Técnicas de protección PROTECCIÓN LABORAL 56 | 3oTrimestre07 La gripe aviar Entre las enfermedades infecciosas provoca- das por animales enfermos la de más triste actualidad –y que ha hecho correr los ríos de tinta- es la llamada gripe del pollo o aviar. Dado que se trata de un riesgo biológico que amenaza a los trabajadores y a la población en general, aprovecharemos este artículo para trazar el perfil de la enfermedad. La gripe aviar es, básicamente, una enferme- dad que puede afectar a las aves y, ocasional- mente, transmitirse al hombre. Esta enferme- dad, que fue identificada en el sur de Italia hace cien años, es por tanto conocida en los ambientes avícolas y ganaderos. Es una enfer- medad muy contagiosa; los microorganismos se encuentran principalmente en gallinas y aves ubicados dentro de zonas de corral, aun- que no es descartable la transmisión de la epi- demia por aves migratorias en libertad. La transmisión se realiza por contacto directo con las heces infectadas y otras secreciones. Los huevos rotos contaminados en la zona de incubación también transmiten la infección, que puede mantenerse latente durante mucho tiempo. Para colmo de males, se han encontrado evidencias de que la enfermedad estaría mutando y, con ello, diversificando sus cepas, como veremos seguidamente. ·Intercambio de genes de la gripe aviar Veterinarios del Servicio de Investigación Agrícola estadounidense (ARS, en sus siglas inglesas) han identificado recientemente una nueva cepa de la gripe porcina con una parti- cularidad molecular: su composición incluye genes tanto de la gripe aviar como de la porci- na. De hecho, el hallazgo no es nuevo, sino una confirmación de una evidencia anterior. En 2003, expertos chinos confirmaban por primera vez la identificación del virus de la gripe aviar H5N1 en cerdos. Existiría pues una cadena de contagio de aves a mamíferos, que se convertirían en el “hábitat” idóneo para la mezcla de un virus mutante. *Tomás Bodero Sáiz. Responsable de Marketing de Tomás Bodero, S. A. Artículo elaborado con la colaboración de Gaceta de la Protección Laboral y Manuel Domene (Periodista). Supervisado por el alergólogo Pedro Carretero. Dramatizar la dermatitis La dermatitis, que aparece como consecuencia de unas condiciones insalubres para la mano, tiene un aspecto y consecuencias desagradables, desembocando en muchos casos en incapacidad laboral, u otros problemas de salud más serios si no se sigue un tratamien- to rápido e intensivo. Hay ocasiones en que conviene desdramatizar las cosas. No es este el caso. Por utilizar el mismo término, tratándose de dermatitis, conviene dramatizar las consecuencias de una dolencia aparentemente trivial. La razón es simple: trabajamos con las manos –que son nuestro medio mecánico de interactuar con nuestro espacio físico-, luego una afección invalidante de las manos supone una pérdida de la capacidad laboral. En el caso de muchos buenos profesionales esa incapacidad laboral no es transitoria, sino crónica, lo que supone un serio revés personal-profesional y una pérdida de talento para la sociedad. Así pues, la dermatitis no es trivial. Evitarla bien vale la pena, situación al alcance de todo trabajador que emplee el sentido común... y los guantes. ·Los peligros de la dermatitis La dermatitis laboral es un problema serio. Más de la mitad del tiempo perdido por enfer- medades profesionales tiene como causa la dermatitis, un problema para las empresas y, sin duda, para el sujeto paciente. La dermatitis profesional es una inflamación de la piel causada por el contacto con una sus- tancia irritante presente en el puesto de trabajo. Los síntomas y la variedad de las condicio- nes varían considerablemente. El tiempo para contraer la dermatitis profesional dependerá de una serie de factores: -Si la sustancia en cuestión es un irritante conocido o no. -El tiempo y frecuencia de contacto con la piel. -El abanico de temperaturas. -El tipo de piel y sensibilidad individual. Localizada normalmente en las manos y antebrazos, los síntomas de la dermatitis profesio- nal pueden ser rojez, picor, propagación y aparición de ampollas. Un empeoramiento con- ducirá al agrietado y sangrado de la piel, pudiéndose producir infecciones cutáneas. Estas condiciones son suficientes para provocar la incapacidad laboral transitoria del trabajador y, en casos extremos, podrían imponer un cambio de oficio. Su diagnóstico precoz y la pro- filaxis adecuada producirán una completa recuperación del afectado. Como en todo, también en la dermatitis la prevención es la regla de oro: los trabajadores deben contar con un adecuado nivel de protección.