COSMÉTICA bioencapsulan o se acompañan de otra molécula, con la finalidad de dirigirse más selectivamente a las células diana para ejercer su acción. Un ejemplo sería un producto despigmentante que pueda realizar su acción en la célula diana, que es un melanocito”. Irrumpiendo con fuerza en el mercado, los proteoglicanos de última generación; filtros solares biológicos que protegen frente a radiaciones UVA, UVB, IR, HEV y Wifi/Bluetooth; probióticos, microorganismos inactivados que estimulan las defensas propias de la piel para reequilibrarla en procesos anómalos como el acné; prebióticos, alimento que favorece el crecimiento de microor- ganismos beneficiosos en detrimento de los patógenos con el objetivo de reequilibrar el microbioma; auroreciclaje celular, esto es, activos que promueven el reciclaje de nuestras propias células dañadas, de manera que se descompongan y pasen a ser sustrato para formar nuevas estructuras (sostenibilidad celular); activos antipolución y hasta productos basados en la modificación de la expresión del gen (epigenética). Sobre esta cuestión, la respon- sable de I+D de Martiderm nos aporta más detalles: “Durante el envejecimiento de nuestra piel, las proteínas encargadas de las propiedades autorrenovadoras de la epidermis se ven reprimi- das por unas moléculas (miARN145); en Martiderm formulamos productos con un ingrediente que trabaja en la capa basal de la epidermis reprogramando las células y reactivando su potencial de regeneración (por disminución de los miARN145)”. Asimismo, Puig recuerda que “un producto cosmético debe actuar úni- camente a nivel de la epidermis. Con las nuevas tecnologías podemos llegar hasta las capas más profundas de la epidermis. Si alcanzamos la dermis o hipodermis, no estaríamos dentro de la categoría de producto cosmético a nivel regulatorio”. Al hilo de esta cuestión, la Dra. Susana Puig reconoce que “la legislación es dudosa dado que si se demuestra actividad habría que conside- rarlo fármaco. Lo mismo que los fotoprotectores, que son activos, pero no son fármacos”. En relación a este debate la presidenta de la Sociedad Española de Químicos Cosméticos, Ana Rocamora, argumenta que “la diferencia entre cosméticos y fármacos está en general bien deli- mitada legalmente por la definición de cosmético, que varía según los países. En la UE, para aquellos productos que, por su acción o composición, pueden parecer un medicamento, el reglamento establece que son las autoridades sanitarias de cada país las que deben decidir. Para ello hay directrices sobre los borderline products, para que tanto empresas como autoridades sanitarias puedan tomar decisiones. En EE UU, por ejemplo, hay un debate en estos momentos sobre este tema, ya que en su legislación la mayoría de cosméticos de tratamiento se consideran medica- mentos OTC. Así pues, este es un asunto importante, sobre el que se trabaja mucho a nivel legislativo en todo el mundo, buscando el equilibrio adecuado para proporcionar seguridad al consumidor sin limitar excesivamente la innovación cosmética”, concluye. Cosmética esencial: simple, efectiva y natural Ante la abrumadora oferta de los lineales resulta difícil para el consumidor reconocer aquellos que incorporan avances científi- cos probados y efectivos, además, sabemos que la presencia de un activo no garantiza su acción si no es a partir de determinadas concentraciones. Un mensaje en exceso optimista puede perjudi- 11 En el ámbito del equipamiento de laboratorio, ¿puede detallar cuáles son los aparatos o maquinaria más utilizados por la industria cosmética en cada proceso y cuáles son las prestaciones más valoradas? Gina Puig, directora de I+D de Laboratorio Martiderm “A escala de laboratorio es fundamental disponer de un sistema de agitación helicoidal y un sistema que incluya cizalla. Es importante realizar determinaciones de parámetros fisicoquímicos inicialmente y a lo largo del desarrollo del producto para poder establecer las especificaciones del mismo. Para ello es esencial disponer de pHmetro, densímetro, viscosímetro, microscopio, centrífuga..., y a ser posible un HPLC con el que podamos determinar cuantitativamente el contenido de ciertos activos críticos. Existen equipamientos de laboratorio que permiten predecir la estabilidad de una formulación, tanto en fase de desarrollo como recién fabricada o a lo largo de su vida útil. También es interesante poder disponer de un laboratorio microbiológico en el que realizaremos los controles para asegurar la ausencia de contaminación microbiana tanto a nivel ambiental como de producto. Finalmente concluir que el desarrollo de productos cosméticos incluye un estudio de escalado industrial, por lo que es muy importante disponer de un reactor piloto que nos haga de puente entre la elaboración del producto en el laboratorio (pequeñas cantidades) y la producción de un lote industrial”. Marc Xalabarder, director general de Neftis Laboratorios “Son muchos los equipos implicados. En Neftis disponemos de más de 120 equipos implicados en la fabricación de productos. En el proceso de control de calidad utilizamos los aparatos de medición y cuantificación de activo, como HPLC, UV e IR. Los equipos de estabilidad acelerada (lumifuge) permiten agilizar los timings en los desarrollos de productos. Para el proceso, desde balanzas a reac- tores y emulsionadores de todo tipo, fusoras y turboagitadores forman parte de nuestro día a día en la producción. Para las fases de acondicionamiento primario mencionaría envasadoras de ampollas de cierre por fusión, selladoras de tubos, envasadoras de viales, tarros, etc., lo que nos lleva a la fase final del proceso, que requiere de termoformadoras, encelofanadoras, encajadoras verticales y equipos de revisión óptica para el control de calidad. Para destacar algún equipo que pueda dar un valor añadido importante en la calidad de los productos fabricados podríamos mencionar los equipos de visión artificial, que permiten la detección de posibles partículas o impurezas subvisibles que impiden la liberación de un lote fabricado.