Y así fue. El pasado día 3 de enero, comunicamos a nuestros socios que la Administración General de Aduanas de la República Popular China publicó una segunda lista de agencias autorizadas para la inspección previa al envío de las materias primas secunda- rías importadas, en la que ya sí estaba incluida España. En estos momentos, en los que escribo estas líneas, ya se están realizando inspecciones con total normalidad. Amén de los perjuicios ocasionados por los retrasos derivados de la exclusión inicial y, peor aún, la situación de inseguridad jurídica vivida por las empresas españolas comercializadoras de materias primas secundarias, ahora nos encontramos, a priori, en una situa- ción favorable con respecto a otros países de nuestro entorno como Italia, Portugal, Grecia, o Eslovenia, entre otros; que por el momento se quedan sin la posibilidad de exportar material a China, al no disponer de un agencia de CCIC autorizada. ¿Entienden ahora la calificación de montaña rusa para las expor- taciones de materias primas secundarias? Pues ahondemos aún más en este galimatías que vive el mercado internacional y en el efecto mariposa provocado por China, centrándonos en el papel y cartón recuperado. El gobierno chino concede licencias de importación para el papel recuperado a sus empresas consumidoras de esta materia prima, permitiendo la entrada en su territorio sólo del tonelaje estable- cido en estos permisos. Si bien el sector esperaba una reducción de las toneladas que China autorizaba a importar, resulta que a media- dos de enero ya ha expedido licencias para el primer trimestre, en la misma medida que hiciera el pasado año 2018 (5,44 Mtn). Es decir, si anteriormente bajo supuestos pretextos medioam- bientales se limitaban o restringían las importaciones de papel y cartón, ahora resulta que con esta concesión de licencias de importación se pretende calmar la espiral alcista de los precios locales del papel recuperado. Y no acaba aquí la complejidad del asunto, ya que existe la incógnita de qué mercados suministrarán dichas toneladas de papel recupe- rado, de forma que en el contexto actual podría darse la situación que las compras se desplazaran hacia Norteamérica u otra región y no tuviera cabida el excedente europeo. En Repacar somos más proclives a convertir los retos en oportu- nidades que en ahondar en posturas pesimistas o victimistas. En estas segundas, podríamos insistir con la publicación del BIR, del pasado mes de diciembre, que se hizo eco de la decisión del minis- terio de Ecología y Medio Ambiente, el ministerio de Comercio, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y la Administración General de Aduanas de China de que, a partir del 1 de julio de 2019, ocho nuevos tipos de residuos se trasladarán a su ‘Catálogo de resi- duos restringidos a la importación como materias primas’. Hecho que choca frontalmente con otra medida del Ministerio de Medio Ambiente y Ecología de dicha Republica asiática, ya que según se publicó hace unas semanas en PPI Asia, “se está reconsiderando la posibilidad de dejar de catalogar como residuo a diferentes flujos como por ejemplo el cobre y el aluminio; y podría incluir también el papel recuperado”. De cualquier modo, todos estas incidencias, causadas por las restricciones o prohibiciones caprichosas de terceros países que, bajo un falso pretexto medioambiental, intentan reforzar su propio mercado con medidas proteccionistas o directamente con barreras comerciales, han sido capeadas por las empresas de nuestro sector, que han sabido moverse para poder encon- trar clientes alternativos que posibiliten, a su vez, un mercado europeo de materias primas secundarias saneado y sin exce- dentes, ni riesgos en el suministro. Por lo que, siendo China muy importante para la economía mundial, al ser la mayor fábrica TRIBUNA DE OPINIÓN 85