Técnicas de protección PROTECCIÓN LABORAL 60 | 3oTrimestre09 Protección de las manos frente a los hidrocarburos Al manipular el petróleo y sus derivados nos jugamos la piel Los hidrocarburos –o petróleo- se utilizan en la industria como combustibles, lubri- cantes y disolventes. Convenientemente tratados, se convierten en la materia prima para la síntesis de pinturas, revestimientos protectores, plásticos, caucho sintético, resinas, pesticidas, detergentes y una gran variedad de productos petro- químicos. Tanto es así, que hoy se nos haría difícil –o al menos extraña- la vida sin las aportaciones del “oro negro”. La explotación de este recurso natural no es gra- tuita en términos de seguridad y salud laboral. mecánico, químico, eléctrico, térmico, etc. Dichos riesgos se ceban en las manos, nues- tra herramienta natural de trabajo, que pue- den sufrir lesiones por el manejo inadecua- do de utillaje y de explosivos, se ven expuestas a quemaduras por vapor, fuego, ácido o lodo de la prospección, que puede contener sustancias químicas nocivas, como el hidróxido sódico, azufre y sus compues- tos (ácido sulfúrico y dióxido de azufre), o materiales radiactivos naturales. En definiti- va, la exposición al petróleo crudo y a los productos químicos que lo acompañan puede provocar dermatitis y lesiones de la piel. Éstas constituyen una primera brecha que, si no se elimina, constituye el inicio de una toxico-cinética patológica para los tra- bajadores del sector. Obviamos otros muchos peligros por no ser del ámbito de las manos, pero que constitu- yen un cóctel de una peligrosidad y severi- dad paradigmática. Huelga insistir sobre la necesidad de emplear guantes en tales esce- narios de trabajo. Los mismos ofrecerán pres- taciones como el agarre en medio húmedo y grasiento, resistencia mecánica y a los hidro- carburos (química) y, en algunos casos, resis- tencia ignífuga y térmica. La destreza es un plus añadido, pues, en un entorno tan exi- gente, marca la diferencia entre rendimiento o ineficacia, seguridad o siniestralidad. Planta petroquímica Si la extracción del crudo de las entrañas de la tierra plantea serios problemas de seguri- dad, la elaboración del mismo en plantas petroquímicas no le va a la zaga. Basta recor- dar el rosario de accidentes luctuosos que acumula esta industria en todo el mundo. Sin ir más lejos, recordamos la explosión registrada en la planta de Repsol YPF de Puerto Llano (Ciudad Real), acaecida en agosto de 2003, y que produjo numerosas víctimas entre los trabajadores. Según las Departamento de Marketing de Tomás Bodero, S. A.* En toda la cadena de vida del petróleo, desde la extracción a la distribución y consumo, están implícitos los riesgos laborales, que afectan como no podía ser de otra manera a las manos. Prospección, perforación y producción El ciclo del petróleo se inicia con su aflora- miento, por distintos métodos, en la torre de perforación. Los trabajadores de estas insta- laciones “deben poseer mucha experiencia, destreza y energía para afrontar las duras exigencias físicas y mentales de su trabajo”, señala la Enciclopedia de Seguridad y Salud en el Trabajo, de la OIT. Son riesgos habituales los fenómenos físicos como ruido y vibraciones. Los estudios epi- demiológicos constatan que los trabajadores de la prospección petrolífera experimentan dolencias como periartritis del hombro, o polineuritis de las extremidades superiores. Recuérdese que una de estas dolencias puede ser el síndrome del dedo blanco, un trastorno neuro-vascular provocado por las vibraciones en el sistema mano-brazo, y que afecta a la circulación periférica (las puntas de los dedos palidecen por la restricción del riego sanguíneo). Se trata de una dolencia que reduce dramáticamente la capacidad funcional de las manos. Una prospección petrolífera es un centro industrial en toda regla, donde cohabitan todos los peligros conocidos, de origen