2oTrimestre10| PROTECCIÓN LABORAL 63 Confort térmico periféricos se dilaten y la sangre fluya en mayor cantidad hacia la periferia (la piel) para enfriarse. La cantidad de calor transferi- do del núcleo a la periferia depende del flujo sanguíneo periférico (FSP), el gradiente de temperatura entre el centro y la periferia y el calor específico de la sangre (algo inferior a 4 kJ/°C por litro de sangre). En reposo y en un ambiente térmicamente neutro, la piel recibe aproximadamente entre 200 y 500 ml/min de flujo sanguíneo, lo que represen- tasóloentreun5yun10%delasangretotal bombeada por el corazón. El calor metabóli- co producido por el organismo para sopor- tar la vida es transmitido constantemente a la piel por convección para su disipación. ·Sudoración En el ser humano, el sudor es otro mecanis- mo interno que contribuye a la regulación térmica, a través de las glándulas sudorípa- ras (ecrinas), que están repartidas de manera no uniforme por la superficie del cuerpo. Las glándulas ecrinas secretan sudor directa- mente a la superficie de la piel. Es un sudor inodoro, incoloro y relativamente diluido, que posee un elevado calor latente de eva- poración, siendo ideal para los fines de la termólisis. Como ejemplo de la eficacia de este sistema termolítico, un hombre que trabaje con un consumo de oxígeno de 2,3 l/min. produci- rá un calor metabólico neto de aproximada- mente 640 W. Sin sudoración, la temperatu- ra corporal aumentaría a un ritmo aproximado de 1° C cada 6 o 7 min. Con una evaporación eficiente de unos 16 gramos de sudor por minuto (una tasa razonable), la velocidad de la pérdida de calor puede igua- lar a la velocidad de acumulación de calor, de manera que la temperatura interna del organismo se mantiene estable; es decir, en losvaloresdelaecuación(M–W±R±C–E = 0), donde 0 es el valor estable. Siendo, como se ha dicho, mecanismos internos, la vasodilatación periférica y la sudoración están condicionadas en su efec- to termolítico por las condiciones ambienta- les y externas. Los expertos señalan que “con una tasa de sudoración adecuada, la pérdida de calor por evaporación depende en definitiva del gradiente de la presión del vapor de agua entre la piel húmeda y el aire que la rodea”. Ello se traduce en que una ele- vada humedad ambiental y el uso de prendas gruesas o impermeables limitarían la pérdi- da de calor por evaporación, mientras que el aire seco, las corrientes de aire sobre el cuer- po y unas prendas de vestir finas y porosas facilitan la evaporación. Cosa que, además de lógica, hemos podido experimentar todos en nuestras prácticas de intercambio del calor metabólico con el ambiente. Por otra parte, cuando se realiza un trabajo intenso y se produce una sudoración abun- dante, la pérdida de calor por evaporación puede también verse limitada por la capaci- dad del organismo para producir sudor (como máximo entre 1 y 2 l/h). Estrés por calor y sus efectos El sistema termo-regulador brevemente des- crito es eficaz mientras todos los parámetros se encuentran dentro de la normalidad. Pero acabamos de decir que la termo-regulación por sudoración tiene un límite. Dicho de otro modo: para enfriar el cuerpo tenemos que sudar, y para sudar hay que beber agua. Si falla este parámetro (hidratación) incurrire- mos sin remedio en los problemas asociados de estrés por calor, que deberemos solucio- nar para evitar males mayores a nuestra salud. El estrés por calor se produce cuando el entorno de una persona (temperatura del aire, temperatura radiante, humedad y veloci- dad del aire), su ropa y su actividad interactú- an produciendo una elevación de la tempera- tura corporal. El sistema de regulación térmica del organismo responde para aumen- tar la pérdida de calor. Tal respuesta puede ser poderosa y eficaz, pero puede también producir un estrés en el organismo que origi- ne molestias, enfermedades o, incluso, la muerte. Por tanto, es importante evaluar los ambientes calurosos para garantizar la salud y la seguridad de los trabajadores. Como hemos visto, nuestra termorregula- ción depende de nosotros mismos y de nuestro entorno. Así, cuanto más calurosas sean las condiciones ambientales, menor será la diferencia entre la temperatura ambiente y la temperatura superficial de la piel o de la ropa. Con ello, el “intercambio de calor seco” por convección y radiación se reduce en ambientes cálidos comparado con los ambientes fríos. Cuando la tempera- tura ambiente es superior a la temperatura corporal periférica, el cuerpo absorbe calor de su entorno. En este caso, el calor absorbi- do, sumado al calor liberado por los proce- sos metabólicos, debe perderse mediante evaporación del sudor para mantener la tem- peratura corporal. La evaporación del sudor adquiere una importancia cada vez mayor al aumentar la temperatura ambiente. Por este motivo, la velocidad del aire y la humedad ambiental (presión parcial del vapor de agua) son factores ambientales críticos en ambientes calurosos. Cuando la humedad es alta, el cuerpo sigue produciendo sudor, pero la evaporación se reduce. El sudor que no puede evaporarse no tiene efecto de enfriamiento: resbala por el cuerpo y se des- perdicia desde el punto de vista de la regula- ción térmica. Estos factores deben tenerse muy en cuenta al evaluar el riesgo de ciertos puestos de trabajo, ya que pueden hacerse críticos cuando las condiciones climatológi- cas son desfavorables. • Efectos de la sudoración El sudor es excretado por millones de glán- Mantener la hidratación Los efectos de la deshidratación por la pérdi- da de sudor pueden remediarse bebiendo la cantidad suficiente de líquidos para reponer el sudor. La rehidratación suele tener lugar durante la recuperación después del trabajo y el ejercicio. Con todo, cuando se realizan trabajos prolongados en ambientes caluro- sos, el rendimiento laboral mejora si el traba- jador ingiere líquidos al mismo tiempo que realiza la actividad. El consejo habitual es, por tanto, beber cuando se tenga sed. No obstante, existen algunos problemas importantes. Uno de ellos es que la sensa- ción de sed no es lo suficientemente intensa para compensar la pérdida hídrica que se está produciendo simultáneamente. En segundo lugar, el tiempo necesario para reponer un gran déficit hídrico es muy largo, más de 12 horas. Por último, existe un límite en la velocidad a la que el agua puede pasar del estómago (donde se almacena) al intestino, donde tiene lugar la absorción. La velocidad es menor que las tasas de sudoración observa- das cuando se realizan esfuerzos en condi- ciones de calor. 71