3oTrimestre08 | PROTECCIÓN LABORAL 56 Protección, seguridad e higiene de las manos de accidentes afectan a las manos, pudiendo incapacitarnos para el trabajo de forma irreversible. 3. Dado que no existe el guante ‘universal’, ¿tienen las empresas unos criterios claros de selección del producto más adecuado a sus riesgos específicos? ¿Cuáles son los aspectos fundamentales o decálogo bási- co para la selección del guante correcto? • Duerto: Entendemos que exactamente no, puesto que empresas donde se desarrolla el mismo trabajo prefieren modelos y calidades distintas. Sí que se ha notado positivamente la influencia de los técnicos de segu- ridad incorporados a estas empresas en los aspectos de selección de los EPI. • Faru: Para la correcta selección de un guante hay que tener en cuenta los niveles de protección que debe cumplir para un determinado puesto de trabajo, por ejemplo, si hay riesgo de sufrir cortes pequeños, un nivel de protección 2 frente al corte sería suficiente, si se trabaja con planchas metálicas finas donde el corte puede ser más profundo debe- rían utilizarse niveles mayores de protección. Otro aspecto a tener en cuenta es las distintas partes de la mano donde debe haber mayor pro- tección. Muy importante será también que se ajuste y adapte correcta- mente, incrementando el confort en su uso. Habrá que tener en cuen- ta si es necesario que los dedos tengan sensibilidad, que ofrezca un buen agarre frente a posibles resbalones. La inocuidad del material con el que está fabricado el guante es importante si hay trabajadores que pueden tener alergias a determinados compuestos. • Grupo Jomiba: En este sentido las empresas suministradoras tenemos la responsa- bilidad de aconsejar y ayudar a nuestros clientes en la búsqueda del EPI apropiado, si bien es cierto que hay ciertos riesgos muy gene- ralizados en la mayoría de las actividades, cada vez se requiere más la especialización en función de los diferentes riesgos específicos. Los criterios necesarios a la hora de la elección pasan por un primer análisis y estudio de la actividad en sí, que generará las conclusio- nes en cuanto a los riesgos existentes, sin olvidar nunca que hay que tener muy en cuenta las condiciones y entorno de trabajo, ya que una misma actividad puede tener infinidad de variables depen- diendo de multitud de factores que pueden añadir distintos peli- gros a los que hacer frente. Así mismo, en la evaluación hay que examinar la durabilidad del riesgo, su frecuencia y gravedad. Una vez conocidos los peligros debemos elegir un EPI que nos ofrezca protección frente a todos y cada uno de los riesgos exis- tentes sin mermar nuestra confortabilidad en la medida de lo posi- ble; que cumpla con las exigencias necesarias para el asegura- miento de una protección fiable y segura. Las empresas apuestan por facilitar a sus trabajadores los equipos y condiciones óptimas