2oTrimestre07 | PROTECCIÓN LABORAL 51 Técnicas de protección En las labores de mantenimiento de la maquinaria debe evitarse el contacto con partes mecánicas en movimiento, partes calientes y fluidos, especialmente los aceites minerales. mano y su capacidad de prensión, lo que puede acarrear graves consecuencias en un escenario –el de la cantera- en el que planean todo tipo de riesgos, como estamos viendo. Contactos eléctricos No hay que olvidar tampoco el riesgo de daños por descarga eléctrica al entrar en contacto con algún elemento sometido a tensión: conexiones, cables y enchufes en mal estado, cuadros de mando, bornes, líne- as eléctricas, transformadores, motores eléc- tricos, grupos electrógenos, lámparas, equi- pos de soldadura eléctrica, etc. Muchos de estos riesgos estarán presentes en el propio tajo de la cantera o, si no, en las dependen- cias del servicio de mantenimiento. Exposición a sustancias nocivas o tóxicas En la cantera también existe la posibilidad de que los trabajadores sufran lesiones o afecciones producidas por la inhalación, contacto o ingestión de sustancias perjudi- ciales para la salud. Este riesgo se evalúa por medio de la identificación de la sustancia (etiquetaje obligatorio y medición de su con- centración en el puesto de trabajo. Ejemplos de estos riesgos son los compuestos de plomo, disolventes orgánicos (tolueno, ben- ceno, tricloretileno), polvo de sílice, amian- to, vapores ácidos, monóxido de carbono (combustión de motores térmicos), cloruro de vinilo, fluidos frigoríficos, formaldehido, humos de soldadura, ... y muchas otras sus- tancias, peligrosas por sí mismas, o que pue- den generar combinaciones tóxicas de efec- En el universo complejo que es el espacio de una cantera existe una elevada posibilidad de lesión mediante objetos cortantes, punzantes o abrasivos, herramientas y útiles. correas, cadenas, piñones, etc. que no tie- nen otras funciones que la transmisión y la transformación del movimiento, o incluso elementos tales como las ruedas, rodillos y, en general, las piezas guiadas. - Elementos móviles que intervienen en el trabajo. Son máquinas que actúan directa- mente sobre la materia. Cuando los elementos móviles entrañan ries- go de accidente por contacto mecánico, deben ir equipados con dispositivos que impidan el acceso a las zonas peligrosas Atrapamiento o aplastamiento por o entre objetos Es un riesgo que afecta a todo el cuerpo y especialmente a las manos, que pueden ser atrapadas por mecanismos de máquinas, objetos, piezas o materiales (engranajes, correas o árboles de transmisión, ruedas y turbinas, transportadores, mecanismos en movimiento, cadenas de arrastre, prensas, molinos, piezas pesadas, etc). Contactos térmicos Este riesgo entraña la posibilidad de que el trabajador sufra quemaduras por el contacto son superficies calientes o frías, como pue- den ser hornos, estufas, calderas, fugas de vapor, líquidos calientes, llamas, sopladores, metales en fusión, resistencias eléctricas, gases licuados (nitrógeno, extintores de CO2, etc.). Dada la gran cantidad de maqui- naria que se emplea en las canteras dotada de motores térmicos (compresores, dum- pers, excavadoras, camiones), el riesgo de contacto térmico no es desdeñable. La pura lógica indica que las tareas de mantenimien- to de dichos motores se harán con los mis- mos en reposo, preferentemente después de que se hayan enfriado; además, los opera- rios se protegerán con guantes. Las zonas más críticas –si es que no se ha dejado enfriar previamente el motor- son el sistema de escape y el de refrigeración, que alcanzan temperaturas susceptibles de provocar que- maduras por simple contacto. En el apartado de la problemática térmica hemos de referirnos a las inclemencias cli- matológicas (ya sea por frío o por calor) habida cuenta que estamos hablando de explotaciones a cielo abierto. Sin duda, los obreros de las canteras están expuestos a unas condiciones extremas. En verano, las manos desnudas son atacadas por el sol, y en invierno por las bajas temperaturas y el vien- to; la lluvia suprime las grasas de la piel. En suma, la barrera protectora de las manos se ve debilitada, y la capacidad de recupera- ción de la piel se hace más lenta, repercu- tiendo negativamente sobre todas las condi- ciones ya existentes. Las temperaturas glaciales pueden además lesionar las manos de otra manera. La piel desnuda que entra en contacto con una herramienta de acero o cualquier estructura metálica se pegará al metal y se desgarrará. Del mismo modo, las manos y los dedos entumecidos aumentan el riesgo de acciden- te, el individuo pierde la sensibilidad de la tos tan impredecibles como graves.