpian el chapapote David Shutt Los trabajadores que luchan contra las manchas de petróleo y se enfrentan al viscoso chapapote son vitales en la gestión de estas emergencias, como críticas son también sus condiciones de trabajo. Con la adrenalina por las nubes después del dramático derrame de crudo esta primavera en el Golfo de México, tanto los voluntarios como los trabajadores destinados a la des- contaminación se afanaron en las tareas de limpieza de la pesada mancha. En ocasiones, los de la primera línea trabajaban sin pensar en los peligros a los que podían estar expo- niéndose. La disponibilidad y uso de Equipo de Protec- ción Personal eficaz (EPI) ha sido –y conti- núa siendo- una preocupación fundamental de los que gestionan las consecuencias del derrame. Desde el principio, OSHA*, citó la posible irritación cutánea y las dermatitis en los trabajadores a causa de la degradación del petróleo en la piel y los ojos como uno de los mayores problemas. A medida que el derrame persistió a lo largo de los meses, los guantes que empleaban los miles de descontaminadores se fueron con- virtiendo en un auténtico problema. Los fabricantes se vieron obligados a hacer mala- barismos para adaptar el suministro de guan- tes a la demanda de la emergencia (particu- larmente los guantes de nitrilo, aunque tanto los de nitrilo como los de neopreno y revestimiento de PVC son apropiados para la limpieza del petróleo. En cambio, los guantes de látex son rápidamente destruidos por la degradación que provoca el crudo). Fuera de control, la demanda de un número creciente de guantes de PVC para usos seve- ros se disparó de forma proporcional a la persistencia del escape de crudo. Gestionando la crisis La fabricación de los guantes en países dis- tantes complicó el suministro, demorando los plazos de entrega de los guantes reforza- dos. Como proveedor de guantes del merca- do doméstico de Estados Unidos, Showa Best creó un comité de crisis en diálogo con- tinuo con los responsables de la compañía petrolera mediante una línea directa (la HotLine “Derrame de Petróleo”), que se mantuvo abierta las 24 horas. Se añadieron nuevas líneas a las operaciones de fabrica- ción para hacer llegar antes los guantes ade- cuados a los trabajadores, y las expediciones se convirtieron en una actividad frenética y siempre contra reloj. Entre la mayoría de fabricantes de guantes que intervinieron en la crisis, los esfuerzos de cooperación para obtener una respuesta rápida fueron más allá de la pura fabrica- ción. Así, se desarrolló paralelamente el tra- bajo de laboratorio para probar la efectivi- dad de guantes alternativos no sólo contra el crudo, sino también contra los dispersantes específicos que se usaban en la descontami- nación. Esto era muy importante porque uno de los dispersantes empleados contiene 2-butoxietanol, para el cual OSHA señala un límite de exposición permisible (en exposi- ciones ambientales) de 50 partes por millón para todo la jornada laboral. Una vez que se controló el escape de crudo, la mancha oleosa que llegaba a la costa se redujo drásticamente. No obstante, el petró- leo aún puede encontrarse en muchos luga- res del litoral del Golfo y, según los científi- cos, al menos un 25% de la contaminación permanece fuera del alcance de la vista humana. Consciencia del riesgo a largo plazo En la medida que los afectados de la costa del Golfo continuarán enfrentándose duran- 92