Congresos, jornadas y eventos PROTECCIÓN LABORAL 52 | 3oTrimestre07 El papel del médico, un debate inacabado Diversas exposiciones ya habían apuntado la falta de especialistas de Medicina del Trabajo, hecho que volvió a surgir en el debate abierto a la participación del público asistente. Numerosas intervenciones preguntaban por el papel que ha de desempeñar el médico de cabecera. Especialmente, cuando una de las deficiencias detectadas es la escasa formación médica en salud laboral y una carencia de sensibilidad para considerar que el medio de tra- bajo es un escenario de riesgo de enfermedades. Igualmente, se apuntó que el sistema de la Seguridad Social vigente apuesta por un mode- lo reparador e indemnizatorio sin implicaciones preventivas, junto con una declaración de enfermedad profesional que está totalmente en manos del empresario. Al respecto, Basel- ga criticó la complejidad de la declaración en España “cuando –dijo- la declaración de enfermedad profesional la hace cualquier médico con un sencillo formulario, en países que funcionan bien. Nuestro sistema está reñido con el concepto de hacer aflorar las enferme- dades”. A la pregunta de qué se puede hacer en el ámbito autonómico, Germán Milara (UGT) res- pondió que “se ha abierto un melón que está un poco verde. Si hacemos bien las cosas ten- dremos una buena herramienta para el mundo del trabajo. Formar médicos del trabajo para cubrir todas las vacantes y mejorar la cooperación entre médicos y técnicos de prevención ya es un paso”. También salió a colación la financiación como problema recurrente. En la clausura, el anfitrión, Jordi Martínez, dijo que “el mercado es tozudo, y todo acabará imponiéndose”. Por su parte, Concepció Pascual, en representación del Departament de Treball, concluyó que la nueva regulación es un buen cambio, un cambio pensado para mejorar. Ha generado problemas que se están resolviendo. Lo importante es llevar un cóm- puto eficaz y hemos de establecer los medios que hagan posible su mejor organización”. dójicamente, el número de médicos de Medicina del Trabajo está muy por debajo de las necesidades. Hay que potenciar la capacitación del personal para la detec- ción de E. P., aumentando el número de personas y los recursos materiales para lle- var adelante la reforma. El procedimiento de actualización –prosiguió Sánchez- ha de estar orientado a generar evidencia científica para hacer posible la actualiza- ción permanente del cuadro”. Acto seguido, el ponente abogó por “el tra- tamiento integral de la E. P., potenciando acciones preventivas ya que ahora tiene un carácter exclusivamente reparador. La Medi- cina del Trabajo ha de estar más integrada en el conjunto de la prevención. Por otra parte, la unidad de registro facilitará un seguimien- to de la salud laboral, dando pautas para las políticas preventivas idóneas”. Con mentalidad optimista, César Sánchez concluía afirmando que “el nuevo marco nor- mativo de la E. P. deja la puerta abierta a los agentes sociales para que se conviertan en instrumento de avance, y que no se debatan los mismos temas dentro de treinta años”. José Hallado (PIMEC-SEFES) El director de relaciones laborales de la enti- dad patronal dijo que “actualizamos una lista que tenía 28 años para afrontar los retos que teníamos pendientes. La exposición de motivos del RD nos lo arregla todo”, aseguró con un tono de ironía. Abundando en las dificultades, dijo que “no todo son rosas y flores, hay una problemática latente: la norma ha de venir acompañada de profesio- nalización y recursos humanos”. “¿Dará respuesta el nuevo sistema a las pro- blemáticas actuales?”, preguntaba el ponen- te. Sin despejar la incógnita, José Hallado recalcó que “es una normativa mejorable, con una hoja de ruta muy larga que requiere la intervención de todos en lo que es un esfuerzo necesario para crear un sistema más preventivo que reparador”. Germán Milara (UGT) El coordinador de seguridad y salud de UGT Catalunya, inició la intervención diciendo que “el RD sobre enfermedades profesionales puede ser una buena herra- mienta para el mundo del trabajo. Tendre- mos mejores profesionales, y la Medicina del Trabajo será una especialidad más apre- ciada que actualmente”. Acto seguido descubrió las sombras. “La gran frustración del RD –decía Milara- es que la nueva reglamentación se convierta únicamente en un tema de contingencias. ¿Quién paga la invalidez permanente... Vamos a juicio o no? El RD ha de ser mucho más que un elemento de reparación, con- virtiéndose en un instrumento para que la enfermedad profesional deje de ser el daño ‘invisible’. La notificación y el registro supone un problema para las empresas –reconoció-, pero hay que cambiar el dis- curso. También se mejora la competitivi- dad, y la cultura preventiva pasa por hacer que los daños ‘invisibles’ sean visibles, noti- ficados y registrados. La lipoatrofia ya está planteando retos al nuevo RD”. Finalmente, se refirió al papel de las mutuas, la coordinación por parte de la autoridad laboral, y la formación de los médicos. “Las mutuas –citaba- van a tener un papel estelar: gestión de la actividad sanitaria y también de la económica, por- que alguien tiene que pagar, pero nadie sabe muy bien cómo van a participar. Otro aspecto a mejorar es la coordinación de la autoridad laboral, en la que el Ministerio de Trabajo tiene un papel básico. La forma- ción de los médicos es fundamental, como también lo es que los técnicos de preven- ción tengan una participación más activa, sobre todo en riesgos psicosociales. Debe haber –concluía- una colaboración más estrecha entre ambos colectivos para una mejor vigilancia de la salud, que pasa obvia- mente por la Medicina del Trabajo”. *Manuel Domene Periodista