3oTrimestre07 | PROTECCIÓN LABORAL 56 Técnicas de protección das), cuestión que no es baladí, y que los agri- cultores deben sopesar adecuadamente, conociendo y, sobre todo, aplicando unas pautas mínimas de seguridad. Los tóxicos pueden entrar en el cuerpo por la boca (ingestión), por los pulmones (inhala- ción), por la piel intacta (absorción percutá- nea) o por heridas en la piel (inoculación). La posibilidad y el grado de absorción cutánea varían con el producto químico; algunos de éstos ejercen una acción directa sobre la piel, causando dermatitis. Sobre los fertilizantes, sólo decir que la base más común a todos ellos es el amoníaco, conocido sobradamente por su condición de alérgeno y por provocar la irritación de la piel, ojos y vías respiratorias. También puede pro- vocar quemaduras y es inflamable. Hasta el momento, en el repaso de la abultada lista de riesgos que acosan al agricultor hemos obviado la aseveración de que el guante es imprescindible elemento de protección. Pero, al tratar los riesgos químicos, sí vamos a hacer alguna precisión más explícita. ·Empleo de guantes Las manos son las partes más expuestas al con- tacto con los contaminantes, por lo que debe protegérselas utilizando siempre guantes aptos para el manejo de sustancias químicas, resistentes a la permeación por líquidos. Por razones obvias, no deben usarse guantes que incorporen un forro o muñequera de tela o que estén hechos de cuero (son hidrófilos), ya que dichos materiales absorben los pesticidas en lugar de repelerlos. Después de utilizar guantes no desechables, será necesario enjua- garlos bien con agua limpia antes de quitárse- los. La falta de rigor en este importante capítulo del manejo de sustancias químicas hará que las manos queden expuestas a sufrir irritacio- nes, quemaduras o úlceras. Los productos quí- micos pueden romper la defensa que nos pro- porciona la piel y penetrar en la sangre, con resultados peligrosos y, a veces, fatales, aun- que sea a largo plazo, lo que dificulta aún más establecer una relación de causa-efecto. Los trabajadores expuestos no deben olvidar que las sustancias químicas no siempre cau- san un daño inmediato, siendo la exposición acumulativa la que causa, en muchas situacio- nes, daños irreversibles. La falta de cultura preventiva –cuando no analfabetismo- y la desidia son elementos en contra de la seguri- dad y salud del agricultor. ·Mantenimiento de maquinaria Las máquinas también comportan riesgos quí- micos. Con frecuencia, el agricultor se ve abo- cado a actuar como mecánico o, como míni- mo, hacer labores de mantenimiento de la maquinaria. Ello implica un contacto frecuen- te con aceites minerales y gasóleo, sustancias que son nocivas para la higiene de las manos y la salud en general. Aquí sería de aplicación todo cuanto en su día dijimos sobre la preven- ción de riesgos laborales en el sector del man- tenimiento de automóviles y talleres de auto- moción, con especial atención a los aceites minerales y otros fluidos empleados en las máquinas, que lejos de su aspecto y tacto apa- rentemente inofensivos pueden ocasionar dolencias como el “botón de aceite” por oclu- sión de los poros de la piel, o inducir el desa- rrollo de enfermedades oncológicas, siempre debido al contacto con manos o la piel.