Temas de actualidad PROTECCIÓN LABORAL 60 | 3oTrimestre09 La peste del siglo XXI La gripe A es una pandemia que puede mostrar su potencial virulento a partir del otoño La gripe A ha despertado una alerta sanitaria sin precedentes en todo el orbe. Aun- que las pandemias nos visitaron en tres ocasiones en el siglo pasado, la gripe A es la primera “peste” del siglo XXI y causa inquietud por cuanto lo más previsible de la misma es su alta imprevisibilidad. embargo, la futura evolución del virus es impredecible, como constatara la directora general de la OMS, Margaret Chan, el 4 de mayo, al afirmar que “puede que en un mes este virus desaparezca, puede que se quede como está o puede que se agrave”. Tanta indefinición sobre la evolución del virus está causando, según foros y expertos sanitarios, un sentimiento de indefensión en algunas capas de la población. Síntomas de la Gripe A El nuevo virus A (H1N1) es un virus gripal, por lo tanto, la forma de transmisión entre seres humanos es similar a la de la gripe esta- cional. Esto es, por vía aérea y, principal- mente, cuando una persona con gripe tose o estornuda. Algunas veces, las personas pue- den contagiarse al tocar algo que tiene el virus de la gripe y luego llevarse las manos a la boca o la nariz. Dado que es un virus nuevo no se ha determinado todavía con exactitud su periodo de transmisibilidad. No obstante se estima que puede oscilar entre las 24 horas anteriores a la aparición de la sintomatología, durante todo el periodo de persistencia de los síntomas y hasta 7 días después del inicio de los mismos. Los síntomas del H1N1 en las personas son similares a los de la gripe estacional. Inclu- yen fiebre muy alta (38 - 40o C), tos seca recu- rrente, dolor de garganta, moqueo o secre- ción nasal, dolores en el cuerpo, cefalea, escalofríos, fatiga, dolor en los ojos, pérdida del apetito, problemas para respirar, con sen- sación de falta de aliento. Una cantidad signi- ficativa de personas infectadas por este virus también presentaron cuadros de vómito y diarrea. En este momento no se conocen los grupos de personas que corren un alto riesgo Manuel Domene* Una pandemia de las proporciones que ha llegado a prever la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría colapsarnos al provo- car, en el mejor de los casos, bajas tempora- les que pueden llegar al 50% de la población laboral. Todos hemos de mantener en alto la guardia, especialmente el mundo del trabajo. Fase 6: Pandemia La fase 6, es decir la fase pandémica (según clasificación de la OMS), se caracteriza por la propagación del virus de persona a perso- na al menos en dos países de una región de la OMS, acompañada de la aparición de bro- tes comunitarios en al menos un tercer país de una región distinta. La declaración de esta fase indica que está en marcha una pan- demia mundial. Las autoridades sanitarias mundiales -a las que se les supone cautela para no causar fal- sas alarmas- han hecho anuncios y previsio- nes sin precedente respecto del posible alcance de la pandemia, previsiones apoca- lípticas que, por otra parte, se contradicen con afirmaciones de altos cargos de la OMS en el sentido de que el virus H1N1 es impre- visible. En cualquier caso, lo que sí parece cierto es que la OMS ha querido jugar la carta de una prevención precoz aunque ello haya sido a costa de crear un cierto estado de psicosis mundial. Ante la previsible imprevisibilidad del virus, sólo puede decirse que esta pandemia se sin- tetiza con una ecuación onerosa: Gripe A, elevada a la potencian, donde n, que es la incógnita, representa la amplia capa de población que deberá luchar contra el nuevo virus. Pandemia, una palabra que asusta Es importante explicar la etimología de pan- demia: (Pan), (Demos). Literalmente, significa Todo el Pueblo. Así, una pandemia es algo que repercute o afecta a la práctica totalidad de la población. El vocablo no encierra significado alguno relacionado con la gravedad de la afección. El 11 de junio de 2009 la Organización Mun- dial de la Salud (OMS) la clasificó con el nivel de alerta seis, es decir, pandemia actualmente en curso que involucra la apari- ción de brotes comunitarios (ocasionados localmente sin la presencia de una persona infectada proveniente de la región del brote inicial). Este nivel de alerta no define la gravedad de la enfermedad producida por el virus, sino su extensión geográfica. La tasa de letalidad de la enfermedad que inicialmente fue alta, ha pasado a ser baja al iniciar los tratamien- tos antivirales a los que es sensible. Sin