3oTrimestre08 | PROTECCIÓN LABORAL 56 Protección, seguridad e higiene de las manos por el nitrilo, que ofrece prestaciones simi- lares y evita tener que comprar diferentes productos para una misma función. Es decir, los guantes deben adecuarse no sólo a los riesgos previstos, sino también a la persona que los va a utilizar. Esto también es válido para aspectos que tienen más rela- ción con los hábitos del usuario que con condicionantes físicos como es una hiper- sensibilidad. Por ejemplo, una situación que se da a menudo es tener que ponerse guantes de protección mecánica para proteger las manos de golpes, martillazos, aplastamien- tos, etcétera. Sin embargo, si el puesto de trabajo requiere a la vez ciertas tareas de destreza –como atinarle a un clavo–, muchas veces el operario se quita el guante, por cómodo que sea, y pierde toda la protec- ción. ¿Qué se puede hacer entonces, aparte de extremar la vigilancia para impedirlo? Una alternativa aceptable es proporcionarle guantes sin las puntas del índice y el pulgar. Así, se sacrifica la seguridad de ambos en favor de más destreza, pero al menos el resto de la mano queda a resguardo. Tan importante como la correcta elección y conservación del guante es reconocer hones- tamente si se va a utilizar o no, y por qué. De hecho, un equipo de protección sólo es ver- daderamente fiable si se aúnan tres factores: adecuación del guante al riesgo, uso y con- servación correctos y confortabilidad del usuario. Si el guante provoca una sudoración excesiva o es incómodo, antes o después el operario se lo retirará para descansar y en ese momento será vulnerable a los riesgos. En circunstancias excepcionales, la expe- riencia y el sentido común representan el mejor aliado para el usuario. Si nos vemos inmersos en una situación imprevista, como una inundación, debemos ser conscientes de qué quizá no haya ningún guante idóneo y sea preferible utilizar dos pares distintos para prevenir cortes causados por escom- bros y para evitar el contacto con restos orgánicos, es decir, un guante de protección mecánica más otro impermeable por deba- jo. En este caso, las especificaciones técni- cas serán de gran ayuda para conseguir una protección combinada eficaz. Ante todo, debemos ser prácticos: no por dis- poner de una gran variedad de guantes, la protección va a ser más adecuada. Es preferi- ble simplificar y contar con los modelos jus- tos para cada tipo de riesgo que volverse loco en una emergencia buscando el producto adecuado. Esto también es aplicable en el día a día, ya que representa un ahorro de costes y de complicaciones innecesarias. Hay que tener en cuenta que la protección laboral es un área muy regulada, por lo que lo más sen- sato es utilizar la propia legislación como guía para saber qué tipos de productos hay y qué puede sernos útil sin multiplicar el número de referencias en el almacén. Y, sobre todo, recordar la regla de oro de la seguridad: no hay nada mejor para la protec- ción de las manos que usar la cabeza. *Lorraine Griffith. Responsable de Marketing de Kimberly-Clark Professional*