Riesgos químicos y biológicos PROTECCIÓN LABORAL 57 | 4oTrimestre08 Los disolventes orgánicos son sustancias que, a temperatura ambiente, se encuentran en estado líquido y pueden desprender vapores, por lo que la vía de intoxicación más frecuente es la respiratoria, aunque tam- bién se puede producir por vía digestiva y cutánea. Todos los disolventes orgánicos son tóxicos, aunque su toxicidad varía de unos produc- tos a otros. Los vapores que desprenden son más pesados que el aire, por lo que su mayor concentración estará cerca del suelo. Estos vapores son rápidamente absorbidos a tra- vés de los pulmones, cruzan con gran facili- dad las membranas celulares y, debido a su gran solubilidad en grasas, alcanzan concen- traciones especialmente altas en el Sistema Nervioso Central (SNC). La excreción tiene lugar a través del pulmón, y aquéllos que se metabolizan por oxidación hepática, para formar compuestos solubles en agua, pue- den ser excretados por el riñón. Además de ser depresores del SNC, los disolventes pro- ducen efectos subjetivos que pueden ser similares a los de la marihuana, aunque las alucinaciones visuales son más intensas. También producen otros síntomas como euforia, excitación y sentimiento de omni- potencia, acompañados de visión borrosa, zumbido de oídos, alteraciones del lenguaje, dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor torácico o bronco-espasmo. Desde el punto de vista clínico, los pacien- tes parecen borrachos, pero su aliento, su pelo o su ropa huelen a disolvente. Pueden presentar disminución del nivel de cons- ciencia con progresión a convulsiones, sta- tus epiléptico o coma. La muerte súbita es un riesgo conocido de la intoxicación por disolventes, y se piensa que se debe a arrit- mias cardíacas graves. Por otra parte, la mayor parte de los disol- ventes, en contacto con la piel, produce der- matitis por sensibilización o por eliminación de las grasas naturales de la epidermis. Además de los síntomas debidos a la intoxi- cación aguda, los disolventes producen efectos a largo plazo por exposiciones repe- tidas a bajas concentraciones, debido a la lesión del hígado, riñones, SNC y médula ósea. Está bien reconocida la lesión hepato- renal debida a tolueno, tricloroetileno, clo- roformo y tetracloruro de carbono, así como la depresión de médula ósea y anemia aplási- ca asociada a la inhalación del benceno con- tenido en colas y pegamentos. Con el abuso del tolueno se han encontrado también efec- tos a largo plazo sobre el SNC, con aparición de encefalopatía, atrofia óptica, degenera- ción cerebelosa y alteraciones del equilibrio, así como neuropatía periférica. También se ha demostrado que el tolueno tiene efectos adversos sobre el feto, que la gasolina puede ser teratogénica y que varios disolventes son carcinogénicos en animales, aunque esto no se ha comprobado en humanos. La cantidad de trabajadores industriales expuestos a los disolventes y vapores tóxi- cos ha propiciado numerosos esfuerzos para determinar los niveles inocuos de exposi- ción. Así, se han establecido Valores Umbral Límite (Thresold Limit Value: TLV) o Con- centraciones Máximas Autorizadas (CMA) para los tóxicos aerotransportados. El TLV representa la concentración a la que la mayoría de los trabajadores puede exponer- se sin riesgos durante un período de 8 horas. La vía de acceso El enemigo, normalmente en forma de vapor o aerosol, penetra en el organismo a través de las vías respiratorias, pudiendo incorporarse directamente su carga nociva al caudal sanguíneo, lo que hace que ésta sea la vía con mayor potencial lesivo para el individuo afectado. Las vías respiratorias superiores (nariz, boca, laringe y faringe) constituyen el punto de entrada más importante. Según el experto en PRL, Manuel Jesús Falagán, autor de Higiene Industrial Aplicada, “se trata de un ‘sistema rápido’ dado que hay una conside- rable superficie de absorción del tóxico: 80 m2 y una barrera frágil de 0,00001 mm de espesor, así como un sistema franco debido a su contacto directo con el sistema circula- torio (oxígeno celular)”. Falagán afirma que “cualquier sustancia sus- pendida en el ambiente puede ser inhalada, pero sólo las partículas que cuenten con un tamaño apropiado alcanzarán los alvéolos pulmonares (...) Los vapores, gases y aeroso- les no rechazados por las defensas naturales del individuo podrán llegar a los alvéolos, lugar donde se produce el paso del oxígeno a la sangre, produciendo daños locales o atravesándolos para incorporarse a la sangre y, así, ser distribuidos por todo el cuerpo junto con el oxígeno”. Este autor también señala que “la porción total de contaminante absorbida por vía inhalatoria quedará supeditada a su concen- tración en la atmósfera de trabajo, al tiempo de exposición y a la ventilación pulmonar”. Una vez en los alvéolos pulmonares, los tóxi- cos pueden absorberse por diferente meca- nismos (difusión pasiva, fagocitosis, o difu- sión linfática), siendo ésta última la más grave, ya que la toxina llega rápidamente a la sangre a través de la circulación, producién- dose una perniciosa y casi inmediata con- centración hemológica que origina cuadros clínicos graves. Los disolventes también pueden absorberse por vía dérmica, que hará mucho más lenta la llegada de la carga nociva al torrente san- guíneo; y por vía digestiva, a través de la boca, por contacto con las manos, bebidas, alimentos y cigarrillos contaminados. EFECTOS DE LOS DISOLVENTES SOBRE LA SALUD A CORTO PLAZO A LARGO PLAZO Efectos causados por una sola exposición Efectos causados por exposiciones frecuentes -Irritación de ojos, nariz y garganta -Lesiones en SNC (sensación de embriaguez) -En contacto con la piel pueden provocar eczema e irri- tación al disolver las grasas de la piel -Lesiones de riñón (insuficiencia renal en casos graves) -Actuación sobre el Sistema Nervioso Central (SNC) con efecto narcótico (sensación de somnolencia) -Lesiones de hígado (síntomas digestivos como pérdida de apetito, mal sabor de boca. Pueden desencadenar cáncer) -Náuseas, vómitos, mareos -Lesiones en corazón (alteración del ritmo cardíaco) -Dolores de cabeza -Lesiones pulmonares -Lesiones de médula ósea (anemias y leucemias) -Lesiones de piel (enrojecimiento, urticaria,