Estos residuos, en su mayor parte y cuando cumplen 8 con los requisitos de calidad y pureza exigidos por la normativa vigente, así como bajo unas dosis ade- cuadas, suelen ser eliminados durante el proceso de producción del aceite de oliva (centrifugado, decan- tado y ltración), formando parte del orujo graso y húmedo en su mayor parte. Por tanto, se puede a rmar que su impacto sobre el medio ambiente es bajo o nulo siempre y cuando el orujo sea tratado adecuadamente. Para Wenceslao Moreda, Cientí co titular del Instituto de la Grasa (CSIC), el uso del talco en la obtención de aceite de oliva se remonta a nales de los años 70. El efecto del talco era sólo físico y que- daba en las pastas resultantes de la centrifugación. Por supuesto el talco que se debía usar tenía que estar libre de asbestos y metales pesados, regula- dos por una orden ministerial de 1986. El uso del talco permite la reducción del tiempo de batido que evita la oxidación del aceite y al no haber aña- dido agua y/o reducido el tiempo de batido puede incrementar el contenido de compuestos fenólicos y por ende la estabilidad de los aceites obtenidos. Se puede decir por lo tanto que el uso de talco no produce ninguna merma en la calidad del aceite de oliva virgen, sino todo lo contrario. Otro tema es qué ocurre con el talco y las conse- cuencias sobre los aceites obtenidos de la pasta resultante. En estudios recientes el uso del talco podría tener una incidencia en el contenido nal de hidrocarburos saturados de tipo AC. Este mineral, que se encuentra en los aceites de orujo, puede ser uno de los contribuyentes a la concentración nal encontrada en estos aceites y que están ahí debido al tipo de proceso, la materia de partida y el porcentaje de aceite presente en las pastas. Un problema que ha surgido recientemente ha sido el uso de talco ricos en carbonato clásico, que ya implica un cambio en la composición química del aceite, ya que puede eliminar acidez, y eso está totalmente prohibido. Además, las sales clásicas resultantes pueden ser perjudiciales para la maqui- naria y considerarse un problema añadido para los orujos.• CAPÍTULO 2