TRIBUNA DE OPINIÓN 66 Carlos Reinoso, director general de Aspapel La doble circularidad de la cadena del papel Los productos papeleros son naturales y proceden de fuentes renovables y locales. Además, no solo son reciclables, sino que de hecho se reciclan masivamente. Renovabilidad y reciclabilidad, combinadas, aúnan la circularidad natural (materias primas que no se agotan, que se regeneran y se vuelven a plantar) con la circularidad social e industrial del reciclaje (ciudadanos que tras el uso de los productos colaboran con las administraciones y la industria en su recuperación y reciclaje). Por ello, los sectores económicos integrados en la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón somos conscientes del potencial de esta cadena para liderar un nuevo modelo basado en la bioeconomía circular y la descarbonización. La cadena incluye actividades económicas muy variadas y heterogéneas: desde las plantaciones de madera para papel, pasando por la fabricación de celulosa y papel, las indus- trias fabricantes de productos papeleros (envases y embalajes de cartón ondulado y cartón estucado, bolsas de papel, material de papelería, papel tisú...), los sectores de la publicidad y marketing directo, impresión y edición, hasta la logística de entrega (servicios postales y de correos), cerrando el ciclo con la recuperación de los residuos de papel y cartón y su vuelta a las fábricas papeleras. Desde la sostenibilidad, del bosque al reciclaje, la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón es uno de los grandes motores de la economía de nuestro país por su efecto impulsor y de arrastre en el conjunto de la actividad económica, generando actividad en muchas otras ramas como la energía, química, metal, maquinaria, transporte, construcción, ingeniería y un larguísimo etcétera. Ocho organizaciones de la cadena de la celulosa, papel y cartón (Afco, Aspack, Aspapel, FGEE, La Bolsa de Papel, Mesa de la Nueva Recuperación, Neobis y Repacar) encargamos reciente- mente al prestigioso Centro de Predicción Económica CEPREDE un estudio de impacto de esta cadena de valor, que nos ha per- mitido conocer con detalle la aportación de nuestra actividad al conjunto de la economía. En primer lugar, la actividad de la cadena de valor genera una serie de efectos directos sobre el conjunto de la economía y el empleo. Las 17.377 empresas que integran la cadena contribuyen directa- mente a la economía española en términos de creación de empleo, inversión, volumen de negocio, generación de rentas y aportación a los ingresos del Estado. Con una facturación de 23.094 millones de euros y 182.370 puestos de trabajo, aportan a los presupuestos del estado 3.529 millones de euros. Para lograr esos niveles de producción las empresas de la cadena rea- lizan compras (14.566 millones de euros) e inversiones (842 millones de euros) por un valor total de más de 15.408 millones de euros. En su papel de cliente, a través de las compras e inversiones, la cadena demanda bienes y servicios a empresas españolas (12.035 millones de euros) y extranjeras (3.373 millones de euros), origi- nando toda una serie de efectos indirectos sobre el conjunto de la economía, contribuyendo a la generación de rentas, empleo y facturación en otros sectores económicos. Estos efectos indirec- tos se cifran en 23.023 millones de euros de facturación, 167.081 empleos y 3.488 millones de euros en impuestos y cotizaciones. Cubrir esta demanda de bienes y servicios procedente de la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón, precisa de creación