1oTrimestre10 | PROTECCIÓN LABORAL 62 Confort Térmico o Ergonomía El frío como agente de las enfermedades respiratorias La inhalación de aire frío y seco provoca cambios fisiológicos en el tracto respirato- rio. Es de sobra conocido que el invierno tiene una incidencia directa en las tasas de morbi-mortalidad de la población en gene- ral. Enfermos de dolencias pulmonares obs- tructivas ven aumentar dramáticamente el riesgo de muerte los días fríos; el asma es más grave durante el invierno. Incluso los habitantes de las latitudes más septentriona- les –supuestamente habituados al frío-tienen mayor prevalencia de dolencias respiratorias durante el invierno: falta de respiración, resoplido, tos duradera y episodios de tos, con aumento de la secreción de moco y pro- ducción de esputos. Los síntomas respiratorios, que se incre- mentan en proporción directa al envejeci- miento, suelen afectar más a las mujeres, siendo muy comunes cuando se realiza ejercicio. Existe, pues, una relación directa entre frío e incapacidad laboral, pudiendo –como hemos dicho- provocar la invalidez en personas sensibles o con enfermedades crónicas. Hay estudios de población general conclu- yentes: vivir y trabajar en regiones septen- trionales suele provocar problemas respira- torios, con una prevalencia importante de las enfermedades pulmonares obstructivas. Dicha sintomatología es particularmente ostensible entre trabajadores cuya activi- dad se desempeña a la intemperie, espe- cialmente si los mismos son fumadores (población de riesgo). Problemas y enfermedades musculo-esqueléticas Los problemas musculo-esqueléticos, siendo el dolor y las molestias físicas la manifesta- ción más común, son afecciones generales que pueden afectar a un tercio de la pobla- ción durante el periodo invernal, con tem- peraturas relativamente moderadas (entre 10-18o C). Las molestias musculo-esqueléti- cas o trastornos musculo-esqueléticos (TME) son aquellas que afectan a los ner- vios, tendones, músculos y estructuras de soporte, ocasionando una amplia variedad de dolencias de gravedad dispar. Algunos ejemplos de TME son el síndrome del túnel carpiano, síndrome del cuello tenso (trau- mas acumulativos por tensión), tenosinovi- tis, peritendinitis... La cohorte de dolencias asociadas son dolor en hombros, cuello, rodillas, zona lumbar, hinchazón, rigidez y dificultad de movimien- to, debilidad muscular y parestesia. Aunque la evidencia científica sugiere una asocia- ción entre exposición al frío y trastornos musculo-esqueléticos, existen limitaciones metodológicas en muchos de los estudios epidemiológicos existentes, lo que impide establecer, en la práctica, una relación casual. ·Trabajo frío en interior Suele caracterizarse por una temperatura baja constante, con humedad. Implica una actividad física moderada, con movimientos repetitivos. En dichas condiciones, buena parte de los traumas musculo-esqueléticos se deben a los efectos combinados de la exposición al frío y el trabajo repetitivo, que desemboca en sobrecarga muscular y fatiga. Existen informes que describen esta asocia- ción de factores en la industria de la trans- formación alimentaria (mataderos, industria conservera, restauración y catering). Como siempre, las condiciones individuales de la persona pueden ser un factor de riesgo y explican una desigual prevalencia de los TME entre los individuos expuestos a idénti- cas condiciones laborales. Los estudios efec- tuados entre personal de empresas del ramo alimentario (expuestos a temperaturas de entre 1-10o C) pone de manifiesto que la edad y el género van directamente asociados con el incremento de síntomas de etiología musculo-esquelética. Asimismo, se concluye que los factores relacionados con el lugar de trabajo (corrientes, frío o exposición pro- longada al mismo) aumentarían los sínto- mas). De igual manera, parece que la severi- dad de las dolencias sería directamente proporcional a la intensidad de la exposi- ción. También existe evidencia de la mayor prevalencia de los TME entre los trabajado- res que se desenvuelven en entornos fríos que entre sus compañeros que trabajan en un ambiente térmico normal. ·Trabajo a la intemperie con bajas tempera- turas Los estudios apuntan que los factores climá- ticos son responsables de dolores de espal- da, cuello, hombros, etc., hecho que rubri- can los propios afectados. Parece pues que los TME van asociados, entre otras muchas actividades, al trabajo en entornos fríos. La solución, que pasa por la prevención, sólo puede darse con medidas organizativas, como un adecuado plan de descansos o rota- ción en la actividad que se desempeña. En este sentido, cabe recordar que, como saben los ergónomos, la capacidad muscular del trabajador se recupera parcialmente mediante interrupciones intermitentes del ciclo de trabajo monótono. También puede optarse por sistemas de calefacción local, reducción de las corrientes y, sobre todo, optimizando el equipamiento de abrigo del personal, especialmente del que se muestra más sensible a los padecimientos musculo- esqueléticos.