Trabajo y salud PROTECCIÓN LABORAL 56 | 3oTrimestre08 dencia descendente en los últimos años. Por su parte, las hipoacusias por ruido, con 577 casos, han crecido ligeramente en los últimos años, mientras que el asma, con 232 casos, ha registrado descensos. Otras enfer- medades a destacar son la brucelosis, con 88 casos, silicosis (74) y hepatitis (15). Las E.P. en la Comunidad Valenciana Dado que el registro y la estadística han sido uno de los talones de Aquiles de la administración sanitaria, los datos que siguen son de 2004, aunque suficientes para esbozar la situación. Un total de 1.700 personas fallecieron durante 2004 a consecuencia de dolencias relacionadas con el trabajo en la Comuni- dad Valenciana. De esta cifra, 1.463 falleci- dos eran hombres, y 227, mujeres. Ade- más, según los datos del sistema oficial de registro de enfermedades profesionales en la Comunitat Valenciana, en ese mismo año 2004 se declararon 1.308 enfermeda- des profesionales, de las cuales el 1% fue grave. Estos datos proceden del estudio sobre el impacto de las enfermedades pro- fesionales de origen laboral en la Comuni- tat Valenciana, en el año 2004, presentado por el sindicato CCOO-PV. El informe, realizado por el Instituto Sindical de Trabajo Ambiente y Salud (ISTAS), denuncia que el 83,4% de estas dolencias ni siquiera aparece registrado en las estadísti- cas oficiales, un hecho que para el secretario general de la CCOO-PV, Joan Sifre, “revela que nos encontramos ante un problema mayor que el de la siniestralidad laboral y que, al no tener hueco en el registro oficial, parece que no exista”. En opinión del portavoz del ISTAS, Rafael Gadea, “a tenor de los datos, calculamos que cada año se produce en la Comunitat una cifra de 7.871 nuevos casos de enfermedades labo- rales”. Una de las consecuencias es, a juicio de Gadea, “la pérdida de 13.000 años potenciales de vida por las enfermedades laborales”. El estudio indica que los más prevalentes son los relacionados con la exposición a productos químicos, riesgos ergonómicos y riesgos psico- sociales. Por todo ello, CCOO calificaba de “oportunidad” la nueva normativa de enferme- dades laborales vigente desde enero que esta- blece que médicos del sistema público puedan iniciar la declaración de patología laboral. El caso de Castellón Un estudio elaborado también por ISTAS advierte de que cada año se producen en la provincia 1.031 casos de enfermedades de origen laboral que, sin embargo, no están incluidas como patologías profesionales. Las estimaciones del estudio desvelan que el impacto de las enfermedades de origen labo- ral es entre 5 y 20 veces mayor en cuanto a mortalidad que los accidentes laborales. De hecho, las enfermedades laborales provoca- ron un total de 59 fallecimientos en 2004, frente a los 12 muertos en accidentes labora- les en el mismo año. Sin embargo, otras esti- maciones elevan a 228 la cifra de fallecidos a causa de exposiciones ocurridas en sus luga- res de trabajo. El estudio parte de la base de que el sistema oficial de registro infravalora en gran medida el verdadero impacto de las enfermedades relacionadas con el trabajo. La mayoría de los fallecimientos se produjo a causa de tumores malignos y enfermedades cardiovasculares debidos a la utilización de productos tóxicos en la industria, como los disolventes que deberían ser eliminados. ISTAS informa del caso de las trabajadoras de una firma de pintura metálica de Caste- llón, que eran remitidas al médico de cabe- cera por las alergias causadas al pintar meta- les con pistolas sin medidas de protección. Por ello, el Instituto reclama la puesta en marcha de medidas preventivas en la Estra- tegia Valenciana de Seguridad y Salud en el Trabajo y que el Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat) salga de su letargo y sea impulsor de iniciati- vas preventivas y de protección. ISTAS subraya el hecho de que Navarra mul- tiplica por diez la cifra de enfermedades de origen laboral diagnosticadas tras involucrar a los médicos de Atención Primaria en la pre- vención de este tipo de patologías. Respecto al millar de nuevos casos de enfermedades Subestimación de la siniestralidad laboral (ILO) La infra-declaración de enfermedades profesionales es una constante mundial. “La triste realidad es que, en algunas regiones del mundo, muchos trabajadores morirán probable- mente por la ausencia de una cultura de la seguridad adecuada”, señalaba Jukka Takala, siendo Director del Programa de Seguridad y Salud en el Trabajo (SafeWork) de la OIT (actualmente es el director de la ASST de Bilbao). “Se trata de un elevado precio a pagar por un desarrollo incontrolado. Debemos actuar de inmediato para invertir estas tendencias”, sentenciaba Takala.” El informe revela que los hombres, en particular, corren el riesgo de fallecer en edad de tra- bajar (menos de 65 años), mientras que las mujeres padecen más enfermedades contagiosas de origen profesional, factores psicosociales y trastornos musculo-esqueléticos de larga dura- ción. En varios países industrializados, más de la mitad de las jubilaciones son anticipadas o se vinculan a la concesión de pensiones de incapacidad, y no a que los trabajadores alcancen la edad normal de retiro. Aunque no todos los factores que subyacen a estas tendencias se deben directamente a la actividad laboral, el lugar de trabajo constituye una plataforma fun- damental para la prevención y el mantenimiento de la capacidad laboral mediante su sistema de gestión. En caso contrario, el lugar de trabajo se convierte en una seria amenaza: merma de la calidad de vida, cuando no merma de la vida en sí misma. En el informe de la OIT se afirma que los sistemas de información y cobertura en mate- ria de salud y seguridad en el trabajo en muchos países en desarrollo son deficientes y, en algunos casos, se tergiversan. Por ejemplo, India declara 222 accidentes mortales, mientras que la República Checa, cuya población activa equivale aproximadamente al 1% de la de India, consigna 231. La Unión Europea, en su reciente Retrato Estadístico, estimó un total de 120.000 muertes (UE 15) de origen profesional, mientras que la estimación de la OIT se sitúa actualmente en unos 122.000 fallecimientos relacionados con el trabajo cada año. Se estima que la cifra correspondiente en Estados Unidos asciende a 103.000. Estamos ante una epidemia de proporciones apocalípticas que pasa invisible ante nuestros ojos.