3oTrimestre08 | PROTECCIÓN LABORAL 56  Tribuna Responsabilidades civiles y penales en PRL Hay que mentalizarse que la empresa necesita una inversión en calidad y cantidad en materia de PRL. La empresa debe mentalizarse de lo que es un técnico de pre- vención, a quien la ley obliga a poseer unos conocimientos insoslayables. En el sec- tor de la construcción, los cuadros directivos tienen que haber pasado por una for- mación. No sólo hay que buscar el beneficio, hay unas responsabilidades en prevención, como son la defensa de la salud y la integridad del trabajador. El incumplimiento es un delito, que vincula legalmente a toda la cadena de mando de la empresa. dor). Cada obra es un mundo diferente del resto, que se desenvuelve en una metamor- fosis permanente, ya que la obra es como un ente vivo. Pero no se llamen ustedes a engaño: no hace falta que ocurra lo peor, es decir, el acciden- te laboral. Cuidado porque el Código Penal castiga también el delito de riesgo. No hace falta que sobrevenga el accidente. En el peor de los casos podríamos encontrarnos ante una acumulación de delitos: el de riesgo y el de homicidio imprudente. Y ya, para concluir, quiero subrayar una idea que, a mi juicio, es fundamental. La actitud empresarial ha de ser –como es lógico- la de una descentralización de funciones, pero asu- miendo la prevención. Vuelvo a repetir que se ha extinguido la nociva figura del aficionado. El empresario tiene que estar en condiciones de demostrar que cuenta con una organiza- ción preventiva excelente. No es de recibo exigir responsabilidad al trabajador si el patrón no cumple. Lapidariamente les diré que ‘la soledad está en todos’, pero hay menos soledad cumpliendo la ley”.. “Se acabó el ‘aficionado’ en este sector. Señor empresario de la construcción, gane usted dinero, pero asuma sus costes de responsabilidad y profesionalidad” *Fernando Valdivia. Doctor en Derecho y Magistrado. Texto extraído de la ponencia pronunciada por el magistrado en la Jornada de la UPC sobre Responsabilidades del Empresario en mate- ria de PRL. Fernando Valdivia* La empresa de construcción ha de empezar a entender que debe homolo- garse. La prevención supone que exis- te un modelo de excelencia que sirve para avalar la capacidad de la empresa de probar que ha puesto los medios necesarios para la prevención. No me sirve que esté todo per- fecto sobre el papel, sino que debe existir un “tercer nivel” eficaz y capaz, al mismo tiempo, de probar su eficiencia. “La Ley de Subcontratación exige la homologación de los proveedores, una homologación real: hay que probar que el documento tiene contenido funciona a pie de obra, en el tajo” La Ley de Subcontratación exige la homolo- gación de los proveedores, una homologa- ción real: hay que probar que el documento tiene contenido y funciona a pie de obra, en el tajo. De lo contrario, el empresario se arriesga a ser imputado. El empresario está en libertad provisional vigilada, aunque me duela hablar así. Cómo podría ser de otra manera si, por ejemplo, en una obra todo es posible, desde el carajillo, al chute con sus- tancias, hacer el ‘torero’ en el andamio o gestionar las dificultades idiomáticas, cada día más frecuentes. Hay que luchar a través de la organización empresarial, y quien se encargue de la PRL, por favor, que sea soberano. La empresa del sector de la construcción tiene un catecis- mo (LPRL, Ley de Subcontratación) que le marca sus obligaciones. El empresario se ha de proteger con su organización preventiva, necesita cultura de inversión, que debe poder probar. La subcontratación intensiva es de alto riesgo, y si hay una cesión ilegal (prestamismo laboral) no se salva ni pepito pérez. De una vez por todas, nos tiene que quedar muy claro que para evitar las respon- sabilidades hay que cumplir escrupulosa- mente los requisitos legales. Se acabó el ‘promotor virtual’, un explotador sin senti- mientos, entrañas ni estructura. Le sustituye una organización que dispone de actualiza- ción administrativa en obra, imparte forma- ción, exige una acreditación profesional a sus empleados (TPC o Tarjeta Profesional de la Construcción). La obra, el tajo se ha digni- ficado, que caigan los incumplidores. Se acabó el ‘aficionado’ en este sector. Señor empresario de la construcción, gane usted dinero, pero asuma sus costes de responsa- bilidad y profesionalidad. Homologue a sus proveedores. Sepa que las prisas en obra no son buenas consejeras y que, sobre todo, hay que tener el recurso preventivo designa- do, y en marcha un plan de seguridad real y efectivo (no vale el copiar-pegar del ordena-