26 Por su parte, la exposición a agentes biológicos, aunque concen- trada en determinadas actividades debido a la complejidad de su control y su capacidad para producir brotes, puede resultar no solo un peligro potencial sino, además, un peligro real, generador de miedo y de tensión en muchas actividades. La carga física sigue un lento cambio de signo. Por un lado, decrecen las actividades que requieren esfuerzos, al tiempo que se incre- mentan los problemas derivados del mantenimiento de posturas de trabajo dolorosas o fatigantes. Así, al igual que en otros países, la exposición y quejas subsiguientes respecto a problemas muscu- loesqueléticos, que ya hoy es el principal factor de riesgo percibido por los trabajadores españoles, no dejará de crecer, inducido por sistemas de trabajo cada día más exigentes y las amplias jornadas de trabajo, al tiempo que el envejecimiento de la población laboral hará aún más problemática la situación. Otro de los problemas prevalentes en la actualidad es el relativo a la creciente carga mental y emocional que soportan los trabajadores. Algunos expertos ya hablan de la sociedad del siglo XXI como la ‘socie- dad del rendimiento’, en la que todo debe ser medido y optimizado bajo esta ‘única ley’. Ello conlleva un aumento de la obligación de realizar La mejora de las condiciones de trabajo no es un proceso ‘natural’, ni el avance científico y tecnológico es siempre fuente de bienestar en el trabajo. La mejora requiere intervenciones en diversos ámbitos multitareas, exigiendo una hiperatención a la ejecución de más tareas, más variadas y más urgentes. Y ello durante una jornada de trabajo crecientemente diversa, impredecible y, por tanto, insostenible desde una óptica de conciliación con la vida personal y familiar. Por tanto, los problemas psicológicos se pueden hacer cada vez más graves. No obstante, el futuro no está determinado y estas tendencias pue- den y deben ser anuladas, corregidas o moduladas gracias al trabajo de los agentes implicados. La mejora de las condiciones de trabajo no es un proceso ‘natural’, ni el avance científico y tecnológico es siempre fuente de bienestar en el trabajo. La mejora requiere intervenciones en diversos ámbitos. En primer lugar, una adecuada, flexible y permanentemente actualizada regulación; en segundo lugar, una incesante labor investigadora para prever problemas y proponer soluciones preventivas y, por supuesto, un constante apoyo a las acciones que se realicen en el marco de la empresa, terreno en el que se construye la salud de los trabajadores. Debemos reiterar que el futuro no está escrito y debemos gober- narlo con nuestras decisiones. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, en tanto que órgano científico técnico de la Administración General de España, dirige su actividad técnica e investigadora hacia el conocimiento y la mejora de las herramientas técnicas que las empresas precisan para gestionar la seguridad y la salud de sus trabajadores.•