Técnicas de protección PROTECCIÓN LABORAL 57 | 4oTrimestre08 empleo de la llama, por lo que su manejo exige tomar precauciones. En este tipo de manipulaciones la quemadura puede no pro- ceder directamente de la llama, sino al con- tacto accidental con el líquido calentado (baños calientes), lo que puede evitarse con el empleo de guantes apropiados. Y si que- man los baños calientes, también lo hacen los fríos. En este sentido, debe evitarse cual- quier contacto prolongado con el fluido criogénico, o introducir las manos en un baño de este tipo. La lesión no es inmediata por el efecto sedante del frío; pero, si se pro- duce la quemadura criogénica, ésta aparece- rá en forma de vesicación (ampolla) transcu- rrido un breve lapso de tiempo. • Instrumental analítico Los riesgos del cromatógrafo de gases inclu- yen quemaduras con el detector, inyectos, columna, y pinchazos con jeringas. Así, deben utilizarse guantes resistentes al calor cuando pueda darse el contacto con superfi- cies calientes. Los riesgos térmicos (o contactos eléctricos) también afectan al espectrofotómetro de absorción atómica y a otros equipos de labo- ratorio, como espectofotómetros, fluoríme- tros, balanzas, phímetros, auto-analizadores, microscopios, baños de ultrasonidos, etc.). • Grandes equipos e instalaciones Incluimos en este grupo otros clásicos como son los autoclaves y los reactores. Los auto- claves, dispositivos que sirven para esterili- zar el material de laboratorio, suelen trabajar a presiones muy elevadas, por lo que ya suponen un riesgo en sí mismos por la posi- bilidad de explosión del aparato y las consi- guientes proyecciones violentas. Sin entrar en pormenores, otras fuentes de riesgo en este sector son las calderas (gene- ran vapor de agua o agua caliente), compre- sores y su instalación de servicio (suminis- tran aire a presión), gases combustibles, botellones de gases industriales, gases crio- génicos... En estos casos, a los riesgos del gas hay que añadir los específicos de los aparatos a presión, los riesgos que supone su manipu- lación en tanto que cargas físicas (agravadas en el caso de ser manipulación manual de la carga), su almacenamiento, etc. Tampoco es un asunto trivial la seguridad eléctrica en el laboratorio. A su uso generali- zado en todo tipo de operaciones y sistemas, hay que añadir el desconocimiento y la fami- liaridad con esta fuente de energía, lo que conduce frecuentemente a usos indebidos o adquisición de hábitos incorrectos. Ello se ensombrece aún más si concurre la circuns- tancia de que las instalaciones no están debi- damente protegidas o son inadecuadas, des- fasadas, etc. Basta subrayar al respecto lo dicho en esta serie de artículos: para evitar el accidente eléctrico –es decir, que una per- sona entre en contacto con el circuito eléc- trico- deberá descartarse el uso de cualquier aparato eléctrico que funcione indebida- mente, reservando toda reparación o inter- vención en la instalación eléctrica a perso- nal especializado. Por supuesto, cualquier intervención que pueda hacer el personal no especializado debe hacerse habiendo cortado previamente el suministro mediante los correspondientes interruptores, limita- dores o magneto-térmicos de que se dispon- ga en la instalación. Las manos, ‘diana’ de los riesgos biológicos Los trabajadores de los laboratorios y los profesionales de la sanidad afrontan diversos riesgos laborales de origen biológico. Se trata, en suma, de la exposición a virus y otros micro-organismos, fármacos agresivos, y del riesgo de pinchazos o cortes con mate- rial quirúrgico. Las manos, nuestra primera herramienta de trabajo, son el principal órgano diana de los peligros biológicos. Sólo la prevención y el uso de guantes pueden evitar consecuencias de efecto y alcance indeseables. La exposición a agentes biológicos por con- tacto con microorganismos infecciosos puede desembocar en el desarrollo de una enfermedad infecciosa o, en el mejor de los casos, en la aparición de reacciones alérgi- cas. Ambas circunstancias dependerán de la virulencia del germen, su ciclo biológico, las condiciones ambientales y las características inmunológicas del trabajador infectado. Por “agente biológico” se entiende cual- quier microorganismo –en su estado natural o modificado genéticamente-, cultivos celu- lares y endoparásitos humanos susceptibles de originar cualquier tipo de infección, aler- gia o toxicidad en seres humanos. Así, en la lista debemos incluir los virus, bacterias, protozoos, hongos y helmintos. Vías de entrada de los agentes biológicos A los efectos de Tomás Bodero, en tanto que fabricante de guantes, nos limitaremos a hablar de la piel (vía dérmica o vía parente-