Riesgos emergentes PROTECCIÓN LABORAL 61 | 4oTrimestre09 Este gesto tan habitual para millones de ciudadanos no es saludable. La causa: los aerosoles de compuestos organo- metálicos, a base de plomo o manganeso, presentes en las gasolinas deteriora notablemente y las distintas alte- raciones, en especial las que afectan la marcha, se van acentuando progresiva- mente. El síntoma más precoz y evidente en esta fase es la rigidez muscular, que es constante aunque de grado variable, y determina una forma de caminar muy característica (lenta, espasmódica o inesta- ble), en la que el paciente carga el peso sobre el metatarso y produce un movi- miento que se ha descrito como “marcha de pollo”. El paciente es absolutamente incapaz de caminar hacia atrás y, si lo intenta, se cae; al juntar los pies, tiene una gran dificultad para guardar el equilibrio y sólo puede girar muy lentamente. Puede existir temblor, frecuentemente en las extremidades inferiores, aunque en ocasio- nes es generalizado. Los reflejos tendinosos, que rara vez son normales, aparecen aumentados. A veces existen alteraciones vasomotoras con sudoración súbita, palidez o enrojecimien- to; también, ocasionalmente, el paciente puede presentar cianosis (color azulado) en las extremidades. La mente del paciente trabaja con gran len- titud; su escritura se torna irregular, hasta el punto de que algunas palabras son ilegi- bles. Puede haber alteraciones de la fre- cuencia cardíaca. En esta fase, la enferme- dad se vuelve progresiva e irreversible. •Intoxicación crónica por manganeso La intoxicación crónica por manganeso (manganismo) puede tener manifestaciones- nerviosas o pulmonares. Si afecta al siste- ma nervioso, se pueden distinguir tres fases. Durante el período inicial, es difícil diagnosticar la intoxicación. El diagnóstico precoz es vital, ya que la interrupción de la exposición parece frenar eficazmente el curso de la enfermedad. Los síntomas de esta fase son: indiferen- cia y apatía, somnolencia, pérdida de ape- tito, cefalea, vértigo y astenia. También pueden existir accesos de excitabilidad, dificultades para caminar y de coordina- ción, calambres y dolor de espalda. Todos estos síntomas pueden presentarse en diferentes grados y aparecer simultánea- mente o aislados, y marcan el comienzo de la enfermedad. La fase intermedia se caracteriza por la apari- ción de síntomas objetivos. En primer lugar, la voz se torna monótona y se convierte en un susurro, el habla es lenta e irregular, en ocasiones con tartamudeo. La expresión del rostro es impasible y sonriente o aturdida y vacía, lo que puede atribuirse a un aumento de tono de los músculos faciales. De repen- te, el paciente puede romper a reír o, más raramente, a llorar. Aunque sus facultades están muy disminuidas, parece que se encuentra en un estado perpetuo de euforia. Los gestos son lentos y toscos; la marcha es normal, pero puede existir un movimiento de vaivén en los brazos. El paciente es inca- paz de correr y tiene grandes dificultades para caminar hacia atrás, en ocasiones con retropulsión. Se puede desarrollar una difi- cultad para realizar movimientos alternos rápidos, aunque el examen neurológico no suele revelar ninguna alteración salvo, en ciertos casos, hiperreflexia patelar. En pocos meses, el estado del paciente se Plomo: alteraciones cognitivas El manganeso como antidetonante para las gasolinas viene a sustituir a un viejo conocido, también nocivo, como es el plomo. El principal riesgo del plomo es su toxicidad, causa de una de las enfermedades profesionales más importantes. Son muchas las profesiones en las que puede haber una exposición al plomo. La principal vía de entrada es el aparato respiratorio. El grado de absorción depende de la proporción de polvo en forma de partículas de un tamaño inferior a 5 micras y del volu- men/minuto respiratorio del trabajador. Una mala higiene en el trabajo o el hábito de fumar durante el mismo (contaminación del tabaco o de las manos) pueden aumentar considerablemente la exposición, sobre todo por vía oral. El plomo interfiere con la función celular normal y con varios procesos fisiológicos. Cabe destacar que el destino más sensible de intoxicación por plomo es el sistema nervioso. Los efectos de la intoxicación por plomo se manifiestan en cambios de conducta sutiles, fatiga y problemas de concentración. La intoxicación grave puede desencadenar una encefalopatía, que puede producir, de forma repentina, convulsiones, alteraciones de la consciencia, coma y la muerte. Las lesiones del sistema nervioso periférico afectan clara- mente a las funciones motrices. La intoxicación por plomo también genera desórdenes hematológicos (anemia), renales (nefropatía) y del sistema endocrino.