Codo Se ha encontrado una prevalencia excesiva de artrosis en algunos grupos profesionales cuyo trabajo conlleva la utilización intensiva de herramientas de mano u otros trabajos manuales pesados, como los mineros del carbón y los trabajadores de la construcción. La artrosis del codo se ha asociado a la vibración, aunque se cree que no es específica de la vibración. En la prevención y el tratamiento de la artrosis del codo destaca la optimización de la carga de trabajo mediante la mejora de las herramientas y de los métodos de trabajo, a finde disminuir las cargas mecánicas impuestas a la extremidad superior, y reducir al mínimo la exposición a la vibración. Se puede realizar tratamiento con movimientos activos y pasivos para reducir al mínimo las limi- taciones de la amplitud de movimiento. La repetición frecuente de movimientos en el trabajo y las deman- das elevadas de fuerza en la mano son poderosos factores de riesgo, sobre todo cuando se dan conjuntamente. La falta de costumbre de realizar un trabajo manual intensivo, ya sea como trabajador nuevo o cuando se reincorpora después de una ausencia del trabajo, aumenta el riesgo. Las posturas desviadas o dobladas de la muñeca en el trabajo y la baja temperatura ambiental también se han consi- derado factores de riesgo, aunque las pruebas epidemiológicas que lo apoyan son débiles. Antebrazo, muñeca y mano En la muñeca y en la mano, los tendones están rodeados por vainas tendinosas, estructuras tubulares que contienen líquido para propor- cionar lubricación y protección al tendón. La inflamación de la vaina tendinosa se denomina tenosinovitis. La que se produce en el punto en que el músculo se une al tendón se denomina peritendinitis. La tenosinovitis de la muñeca se localiza en la zona de la vaina tendinosa de la muñeca, mientras que la peritendinitis lo hace por encima de la zona de la vaina tendinosa en el antebrazo. Se denomina tendinitis de inserción a una inflamación del tendón en el lugar de unión al hueso. Cadera y rodilla La articulación de la cadera es una enartrosis rodeada de ligamen- tos, músculos potentes y bolsas. La articulación soporta peso y posee una elevada estabilidad intrínseca junto con una gran ampli- tud de movimiento. La rodilla es una articulación de carga de gran importancia para caminar, mantenerse en pie, doblarse, encor- varse y acuclillarse. La rodilla es bastante inestable, y depende para el apoyo de ligamentos y músculos potentes. La artrosis es un trastorno articular degenerativo frecuente, en el cual el cartílago resulta más o menos destruido y la estructura del hueso subyacente está afectada. La etiología de la artrosis de la rodilla y la cadera es, como en todas las enfermedades, compleja y multifactorial. Estudios recientes bien realizados han demostrado que la carga física sobre la articulación provocada por exposiciones laborales desempeña un papel como causa contribuyente al desa- rrollo de una artrosis prematura. La mayor parte de los estudios epidemiológicos relativos a la carga de trabajo físico son transver- sales y realizados en grupos profesionales, sin evaluación de las exposiciones individuales. En varios estudios se ha observado que los agricultores presentan más artrosis de cadera que otros grupos profesionales. Se ha observado que, además de los agricultores, los trabajadores de la construcción, procesadores de alimentos (traba- jadores en molinos de grano, carniceros y preparadores de carne), bomberos, carteros, trabajadores de astilleros y bailarines profe- sionales de ballet presentan un mayor riesgo de artrosis de cadera. Bursitis rotuliana es un trastorno frecuente en los grupos pro- fesionales que se arrodillan con frecuencia como los soladores e instaladores de moqueta, que con frecuencia presentan engrosa- miento de la bolsa prerrotuliana o infrarrotuliana superficial. Existe una alta prevalencia de tendinitis del hombro entre los soldadores y los laminadores de acero, con tasas del 18 y del 16%, respectivamente. Según un estudio comparativo entre soldadores y laminadores de acero, por un lado, y oficinistas varones por otro, los primeros tenían de 11 a 13 veces más posibilidades de padecer el trastorno, según los índices obtenidos. Pierna, tobillo y pie En general, el dolor es el síntoma principal en los trastornos de la pierna, el tobillo y el pie. A menudo sigue al ejercicio y puede ser agravado por éste. Son problemas frecuentes en estos trastornos la debilidad muscular, el déficit neurológico, los problemas para la adaptación del calzado, la inestabilidad o rigidez de las articulacio- nes y las dificultades para caminar y correr. Las causas de los problemas suelen ser multifactoriales, aunque casi siempre proceden de factores biomecánicos, infecciones y/o enfermedades sistémicas. Las deformidades del pie, la rodilla o la pierna, los cambios óseos y/o de los tejidos blandos que siguen a una lesión, la tensión excesiva como las producidas por el uso repeti- tivo, la inestabilidad o la rigidez y el calzado inadecuado son causas habituales de estos síntomas. Pueden producirse infecciones óseas o de tejidos blandos. La diabetes, las enfermedades reumáticas, la psoriasis, la gota y los trastornos de la circulación sanguínea a menudo producen estos síntomas en la extremidad inferior. De los numerosos síntomas del pie, el dolor secundario a tenosino- vitis es bastante frecuente, sobre todo en la región del tobillo y en el arco longitudinal. Las causas de la sinovitis pueden ser deformida- des del pie, como el planovalgo, estrés excesivo, ajuste inadecuado del calzado, o secuelas de fracturas y otros traumatismos, trastor- nos reumatológicos, diabetes, psoriasis y gota. 67 RIESGOS MUSCOESQUELÉTICOS