2oTrimestre08 | PROTECCIÓN LABORAL 55 Informes y estudios utilizando conductas sustitutivas como el con- sumo de alcohol. El estrés puede favorecer tanto el inicio del consumo como la recaída en los ex-alcohólicos. Se observa un consumo mayor de alcohol y drogas en las personas paradas que en las personas en activo Hay otra serie de factores que tienen más que ver con la propia organización del trabajo y del proceso productivo y que pueden llegar a favorecer el consumo de drogas: jornadas de trabajo demasiado prolongadas, rotación horaria, ritmos de trabajo demasiado intensos (estrés laboral), sobrecarga de trabajo y eleva- dos niveles de tensión y escasas posibilidades para la promoción profesional. Luego están los relacionados con el puesto de trabajo y/o tarea como serían trabajos repetitivos y esca- samente motivadores, unas condiciones cli- matológicas adversas, contaminación y toxici- dad ambiental, trabajos aislados sin contactos con compañeros y superiores, traslados fre- cuentes de puesto de trabajo, puestos de tra- bajo que conlleven la proximidad a determi- nadas sustancias, como por ejemplo hospitales o la cultura del puesto y/o profe- sión, como en el caso de la construcción. Des- pués estarían las relacionadas con el ambiente laboral, conflictividad e inestabilidad laboral, ambiente de gran competencia, presencia de otros consumidores en el centro de trabajo, presión de los compañeros de trabajo y tole- rancia en el centro de trabajo hacia los consu- mos de ciertas drogas. ¿Qué trabajos pueden aumentar el riesgo derivado de la adicción alcohólica? El consumo alcohólico por si mismo puede dar lugar a una serie de alteraciones físicas y psíquicas del organismo importantes que pue- den llevar a un déficit del rendimiento y de la atención en el trabajo y a un aumento de con- ductas peligrosas. Si a esto le sumamos que hay actividades que implican riesgos, como el manejo de maquinaria peligrosa o pesada, si éstos son realizados por empleados adictos al alcohol conllevan un peligro que se ve poten- ciado por turnos largos, rotaciones horarias o monotonía. También en los empleados de transporte el riesgo se ve incrementado por la fatiga, el sueño o la soledad en la carretera. De igual modo, la disminución de la propia res- ponsabilidad hace desestimar precauciones que dan lugar a situaciones de peligrosidad en determinados oficios –construcción, conduc- ción de vehículos, fuerzas de seguridad, etc.– y olvidar medidas de protección mínimas. Todo esto hace necesaria una la educación sanitaria básica que destaque los riesgos que implica una conducta adictiva en un trabajo de estas características. Especial énfasis en trabajos que requieran de la conducción de un vehículo El alcohol produce una menor capacidad de reacción en la conducción, una menor apre- ciación de distancias y velocidades y una reducción del campo visual. El consumo de estupefacientes o sustancias psicotrópicas modifica la apreciación del peligro y conduce a tomar riesgos que aumentan las exigencias sin aumentar las capacidades. A la hora de valorar el consumo permitido veremos que este es realmente es bajo y, sin embargo, siguen ocurriendo accidentes por consumo de alcohol. Estamos pues ante una clara conducta de saltarse las normas aún sabiendo el riesgo añadido que puede supo- ner como la retirada del permiso de conducir, puntos eliminados, multas económicas, etc. La tasa máxima de alcoholemia permitida para conductores de vehículos es de 0,5 gramos de litro en sangre o 0,25 mg de alcohol por litro de aire expirado, por tanto tres botellines de cerveza o medio litro de vino son suficientes para alcanzar este grado. En cuanto a los conductores de vehículos en servicio de urgencia la tasa máxima de alcohol en sangre sería de 0,3 gramos por litro en san- gre o 0,15 mg por litro de aire expirado. Para hacernos una idea de lo peligroso que puede llegar a ser veremos como ejemplo la diferencia en la detección del vehículo en función de la velocidad y de las condiciones del conductor. En el cuadro inferior vemos que, en malas El estrés puede favorecer tanto el inicio del consumo como la recaída en los exalcohólicos o exdrogadictos condiciones, prácticamente se duplica el espacio necesario para detener el vehículo, así como también observamos el efecto potenciador más peligroso que es la veloci- dad. Si a esto añadimos que el conductor tendrá visión borrosa, su oído habrá perdido agudeza, sufrirá descoordinación motora y sensorial, desorientación y, por otro lado, observará conductas más violentas y no temerá al peligro porque se encuentra desin- hibido, nuestra conclusión es que el acci- dente parece inevitable. Estas conductas deben ser erradicadas en su origen para poder fin a este peligro latente. 1 Datos obtenidos desde la coordinación del programa de Alcoholismo de los Servicios de Salud Mental del distrito de Retiro, Gabriel Rubio. 2 ILT: Incapacidad Laboral Transitoria. *Paz Serrano Montero Coordinadora de AEPSAL Madrid y Directora Técnica de Ergonomía y Psicología del SP Previntegra. Velocidad Km/h Metros recorridos Distancia de reacción Distancia de frenado Distancia de detención Buenas condiciones Condiciones adversas 50 14 m/sg 10 m/sg 18 m/sg 28 m/sg 56 m/sg 60 17 m/sg 12 m/sg 22 m/sg 34 m/sg 68 m/sg 90 25 m/sg 18 m/sg 48 m/sg 66 m/sg 132 m/sg 100 28 m/sg 20 m/sg 58 m/sg 78 m/sg 156 m/sg 120 33 m/sg 24 m/sg 84 m/sg 108 m/sg 216 m/sg