3o Trimestre10 | LUCHA CONTRA EL FUEGO Especial Fuego PROTECCIÓN LABORAL 64 | 3oTrimestre10 36 es denominado “dedo blanco” (también dedo muerto, etc.) La enfermedad dificulta la circu- lación sanguínea, lo que provoca el blanquea- miento de los dedos y otras partes de la mano debido a un riego sanguíneo insuficiente. Al mismo tiempo, pueden presentarse lesiones nerviosas y musculares, dolor y rigidez en las manos y articulaciones de los dedos, la muñe- ca, el codo y el hombro. El dedo blanco (inducido por vibración) es una afección inhabilitadora, no fatal, cuyos efectos pueden escalonarse desde el dedo blanco a un blanqueamiento más severo y extenso, y pérdida del tacto, lo que interfiere con el normal desenvolvimiento del trabajo y las actividades sociales. La ergonomía, determinante La principal necesidad de los bomberos es combinar protecciones eficaces y ligeras que, lejos de interferir, coadyuven en su tarea. El guante, es insustituible, y su diseño tiene una importancia incuestionable. Si todo trabajador debe protegerse las manos, imaginemos la trascendencia que tiene esta premisa para un bombero, trabajador enfrentado a situaciones multi-riesgo. Los aspectos críticos ya los hemos esbozado: conseguir la mejor protección sin disfuncio- nes. Ello supone emplear pieles de primera calidad, con tratamientos hidrófugos, materia- les de la vanguardia tecnológica, patrones ana- tómicos de alta precisión. El objetivo es obte- ner guantes que, con el máximo nivel de pro- tección, garanticen unas condiciones ergonó- micas aceptables. Es decir, que sean ligeros, flexibles, manejables, no interfieran con la destreza... En el capítulo de ergonomía, no podemos olvidar el confort térmico: lo que menos necesitan las manos de un bombero es calor y llamas en el exterior del guante, y humedad en su interior. No hay un guante para todo No existe el guante universal, pero sí hay una exigencia universal para todo guante: que sea fiable. Y esta fiabilidad tiene unas reglas, entre ellas, el mantenimiento. Sin duda, del buen mantenimiento dependerá la eficacia de la protección. Como cualquier otro EPI, un guante tiene una vida útil, sobrepasada la cual la protección cae en franco declive o es, sen- cillamente, ficticia. Junto al mantenimiento, que en un guante se circunscribe a unas reglas mínimas, conviene observar algunas pautas de comportamiento, que marca el sentido común: utilizar el guante adecuado (tipo y talla) para la actividad que se ha de ejecutar, no intercambiar los guantes (higiene de la mano), y observar una estricta higiene de las manos o, de lo contrario, el uso de guantes puede agravar cualquier dolencia, generando situaciones de incapacidad. No olvidemos que las manos son nuestra herramienta de tra- bajo. En este sentido, para concluir, debemos señalar que conviene erradicar ciertos com- portamientos que afectan a los guantes y, de rebote, a las manos de los bomberos. Así, con- viene arrinconar la costumbre del guante multi-uso (un bombero realiza actividades muy distintas (con riesgos diferentes, según la situación) por lo que necesita guantes especí- ficos, que la tecnología pone a su alcance. La tecnología persigue las mejores solucio- nes técnicas posibles en cada momento mediante el empleo de nuevos materiales. Es innegable que la serie Dragon Gloves representa la puesta en práctica de la evolu- ción técnica y estilística combinada con las prestaciones de los materiales. En los guan- tes de la colección bomberos (Dragon Glo- ves), la tecnología se sustancia en aspectos como el empleo de patrones pre-curvados, forros de Kevlar, membranas impermeables y transpirables, incorporación de barreras térmicas en la palma y el dorso del guante, acolchado en los nudillos con Kevlar silico- nado, ceñidores de velcro y bandas retro- reflectantes. Para los guantes de excarcela- ción se emplean tejidos (Kevlar, entre éstos) sin costuras. Es de destacar también el uso de pieles de primera calidad como la Pit- tards®, con un tratamiento especial que actúa como barrera frente a productos quí- micos líquidos, aceites y agua. Todo este agregado de tecnología no sólo protege las manos del bombero, sino que le permite trabajar con el confort y la eficien- cia que exige un trabajo plagado de riesgos. Sin embargo, la mejor tecnología es inútil si no se hace un uso correcto del guante o no se usa, situación harto frecuente por para- dójica que pueda parecernos. Serie Bomberos La Serie Bomberos ofrece los guantes de intervención y los de excarcelación (empleados para las labores de rescate de víctimas de accidentes de tráfico). ·Guante de Intervención BO 15 Este modelo de intervención está certificado por la norma EN 659 como EPI de la categoría 3 (riesgos irreversibles). Pueden destacarse las siguientes características: -Carcasa exterior realizada íntegramente con piel de vacuno de primera calidad; incorpora tratamiento hidrófugo. -Refuerzo en la palma y el pulgar a base de piel de vacuno. -El forro está confeccionado con tejido Kevlar. -El puño, elástico, también es de Kevlar, e incorpora cubre-venas de piel. -Dispone de membrana impermeable y transpirable Sympatex. -Está fabricado a partir de un patrón pre- curvado. Cosido íntegramente con hilo de Kevlar, el guante BO 15 dispone de ajuste elástico en la muñeca. Se fabrica en el segmento de tallas M-XXL, es ignífugo e impermeable 100%. Completan el segmento de guantes de intervención los modelos BO 18 (piel de vacuno con refuerzos), BO 11 (Kevlar con revestimiento anti-llama y banda reflectante ignífuga 3M), y BO 10 (similar al anterior, con puño elástico). En la actualidad, la gama Dragon Gloves cubre la práctica totalidad de riesgos que afrontan los bomberos en su actividad cotidiana jalonada de peligros.