Congresos, jornadas y eventos PROTECCIÓN LABORAL 53 | 4oTrimestre07 Argumentos para el debate Concluidas las exposiciones del panel de expertos, el público asistente a la Jornada hizo uso de la palabra, planteando cuestiones como: -Los accidentes de tráfico en periodo laboral, tanto ‘in itinere’ como ‘in missio’, ¿tienen la consideración de accidente de trabajo? -La situación de los certificados de profesionalidad (construcción): ¿Se está llevando a la práctica dicha medida? -La formación de los trabajadores inmigrantes empleados en el sector de la construcción, que tienen un mayor riesgo porcentual de sufrir un accidente. -¿Qué hace la Inspección para cerciorarse de que los trabajadores son conocedores de los riesgos a que se ven sometidos en su trabajo? -¿Son asimilables los conceptos de riesgos laborales y riesgos profesionales? Si el concepto es el mismo, ¿Por qué empleamos esta disquisición política? Como puede verse, la Jornada estuvo plagada de interrogantes, que también afloraron a la hora del debate. Las dudas existen, pero también tenemos la certeza (colectiva) de avanzar por el buen camino. De hecho, dudar ya es una actitud propicia al conocimiento. La formación preventiva debe iniciarse en el ciclo de enseñanza pre-escolar y prolongarse durante toda la vida -Las competencias deseables en el técnico prevencionista son ilusión, autonomía, flexi- bilidad, curiosidad, método, innovación, for- mación continua y liderazgo, especialmente en materia de comunicación. Hay que traba- jar con ilusión –subrayaba nuevamente- y autonomía, sin obsesionarse por el futuro, tal como hacía Einstein y que dejó reflejado en la frase: “no pienso en el futuro porque llega muy pronto”. -La tarea de la empresa del siglo XXI es acompañar a sus colaboradores en su creci- miento personal. Esta es la diferencia entre las empresas que se preocupan de su capital humano y las que no”. ¿Tenemos buenos profesionales? El cuarto bloque, hablando de masters en PRL y ciclos formativos, hurgaba en la “heri- da” de si tenemos buenos profesionales. Un tema que se declina a través de aspectos como competencias, convalidaciones, inser- ción laboral y, por supuesto, calado en la sociedad en su conjunto de la cacareada “cultura de la prevención”. Parece que aún estamos lejos de ese estado beatífico, y la Universidad, que hace autocrítica, es cons- ciente de ello. • Joaquín Català Alís (Catedrático de la Uni- versidad Politécnica de Valencia. Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos) Se refirió a la nueva formación universitaria en materia de PRL. “No vengo a pontificar –dijo-, sino a plantear dudas: ¿para qué for- La formación persigue, entre sus múltiples objetivos, la inserción laboral, que es el tema de su libro. La consecución de empleo fue el hilo conductor del ponente, quien hizo una síntesis de ideas diversas que tras- ladó al auditorio con una exposición tan interesante como salpicada de notas de humor e ironía: “-La calidad empieza por uno mismo, y debe estar al inicio del proceso. Se informa mucho, pero no se involucra lo suficiente. -Predominio de la tecnología, la globalización y el cambio permanente. La tecnología ha cambiado la forma de trabajar y, en este con- texto, se exige la adaptación de la persona. -Desde la óptica de la prevención, la persona es el centro. Hemos de saber atraer y retener a la gente que aporta valor. -Antes se pedían conocimientos y habilida- des para desarrollar una actividad. Ahora pedimos cualificación, destreza y actitud definidas en técnicas, métodos, talento, talante, actitud y compromiso. -Las empresas buscan gente que sabe. Esto es, saber hacer, saber estar, saber ser. Para trabajar en un entorno variable necesitamos gente capaz (formación) y con capacidad de innovar.