Técnicas de protección PROTECCIÓN LABORAL 53 | 4oTrimestre07 ¿Le corresponde aplicar el R.D. 286/2006? (I) El 10 de Marzo del pasado año se publicó en el BOE el R.D. 286/2006, sobre la pro- tección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relaciona- dos con la exposición al ruido, tardía transposición al derecho español de la Direc- tiva 2003/10/CE, puesto que en la misma se señalaba como fecha límite, para su publicación y entrada en vigor en los países europeos el 15 de Febrero del 2006. Actualmente llevamos más de un año en que el anterior reglamento, objeto del R.D. 1316/1989 quedó automáticamente derogado y prácticamente todas las empresas han tenido que modificar y adaptar sus programas de protección auditiva conforme a los artículos y disposiciones adicionales del nuevo Real Decreto. Figura 1. Parámetros que definen la onda de un sonido puro. Figura 2. Espectro de frecuencias del sonido y campo de percepción del oído humano. 20000 Hz (aproximadamente 10 octavas), mientras que en ordenadas se indica la intensi- dad o nivel sonoro en dB. La parte inferior que limita el área para cada frecuencia, correspon- de al umbral de audición para los humanos adultos. A medida que la intensidad de un soni- do aumenta por encima del umbral, la sonori- dad o magnitud de la sensación aumenta y, alrededor de los 120 dB, comienza a sentirse una sensación desagradable en el oído. Este “umbral de contacto” viene limitado por la curva superior. El área circunscrita por las cur- vas de ambos umbrales es la denominada área auditiva. La intensidad del color rojo intenta señalar las áreas que afectan en mayor medida a nuestro sentido del oído, siendo el habla deli- mitada por una pequeña área interna. Ramón Torra Piqué* Por otra parte, se han revisado y publi- cado, durante los últimos cuatro años, el 90% de las normas relativas a los EPIs que es preceptivo utilizar para la protec- ción auditiva, cuando no sea posible erradi- car, por medios organizativos y/o tecnológi- cos, la exposición al ruido en el lugar de trabajo. Consideramos por lo tanto asimismo pertinente comentar el contenido y las modi- ficaciones que en las mismas se aportan. En esta 1a Parte del artículo se pretende indi- car los cambios reglamentarios que compor- ta la nueva Legislación, definición de los parámetros físicos utilizados para la evalua- ción del riesgo, métodos para la evaluación e instrumentos de medición para determinar el nivel de exposición al ruido, así como la clasificación, características y tipos de pro- tectores auditivos normalizados. En la 2a Parte se desarrollaran las disposiciones espe- cíficas relativas a la selección y uso de los EPIs, las necesidades de formación e infor- mación y la vigilancia de la salud del personal involucrado. Por necesidades didácticas ini- ciamos la exposición con un breve recorda- torio de las bases físicas del sonido. Sonido y Ruido El sonido forma parte de nuestro entorno y nos es necesario, en su parte útil, para entendernos y comunicarnos (habla)- pues- to que viendo el movimiento de los labios no comprendemos el mensaje - para trans- mitir avisos de peligro y recibir o emitir sen- saciones placenteras –mediante la música y el canto–. Su parte nociva es el ruido, que podríamos definir como aquellos sonidos indeseados e irritantes que nos son molestos y pueden constituir una amenaza y/o riesgo para nuestro sentido del oído. Definimos físicamente el sonido como vibra- ciones que se transmiten a través de un material, generalmente el aire, en forma de ondas. Recibidas por la persona como una vibración en la membrana del tímpano, últi- mo elemento del oído externo y, a través del oído medio e interno, mediante las células ciliadas en el órgano de Corti, son capaces de estimular las fibras del nervio auditivo. Los parámetros que definen la onda sonora (Ver figura 1) son su amplitud (nivel sonoro), que se mide en escala logarítmica y denomina decibelio (dB), y el número de ondas que pasan en un punto específico por segundo, es decir, la frecuencia medida en Herzios (Hz). En la figura 2 se muestra el amplio espectro de frecuencias que permiten diferenciar los sonidos. En la parte izquierda se encuen- tran la bajas frecuencias (graves) y en la parte derecha las altas frecuencias (agu- dos). El oído humano no puede percibir frecuencias por debajo de los 20 Hz, son los infrasonidos, no pudiendo tampoco percibir sonidos con frecuencias superio- res a 20000 Hz (ultrasonidos). El grafico de la figura 3 representa la sensibili- dad auditiva abarcando, en el eje de abscisas el campo de frecuencias audibles entre 20 y Figura 3. Limitación del área sensibilidad oído humano. Curvas isotónicas.