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39 VACUNACIÓN De estos acuerdos, casi 200 incluyen diversas formas de colaboración voluntaria que se basan en la transferencia de tecnología y el intercambio de conocimientos sobre los procesos y las tecnologías utilizadas para fabricar las vacunas, así como la formación de personal especializado para garantizar los estándares de calidad. Gracias a estos acuerdos, la capacidad mundial de producción de todo tipo de vacunas -que era de algo más de 4.000 millones de dosis al año antes de la pandemia- se ha triplicado sólo para las que combaten el coronavirus. ¿TAN NECESARIOS SON LOS ACUERDOS ENTRE EMPRESAS PARA AUMENTAR LA CAPACIDAD PRODUCTIVA? Son fundamentales. Hay que tener en cuenta que el proceso de fabricación de vacunas es muy complejo y requiere conocimientos específicos, tecnología puntera, instalaciones adecuadas, equipos humanos preparados y una experiencia que, en la actualidad, sólo está al alcance de unas pocas compañías en todo el mundo. De ahí la necesidad de esos acuerdos de transferencia para que otras compañías puedan sumarse a esa producción con las mismas garantías de calidad y seguridad. ¿QUÉ PAPEL HAN JUGADO LAS PATENTES EN ESTE PROCESO? Este logro sin precedentes ha sido posible gracias al sistema actual de propiedad industrial a través de las patentes, dado que genera un marco de protección y confianza a las compañías desarrolladoras para transferir conocimiento y tecnología a otras empresas, lo que, como se ha dicho, está siendo crucial para multiplicar la capacidad mundial de producción garantizando la calidad, eficacia y seguridad de cada vacuna que se produce. ¿ES SUFICIENTE ESTA PRODUCCIÓN PARA QUE LAS VACUNAS LLEGUEN A LOS PAÍSES DE TODO EL MUNDO? Sí. Las dosis producidas hasta ahora serían suficientes para vacunar a toda la población adulta en el mundo. Sin embargo, esta histórica ampliación de la fabricación se ve ensombrecida por la preocupación compartida de que las vacunas no llegan a todos los que las necesitan. La industria farmacéutica sigue pidiendo que se compartan las dosis distribuidas y renueva su compromiso de trabajar con los gobiernos para apoyar medidas que lo hagan posible. Según la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma), con la distribución de vacunas realizada hasta ahora, los países del G7 tienen reservas suficientes de dosis para vacunar a sus adultos y adolescentes y poner en marcha programas de refuerzo para proteger a los grupos de mayor riesgo, y disponen además de un número de dosis importante para distribuir a los países del tercer mundo. De hecho, según los análisis de Airfinity, los países del G7 y de la UE tendrán a final de marzo de 2022 un excedente de 1.400 millones de vacunas, incluso administrando dosis de refuerzo a su población.

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