SEGURIDAD LABORAL Ante este tipo de labores que pueden suponer un peligro para la seguridad de otras personas, las empresas pueden solicitar pruebas específicas para garantizar la correcta labor del empleado Por todo ello, es necesario abogar por políticas de prevención y medidas disuasorias que aumenten la concienciación social y garan- ticen empresas con estilos saludables. Las acciones en materia de prevención son cruciales para el desempeño en cualquier sector de la economía y pueden fomentarse con programas de asesoramiento e información, así como implicar a todos los sectores de la empresa. Atendiendo al ámbito jurídico, realizar una política de control y vigi- lancia del trabajador requiere su previo consentimiento y aprobación. Hay que tener en cuenta que la empresa debe velar en todo caso por la confidencialidad de los datos y el derecho a la intimidad del empleado. Así lo establece el artículo 22.1 de la Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales, que aboga por contar con la voluntad del trabaja- dor a la hora de llevar a cabo estas medidas de vigilancia. A modo de excepción, la normativa establece, previo informe de los representan- tes de los trabajadores, la posibilidad de practicar este tipo de pruebas a los trabajadores que desarrollen tareas que impliquen riesgos o peli- gros para otros empleados o terceras personas. 69 Es aquí donde adquiere un enfoque especial la conducción de vehículos, el empleo de maquinaria pesada y el transporte de personas, donde la seguridad es primordial y debe efectuarse con todas las garantías. Ante este tipo de labores que pueden supo- ner un peligro para la seguridad de otras personas, las empresas pueden solicitar pruebas específicas para garantizar la correcta labor del empleado. Los alcoholímetros y dispositivos de detección de drogas constituyen una solución sencilla para frenar conductas indeseadas con una comprobación discreta y fiable. A modo de pre- vención, supone un sistema efectivo para evitar comportamientos abusivos futuros, adicciones más complejas y generar confianza en el trabajador. La experiencia ha demostrado que las medidas disciplinarias no constituyen una solución eficiente ni ayudan a la reinserción y reha- bilitación del empleado, de ahí que resulte esencial contar con un protocolo de acción como primer paso para generar una atmósfera propicia y saludable en el marco laboral. No podemos olvidar que el alcoholismo es una enfermedad común que debe ser tratada atendiendo al paciente y procurando que adquiera confianza en su recuperación. Por tanto, se hace necesario contar con políticas preventivas en el ámbito laboral, en especial, en aquellos campos y trabajos cualificados que puedan poner en peligro la salud de terceros.•