Las consecuencias de nuestros hábitos también se heredan; qué hacer como sociedad ‘No soy mi ADN’; con este contundente título Manel Esteller, médico, investigador y profesor de genética en la Universitat de Barcelona, bautiza su último libro, en el que aporta detalles acerca de las más recientes investigaciones sobre epigenética. “Entre el 10 y el 15% de las enfermedades humanas son hereditarias, en el resto tenemos la capacidad de modular el riesgo. El material genético te da tendencia a ser” (2), a rma el doctor Esteller. En el mismo sentido se expresa Bruce Lipton, doctor en Medicina e investigador en biología celular: “No somos víctimas de nuestra genética, en realidad es el ADN el que está controlado por el medio externo celular”, ha declarado. Por su parte, David Bueno, doctor en Biología, profesor e investigador de Genética en la Universidad de Barcelona, expresa así la in uencia de genes y ambiente: “La mitad de lo que eres lo determinan tus 24.000 genes, la otra mitad, tu entorno sociocultural”. Pero una de las aportaciones más importantes de la epigenética ha sido demostrar que el fenotipo también es heredable aún sin constituir material genético. En este sentido, se han realizado experimentos con ratones que constatan la in uencia de la dieta en los mecanismos epigenéticos así como la heredabilidad de las marcas químicas sobre el gen. Se observó que al introducir una nueva dieta (rica en grupos de metilo) a un determinado tipo de ratón, éste cambió el color de su pelaje; las crías nacieron con el nuevo color aunque esa característica no gurara en su secuencia genética. Al volver a modi car la dieta recobraron el tono original. Ya que los hábitos y todo nuestro entorno incide sobre el modo en que van a actuar nuestros genes, en n, sobre nuestra salud y la de nuestra descendencia (3), parece lógico pensar que los gobiernos abordarán este nuevo enfoque de la investigación biomédica, apreciando las aportaciones de los estudios epige- néticos a la prevención. Las alarmantes cifras sobre el consumo Una de las aportaciones más importantes de la epigenética ha sido demostrar que el fenotipo también es heredable aún sin constituir material genético de ansiolíticos, número de suicidios, etc., ponen de mani esto la necesidad de una intervención psicosocial transversal, y los especialistas debaten la idea de una ‘cultura emocional pública’ enmarcada en una losofía que subraya los bene cios de una salud preventiva que ahorre recursos. En este sentido se está llevando a cabo una experiencia en los municipios de Hostalric y Breda (Girona). Se trata del proyecto ‘Villas para el bienestar’, del doctor Bisquerra, que busca introducir valores emocio- nales y traducirlos en hábitos cotidianos para crear un clima más positivo en toda la población; “que aprendan a gestionar mejor las emociones desfavorables y a potenciar las favorables, aumentar la empatía y disminuir la violencia y la con ictividad, reduciendo los sentimientos negativos y las frustraciones”, explica el doctor. En este sentido, entra en escena la llamada neuroepigenética, que tiene ante sí la terea de dilucidar la forma en que los distintos factores psicosociales producen cambios en los patrones de metilación. Nos dirigimos hacia una medicina de precisión; a priori puede parecer inasumible para los sistemas de salud la implantación de estos nuevos fármacos de alta tecnología y coste, sin embargo, 8<< I+D