Riesgos químicos y biológicos PROTECCIÓN LABORAL 57 | 4oTrimestre08 Muchas afectadas de SQM, con intolerancia ambiental aguda, deben aislarse de su entorno con mascarillas. Se las conoce como mujer-burbuja laciones (de los sistemas nervioso central, neuromuscular, respiratorio, y esquelético, respectivamente), alrededor de casi un ter- cio refieren otros síntomas, de otros siste- mas orgánicos, como son dolor abdominal, náuseas, trastornos visuales, opresión pec- toral, etc. Todos estos síntomas son referi- dos por los afectados por la SQM con una frecuencia mayor que por la población general, especialmente los que se refieren al sistema nervioso central, la piel, vías bajas del aparato respiratorio, y los genera- les de tipo sistémico. Intolerancia ambiental Para los afectados por esta “enfermedad ambiental”, que según las estadísticas osci- lan entre el 1% y el 10% de la población, el entorno se vuelve un medio hostil y sus sín- tomas pueden limitar gravemente su cali- dad de vida y su capacidad para trabajar. Ya hemos visto que la reacción “alérgica” de su cuerpo puede manifestarse con sínto- mas diversos. A partir de la sensibilización, el organismo de estas personas parece desa- rrollar intolerancia incluso ante niveles mínimos de algunos compuestos (como la tinta de los periódicos), hasta el punto de que muchas deben recurrir al uso de mas- carillas en ciertos ambientes. La aparición de este síndrome se asocia a menudo con el uso de insecticidas. El Hos- pital Clínico de Barcelona registra cada año 50 o 60 nuevos afectados. El síndrome de sensibilidad química múltiple puede iniciar- se por la exposición a un solo producto quí- mico en el medio ambiente, principalmente un insecticida organofosforado o un disol- vente orgánico. Una vez iniciada la reacción a este desencadenante primario, la persona también puede enfermar por la exposición a desencadenantes secundarios, como pro- ductos de limpieza doméstica (lejía, salfu- mán), perfumes, desodorantes, pinturas y barnices. Este síndrome no es una alergia, porque no hay mediadores inmunológicos. La OMS no considera aún este tipo de sen- sibilidad una enfermedad como tal; sin embargo, los datos constatan que este sín- drome parece aumentar su incidencia entre la población. La SQM ocasiona una grave afectación en la vida cotidiana de estas per- sonas porque el hecho de presentar sensi- bilidad a distintos productos provoca que tengan reacciones en lugares muy distintos. Además, éstas se agravan con el paso del tiempo y pueden llegar a obligar al pacien- te a usar una mascarilla cada vez que, por ejemplo, va al supermercado. En el entorno laboral, sobre todo en ambien- tes cerrados o edificios enfermos, la preva- lencia podría llegar al 20% en determinadas exposiciones accidentales, asegura Francis- ca López Crespi, médica del trabajo del Cen- tro de Seguridad y Salud Laboral de Barcelo- na, de la Generalitat de Cataluña. Un síndrome ubicuo La sensibilidad química múltiple se ha pre- sentado en multitud de ambientes (centros de enseñanza, oficinas bancarias, hoteles, edificios municipales, geriátricos, edificios sanitarios), casi siempre relacionados con la aplicación de insecticidas diversos, prin- cipalmente organofosforados y piretroides. Uno de los primeros brotes del que se tiene constancia fue en 1994 en un edificio her- mético, un laboratorio del complejo sanita- rio de Vall d’Hebron, en Barcelona. “Al poco tiempo de realizar dos desinsectacio- nes en una semana, un grupo de trabajado- ras empezó a sentir múltiples síntomas, aparentemente no demasiado graves, pero que desencadenaron, además de fatiga per- sistente, una intolerancia a los olores ante múltiples sustancias, y estas exposiciones les desencadenaban síntomas de nuevo”, explica Francisca López. El Centro de Seguridad y Salud Laboral de la Generalitat ha seguido casos relacionados con la aplicación de insecticidas en el interior de los centros de trabajo, y otros casos relaciona- dos con el uso de disolventes. Desde 1994, este centro ha registrado unos 750 casos. Unos 150 de los mismos están actualmente en situación de invalidez de diferentes grados por contingencia profesional. SQM y género de los afectados Aunque se ignora las causas, parece que la sensibilidad química múltiple tiene mayor prevalencia entre las mujeres. El 90,5% de las personas que acudieron a consulta, en el Hospital Clínico de Barcelona, aquejadas por este síndrome fueron mujeres, y el 39% de los casos diagnosticados estaban relacio- nados con tóxicos en el entorno laboral. Santiago Nogués, jefe de Toxicología de este hospital, describe el caso de una maestra de 45 años que llevaba cuatro meses sin poder perma- necer en un ambiente doméstico donde hubie- ra productos de limpieza, perfumes o suavizan- tes. Nogués cree que el origen del trastorno está en el entorno laboral de la mujer, ya que hacía seis meses que había iniciado el nuevo curso en unos barracones y su despacho almacenaba pro- ductos de limpieza. La maestra no tardó en notar los primeros síntomas. La agudización del síndrome provocó que esta afectada no sopor- tara el humo del tabaco ni el de los vehículos, los ambientadores o la laca de la peluquería. Por la consulta de Nogués también pasó una enfermera que refirió llevar seis meses sufriendo fatiga no justificada y que no cedía con reposo, trastornos del sueño, sequedad e irritación de mucosas, pérdida de memoria, atención y concentración, con alternancia de diarrea y estreñimiento. Los síntomas, dice Nogués, aparecieron a las 36 horas de realizar una fumigación contra las cucarachas en su trabajo, que también afec- tó a otros 15 compañeros; varios de ellos deben protegerse con mascarillas. Cada día se diagnostican nuevos casos, lo que indica que es una enfermedad que va en aumento.