Riesgos emergentes PROTECCIÓN LABORAL 61 | 4oTrimestre09 Tecno-Estrés: tecno-adicción y tecno-fobia La revolución tecnológica, y más concretamente las Tecnologías de la Información y el Conocimiento (TIC) son un arma de doble filo. Al tiempo que introducen avan- ces innegables hacen aflorar nuevas patologías relacionadas con su uso. El tecno- estrés es el estrés provocado por una mala relación con la tecnología, ya sea por exceso o por defecto. Así, podemos encontrar dos tipos de “tecno-estresados” o “info-agobiados”, los adictos a la tecnología y los que sienten fobia por ella; son las dos caras de la misma moneda. El término tecno-estrés entra definitivamen- te en la conciencia colectiva de la sociedad gracias al libro “TechnoStress”, publicado en 1997 por Larry Rosen y Michelle Weil, y que describe la adicción psicológica que puede producir el uso continuado de la tec- nología. Se considera que una buena parte de la población puede estar aquejada de este mal de nuestros tiempos. Entre los grupos de riesgo no sólo encontramos a personas en edad laboral, sino que la adicción afecta a jóvenes –incluso a niños- que muestran una temprana hiper-identificación con la tecno- logía. Pocos pueden sustraerse a esta versión moderna de la fatiga laboral. La epidemia del estrés no sólo tiene un efecto nocivo en aquéllos que lo padecen y sus familias, sino que aumenta los costos de las organizacio- nes. Un estudio económico (Dutton, 1998) ha estimado que el coste del estrés en Esta- dos Unidos estaría entre los 200.000 y los 300.000 millones de dólares al año, una fac- tura ingente que deriva del absentismo, rota- ción del personal, costes médicos directos, compensaciones y otros costes legales, dis- minución de la producción, siniestralidad, etc. En otras palabras, el estrés, epidemia de los tiempos modernos, avanza en el lugar de trabajo provocando padecimiento humano y costes sin precedentes. Conviene aclarar nuevamente que el tecno- estrés es un aumento normal en la activa- ción fisiológica y psicológica de las personas para realizar un determinado trabajo o una actividad en forma rápida y efectiva, lo que, en principio, no acarrea mayores trastornos. Si este aumento se presenta en forma reitera- tiva y aguda puede causar enfermedades somáticas como hipertensión, gastritis o úlcera; y mentales como ansiedad, proble- mas de concentración, pérdida de memoria, apatía, agresión, tristeza, nerviosismo, palpi- taciones, falta de fuerzas, mareos, temblo- res, irritabilidad, trastornos del sueño insa- tisfacción o depresión. El tecno-estrés es una patología emer- gente que puede ser provocada, entre otras causas, por el uso excesivo de Internet y otras tecnologías de la informa- ción. La adicción al chat y la imposibilidad de apagar el móvil o pasar un día sin consul- tar el correo electrónico se suma a las pato- logías sociales que puede provocar la tecno- logía. El resultado es aislamiento, despersonalización de la comunicación que se hace, cada vez más, a través de las máqui- nas, desaparición progresiva de los límites entre la persona y la tecnología, el trabajo y el descanso. TechnoStress El concepto y la creación del correspondien- te vocablo (TechoStress) fue expuesto por primera vez por el psicoterapeuta Craig Brod, quien lo definía en 1984 como la “enfermedad moderna de adaptación causa- da por la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías del ordenador de mane- ra saludable. Se manifiesta de dos maneras diferentes aunque relacionadas: en la resis- tencia a aceptar la tecnología de los ordena- dores y en la forma más especializada de hiper-identificación con ella”. Como puede verse, ya en sus inicios, la patología social incluía los dos posibles perfiles de tecno-estresados (tecno-adictos y tecnófobos). El tecno-estrés es una patología emergente que puede ser provocada, entre otras causas, por el uso excesivo de Internet y otras tecnologías de la información