4oTrimestre08 | PROTECCIÓN LABORAL 57 Técnicas de protección que se han enfriado los materiales o instru- mentos antes de cogerlos con las manos des- cubiertas. La quemadura –de la que hablaremos más adelante en riesgos específicos- también puede ser de origen químico por el contacto dérmico con productos corrosivos, ya sean ácidos, bases o agentes deshidratantes y oxi- dantes, de amplia aplicación en el sector. Su principal efecto es la destrucción tisular (tejidos). Será imprescindible conocer a fondo los productos (FDS) de forma que puedan adoptarse las medidas preventivas adecuadas. Durante la manipulación de estos productos, se utilizará un guante ade- cuado a la naturaleza de éstos, circunstancia que puede resolverse mediante la tabla de resistencia química que facilitamos los fabri- cantes en relación con nuestra gama de fabricados. • Intoxicación. Es un riesgo omnipresente que deriva de las sustancias empleadas. La vía de entrada al organismo de los tóxicos es variada, pero la inhalación y la absorción por la piel son los más frecuentes. En la medida de lo posible, se recurre a medidas organizativas inspira- das lógicamente en la sustitución de los pro- ductos más peligrosos por otros menos noci- vos, circunstancia que no siempre es posible. Por ello, se deberá manejar con sumo cuidado los productos concentrados, prestando especial atención en las operacio- nes de mezcla y trasvase. Todas estas opera- ciones se efectuarán empleando prendas de protección personal, entre las que no falta- rán los guantes idóneos en función de las sustancias. El efecto nocivo de los productos químicos tóxicos varía en un rango que va del envene- namiento leve al desarrollo de enfermedades oncológicas. No en vano, entre los productos químicos de laboratorio encontramos más de un centenar de sustancias que son carcinóge- nas. Así pues, la prevención no es gratuita, máxime cuando muchas de las sustancias no provocan un daño ostensible en primera ins- tancia, sino que actúan insidiosamente y a medio-largo plazo. Manipulación de material instrumental o instalaciones A los riesgos del producto químico hay que añadir los derivados del material-instrumen- tal de trabajo y los propios de cualquier ins- talación industrial. • Material de vidrio En el trabajo de laboratorio se emplea mucho material de vidrio que, si es defec- tuoso o se utiliza de forma inadecuada, puede provocar cortes en las manos u otras partes corporales. El vidrio representa un riesgo debido a su fragilidad mecánico-tér- mica, cambios bruscos de temperatura o presión interna. También pueden producir- se heridas y cortes por la apertura de mate- rial vítreo obturado (tapones esmerilados, llaves de paso, conectores de alambiques, rotura de pipetas, probetas, etc. Finalmente, cabe considerar el riesgo de explosión, implosión o incendio –que puede afectar de forma inmediata a las manos, nuestro primer instrumento de trabajo- por la rotura del material de vidrio en operaciones realizadas a presión o al vacío (implosión). Como es lógico, para operaciones comunes como son el corte de tubos o varillas, las manos deben protegerse con guantes. • Aparatos con llama (mecheros), baños calientes y fríos Aunque existen métodos alternativos como el empleo de placas calefactoras y microon- das, el mechero de sobremesa es todo un clásico del sector químico-laboratorios. Representan un peligro térmico por el Contra el riesgo biológico, barreras de prevención Hace ya muchos siglos que los humanos desarrollamos el escudo para protegernos de ciertas agresiones. Ésta es, ni más ni menos, la solución preventiva: establecer un escudo o barrera física entre el instrumental portador de fluidos contaminados y las manos del personal que lo maneja, entre el animal de experimentación y el técnico de laboratorio, entre el dispensador de fármacos y el paciente, entre los residuos peligro- sos y sus gestores. No hay otra solución. La barrera para las manos consiste en un par de guantes... sean éstos anti-pinchazos, anti-mordeduras, anti-fármacos agresivos o anti-detritus peligrosos. El resto del cuerpo se protege con mascarillas, gafas y batas. Ni que decir tiene que todo ello se ha de complementar con una higiene metódica y rigurosa, que es la madre de todas las batallas contra el riesgo biológico. El uso de guantes está indicado por los servicios de prevención para todos los riesgos que hemos descrito previamente: • Manejar sangre o fluidos corporales, objetos potencialmente infectados o al rea lizar procedimientos invasivos en pacientes de riesgo. • Manejar animales de experimentación en el laboratorio. • Manipular-gestionar excreciones de pacientes infecciosos y los residuos de labo- ratorios y hospitales. • Administrar a los pacientes fármacos que implican un riesgo biológico para el personal sanitario. En relación con los citotóxicos, se recomienda la utilización de guan- tes quirúrgicos de látex y, en algunos casos, también de PVC (sin talco en el interior). Los guantes deben colocarse por debajo de los puños de la bata, y se aconseja cambiar- los frecuentemente (cada media hora), y siempre que se contaminen con algún citostá- tico, cuando sufran alguna rotura y al finalizar cada sesión de trabajo. El uso de doble guante es recomendable siempre que no dificulte la técnica de manipulación.