Entrevista  PROTECCIÓN LABORAL 64 | 3oTrimestre10 142 ¿Cómo se financia la Fundación Prevent? Los recursos propios provienen de los arren- damientos del inmueble propiedad de la Fundación, y la financiación ajena de las donaciones de empresas privadas como medida alternativa para el cumplimiento de la LISMI, donaciones, cuyo destino son las actividades orientadas a la inclusión social y laboral de las personas con discapacidad. ¿Corren horas bajas para la prevención en un contexto como el actual, de crisis económica, en donde el árbol nos impi- de la visión del bosque? El escenario de incertidumbre económica, política y social de los últimos casi dos años ha impedido o ha dificultado “ver el bos- que”. Sin una visión nítida del escenario resulta complicado definir las políticas o pla- nes estratégicos de las organizaciones, y aún más, tomar decisiones en un contexto donde la incertidumbre viene acompañada del miedo o temor. Es cierto que en este período las empresas han tomado decisio- nes drásticas como lo han sido los cambios que han acontecido en el mercado, con serias restricciones en el ámbito de la pre- vención, algunas justificadas, otras dudosa- mente justificables. La situación actual ha mejorado, no en cuanto a los indicadores macroeconómicos, pero sí en relación a la “visión del bosque”. Hoy sabe- mos con algo más de certeza en qué escenario deberemos desenvolvernos. Ello permitirá tomar decisiones más meditadas y con una visión más largoplacista. ¿Cómo afecta esta coyuntura a la prevención? Personalmente, creo que de forma positiva, dado que para subsistir en un contexto económico como el actual será imprescindible mantener óptimos niveles de competitividad. Alta siniestralidad y competitividad son conceptos antagónicos. El talento constituirá otro pilar de superviven- cia. Retenerlo en un entorno con deficientes condiciones de seguridad y salud resultará, si no imposible, sí complicado. ¿Cómo evalúa la actual cultura preventi- va en el entorno laboral. ¿Qué nos falta y qué nos sobra? ¿Tendríamos que aprender prevención desde el jardín de infancia? Mejor que diez años atrás, pero lejos de convertirnos en el paradigma de la Cultura Preventiva. Socialmente hemos madurado y paulatinamente hemos incorporado la prevención en nuestro quehacer cotidiano casi de forma inconsciente: los medios de comunicación (radio, prensa y tv) se hacen eco a diario, hemos acercado la prevención a los niños (se han adaptado cuentos y materiales lúdico-pedagógicos), se convo- can distintos premios y reconocimientos, sin embargo, aún no hemos alcanzado los niveles deseados y óptimos que garanticen la seguridad y salud de los trabajadores. Los esfuerzos de las administraciones, agentes sociales y empresas han dado sus frutos, mejorando significativamente los aspectos relacionados con la seguridad. Nos quedan aún algunos esfuerzos importantes: hacer frente a los riesgos psicosociales emergen- tes derivados de una nueva realidad del mercado laboral, y que requerirá de medi- das más intervencionistas en la empresa y del desarrollo de herramientas para su pre- vención. Otro hito: alcanzar y superar el punto de inflexión sobre la concepción de la Seguridad y Salud Laboral como una pres- tación para el accidentado, a asumirla como una medida para prevenir el acciden- te y la enfermedad profesional. ¿Qué nos falta? Convicción y más sentido común. ¿Qué nos sobra? Papel. El exceso de normativa, en ocasiones con- fusa, y el miedo a las responsabilidades legales ha contribuido a priorizar el cum- plimiento formal de la Ley, generando en muchos casos un exceso de papeles, cuya finalidad es la justificación delante de una posible inspección. Sin duda, el cumpli- miento formal de la Ley es necesario, la empresa debe documentar las acciones que lleva a cabo, pero lo que debemos invertir es la tendencia actual de generar papel sin una verdadera aplicación práctica. La falta de integración responde a un tema cultural, nuestra sociedad aún no ha incor- porado en sus modelos mentales los valo- res de la prevención. Ello requiere tiempo y aprendizaje. Trabajar la cultura preventi- va desde la infancia resultaría lo más eficaz para que los futuros trabajadores adquirie- ran de forma natural unos hábitos y con- ductas seguras frente al riesgo. Tenemos el ejemplo de la seguridad vial y el reciclaje ecológico. Destáqueme una “aberración preventi- va” que le haya hecho reflexionar, sor- prenderse negativamente o irritarse (p. e., ver un obrero en un forjado inclina- do y sin arnés). Me irrita la falta de asunción de culpabilidad y de responsabilidad en un accidente labo- ral, tanto por parte de la empresa por la falta de medidas de seguridad, como por parte del trabajador por una actitud irres- ponsable o negligente. En la vida, hay que ser consecuente con las En pos de una mentalidad preventiva Preguntamos a la directora de Fundación Prevent en qué partida (gasto o inversión) debe incluirse la prevención. Partiendo de la definición de gasto, como una pérdida de valor de los activos, resulta difícil asociar la prevención al mismo. Sin duda, cualquier aportación o dotación de recursos destinados a la prevención debe ser considerada como una inversión, habida cuenta que los resultados derivados de la misma siempre serán positivos. La rentabili- dad o retorno de la inversión en prevención dependerá de la eficacia con la que se ges- tionen los recursos asignados, pero en nin- gún caso podrá cuantificarse como negativa, exceptuando aquellos casos en los que se hubiera actuado de forma negligente. Al margen de las definiciones teóricas sobre el concepto de gasto e inversión, la preven- ción seguirá considerándose como gasto en aquellas organizaciones donde la gestión de la prevención se concibe como algo impues- to y ajeno a la actividad principal de la empresa, en muchos casos, atribuible a una falta de información y de percepción del riesgo. Sin embargo, cuando la gestión de la prevención está integrada, como un elemen- to estratégico para mantener las condiciones de competitividad, y se concibe y se asume voluntariamente además como una respon- sabilidad ética y moral frente a sus trabajado- res y terceros, hablar de gasto no tiene nin- gún sentido. La polémica estará abierta mientras coexis- tan distintas percepciones sobre los riesgos laborales y se continúe actuando de forma reactiva y no preventiva.