2oTrimestre10| PROTECCIÓN LABORAL 63 Confort térmico golpe de calor, que puede provocar la muer- te si no se trata de forma rápida y correcta. • Síncope por calor Es una pérdida temporal de conocimiento por la reducción del riego cerebral. Suele ir precedido por palidez, visión borrosa, mareo y náuseas. La deshidratación que pro- duce el calor aumenta la probabilidad de sufrir este síncope. Las personas con enfer- medades cardiovasculares o que no están aclimatadas tienen más riesgo de sufrirlo. Suelen recuperar el conocimiento rápida- mente una vez que se tumban en posición supina. • Edema por calor En personas no aclimatadas expuestas a un ambiente caluroso puede aparecer edema leve dependiente, es decir, la hinchazón de manos y pies. Suele afectar a las mujeres y desaparece con la aclimatación. Remite al cabo de unas horas cuando el paciente hace reposo en un lugar fresco. • Calambres por calor Pueden aparecer tras una intensa sudora- ción. Son dolorosos espasmos que afectan a las extremidades y los músculos abdominales sometidos a un trabajo intenso y a la fatiga, aunque la temperatura corporal apenas aumenta. Esos calambres aparecen cuando la pérdida hídrica profusa se repone con agua no suplementada con sal, siempre que los niveles de sodio hayan descendido por deba- jo de un nivel crítico. Los calambres por calor son, en sí mismos, relativamente ino- cuos. El tratamiento consiste en interrumpir la actividad, descansar en un lugar fresco (evitando nueva exposición al calor) y repo- ner los líquidos y electrolitos perdidos. • Agotamiento por calor Es el trastorno más común. Se produce por deshidratación severa tras perderse una gran cantidad de sudor a consecuencia de un esfuerzo físico prolongado. Se caracteriza por una deficiencia circulatoria por deple- ción hídrica y/o salina. Puede considerarse como un estadio incipiente del golpe de calor que, si no recibe tratamiento, puede desencadenarlo. El agotamiento por calor se caracteriza por sed, debilidad, fatiga, atonta- miento, ansiedad, oliguria (reducción de la excreción de orina), taquicardia (pulso ace- lerado) e hipertermia moderada (39o C o superior). La deshidratación produce tam- bién reducción de la sudoración y aumento de la temperatura cutánea. El tratamiento exige poner al afectado a des- cansar en un lugar fresco, humedeciéndole el cuerpo con una toalla o esponja fría y reponer los líquidos perdidos por vía oral o, si la ingestión oral es imposible, por infusión intravenosa. La cantidad de agua y sal repuesta debe vigilarse estrechamente, así como la temperatura y el peso corporales. El suministro de agua sin suplemento de sales puede complicar los trastornos por calor. De hecho, la deshidratación de más del 3 % del peso corporal debe siempre tratarse con reposición de agua y electrolitos. En estos casos, la detección precoz y un tratamiento rápido son fundamentales. Si la víctima reci- be un tratamiento adecuado, normalmente se empieza a sentir mejor al cabo de unas horas y se recupera sin secuelas. De lo con- trario, puede evolucionar en poco tiempo a un golpe de calor. 73