2oTrimestre07 | PROTECCIÓN LABORAL 51 Congresos, jornadas y eventos pyme con cinco trabajadores, pongamos un recurso preventivo que sea técnico superior en PRL. Sería suficiente con una persona motivada, con conocimientos, cualificación, experiencia en su oficio y una formación básica en prevención de riesgos laborales”. El debate Tras la intervención de Dalmau, diversos asistentes al evento formularon preguntas que propiciaron un debate sobre el recurso preventivo, contraste de pareceres del que pueden destacarse varios aspectos. Una de las personas asistentes al evento apuntaba que pocos trabajadores desean ser recurso preventivo, debido a que se deben compatibilizar estas tareas con las propias del puesto y, además, el recurso preventivo puede verse involucrado legalmente en caso de accidente laboral. Dalmau respondió que, obviamente, la persona elegida debe tener una motivación por la prevención, y que lo que es exigible legalmente al recurso preventivo nunca supera sus responsabilida- des, es decir, vigilar que el procedimiento de trabajo sea el correcto y comunicar las deficiencias al empresario. Subrayaba que “se necesita alguien ahí, en primera línea, que llame la atención y, en caso necesario, avise al responsable superior. El problema no es otro que la carencia de esa primera línea o primer contacto. Si cada cuadrilla de cinco obreros de la construcción contara con alguien ejerciendo la función de recurso preventivo, estoy seguro que el número de accidentes del sector bajaría en picado. La cultura preventiva no ha entrado en la socie- dad; el recurso preventivo es fundamental para integrar la prevención e implantar dicha cultura. Un oficial a la antigua usanza ejercía el papel de recurso preventivo”. Otro de los puntos de debate versó en torno a la formación que reciben los recursos pre- ventivos, ya que varios de los asistentes con- sideraban insuficientes los cursos básicos de 30 horas, que no incluyen formación para riesgos específicos del sector de actuación del trabajador. Salvador Dalmau afirmó que para las tareas del recurso preventivo no es necesaria una formación más completa de la de técnico medio o superior. Asimismo, insistía en que el recurso preventivo no debe ni puede cumplir tareas que exceden su conocimiento, como una evaluación de riesgos o una observación detallada del tra- bajo, sino vigilar que el proceso de trabajo sea correcto en función de su experiencia como profesional y la formación básica que ha recibido. Dalmau insistió en que si en cada empresa hubiera un recurso preventi- vo por cada proceso de trabajo, las cifras de siniestralidad se reducirían mucho. No se trata de que las empresas cuenten con un servicio de prevención propio o ajeno, sino que, independientemente de ello, cuen- ten además con uno o varios trabajadores con una formación básica en prevención para tratar con el servicio de prevención y para vigilar que los procesos de trabajo en la empresa se realicen de forma correcta. Volviendo al asunto del tipo de formación, subrayó que “la ley estipula formación de nivel básico. Las situaciones particulares las dirimirá la Inspección de Trabajo o, llegado el caso, los jueces, que son los únicos facul- tados para hacer la interpretación de la ley”. Otro de los asistentes se refirió a la comple- jidad de “sembrar” una obra con recursos preventivos en cada uno de los múltiples tajos que componen un conjunto frecuente- mente caótico. Extrapolando el problema al sector servicios (hostelería), otro de los asis- tentes señaló que, en muchas pymes, el recurso preventivo puede ser ejercido por el propio encargado del establecimiento que, obviamente, también ejecuta otras funcio- nes, pero que reúne los requisitos estipula- dos para esta figura (conocimientos, cualifi- cación, experiencia, formación en PRL de nivel básico). De todos modos, algún sector de los asisten- tes (mayoritariamente sector de la construc- ción) dejaron constancia de que “el recurso preventivo, tal y como está concebido, no ha funcionado. Se necesita una jerarquía y per- sonal en esa primera línea que quiera com- prometerse con unas funciones que no siem- pre son fáciles de desarrollar en la práctica. Uno de los últimos puntos del debate tomó como referencia el papel de las Mutuas. Dal- mau había sugerido en su ponencia la idea de que España siga el modelo alemán, en el cual las mutuas realizan la función inspecto- ra y “premian” y “castigan” a las empresas en función de los resultados de esta inspección. Al respecto, un asistente puntualizaba que, en Alemania, las mutuas son sectoriales, y por eso son más efectivas, ya que las empre- sas tienen muy difícil cambiar de mutua y necesitan la aprobación de la mutua de su sector. Dalmau reconoció que la sectoriali- zación de las mutuas puede ser una solución si se desea implantar el modelo alemán en España, pero también apuntaba como posi- ble solución la territorialización. La conclusión final fue que, con luces y som- bras, la figura del recurso preventivo está ayudando a hacer prevención en este país. Sólo hay que mejorar el control.