RIESGOS MUSCOESQUELÉTICOS 64 Huesos y articulaciones El hueso y el cartílago forman parte de los tejidos conjuntivos espe- cializados que constituyen el sistema esquelético. El hueso es un tejido vivo que se repone a sí mismo continuamente. Su dureza es la adecuada para la tarea de proporcionar una función de soporte mecánico, mientras que la elasticidad del cartílago lo es para pro- porcionar a las articulaciones la capacidad de moverse. Tanto el cartílago como el hueso están formados por células especializadas que producen y controlan una substancia interce- lular de material en su exterior. Esta substancia es abundante en colágenos, proteoglucanos y proteínas no colágenas. En la misma también están presentes minerales. Las articulaciones móviles (diartrodiales) se forman entre dos huesos que se ajustan entre sí. Las superficies articulares están diseñadas para el soporte de peso y para admitir una cierta amplitud de movimiento. La osteoartritis es el principal trastorno crónico de ciertas articula- ciones móviles, y su incidencia aumenta con la edad. Las principales articulaciones que soportan cargas propensas a la osteoartritis son la cadera, la rodilla, los pies y las articulaciones de la columna ver- tebral. El hombro, aunque no soporta peso, también puede sufrir diversas alteraciones artríticas. La principal alteración en la artro- sis es sobre todo la degradación del cartílago. Los discos intervertebrales Ocupan alrededor de la tercera parte de la columna. Dado que no sólo proporcionan flexibilidad a ésta, sino que también transmiten carga, su comportamiento mecánico posee una gran influencia sobre la mecá- nica de toda la columna. Una elevada proporción de casos de dolor lumbar guardan relación con el disco, ya sea directamente a través de una hernia de disco, o indirectamente porque los discos degenerados someten a una tensión excesiva a otras estructuras de la columna. El disco, al igual que otros cartílagos, está formado fundamental- mente por una matriz de fibras colágenas (incluidas en un gel de proteoglucano) y agua que, en conjunto, constituyen el 90-95 % de la masa tisular total. Su función principal función del disco es mecánica trasmitiendo la carga a lo largo de la columna vertebral permitiendo su curvatura y torsión. Las cargas sobre el disco pro- ceden del peso corporal y de la actividad muscular, y se modifican con la postura. La carga sobre los discos depende de la postura. Las investigaciones epidemiológicas señalan que la elevación o el transporte repetidos de objetos pesados o la realización de traba- jos en posición de flexión o hiperextensión representan factores de riesgo para la aparición de problemas lumbares. El tabaquismo incide en la nutrición del disco, que es muy precaria, bastando una pequeña reducción del flujo de nutrientes para que resulte insuficiente para el metabolismo normal de sus células. El consumo de cigarrillos puede producir tal reducción debido a su efecto sobre el sistema circulatorio fuera del disco intervertebral. El transporte de nutrientes como oxígeno, glucosa o sulfato al interior del disco se reduce significativamente tras sólo 20 a 30 minutos del consumo de tabaco, lo que puede explicar la mayor incidencia de dolor lumbar en los fumadores en comparación con los no fumadores. También tiene incidencia la vibración según los estudios epidemio- lógicos que han demostrado que existe una mayor incidencia de dolor lumbar en los sujetos expuestos a niveles altos de vibración. La columna vertebral es susceptible a las lesiones a sus frecuen- cias naturales, sobre todo desde 5 a 10 Hz. Numerosos vehículos provocan vibraciones a estas frecuencias. Según estos estudios las vibraciones afectan a los pequeños vasos sanguíneos en otros tejidos, y éste podría ser también el mecanismo de este efecto en la columna vertebral y la incidencia en el dolor lumbar. La osteoartritis es el principal trastorno crónico de ciertas articulaciones móviles y su incidencia aumenta con la edad. Las principales articulaciones que soportan cargas propensas a la osteoartritis son la cadera, la rodilla, los pies y las articulaciones de la columna vertebral. La elevación o el transporte repetidos de objetos pesados o la realización de trabajos en posición de flexión o hiperextensión representan factores de riesgo para la aparición de problemas lumbares.