INMUNOTERAPIA 12 (mayoritariamente por encima del 20%), “y eso –prosigue Juan– es más fácil de entender que esperar un reequilibrio de la función del sistema inmunitario, que lleva un cierto tiempo. Aplicar una radiación o una quimioterapia que mate es más claro de entender desde el punto de vista de opción terapéutica. La inmunoterapia no suele ser tan rápida; se necesita un cierto tiempo para que el sistema inmunitario funcione”. Otra circunstancia que ha contribuido al impulso de estas tera- pias ha venido de la mano de los fármacos monoclonales, que han cambiado el criterio de evaluación de las respuestas. Así lo explica el doctor Juan: “Con la llegada de estos fármacos la industria ha conseguido cambiar los criterios de evaluación oncológica que se usan en la valoración de las agencias del medicamento; hasta entonces, a menudo ocurría que la inflamación que se produce al atacar con el sistema inmunitario el tumor hace que parezca que éste crezca (pseudoprogresión), y ante esta situación, de manera comprensible, el criterio de quienes no valoran bien el sistema inmunológico hacía descartar esta opción sin dar tiempo a com- probar si funcionaba en el paciente –en realidad, es positivo que haya inflamación porque eso significa que está funcionando–. Ahora se entiende que se necesita más tiempo para ver si después de la inflamación hay una mejora; este hecho ha sido definitivo. En todo caso, habrá que ver cómo se implementa, en qué casos se aplicará antes de una quimioterapia, en quiénes funcionará o no, etc.; especialmente porque, por ahora, las inmunoterapias dis- ponibles son tratamientos de alto coste”. Este objetivo pasa por identificar biomarcadores que ayuden en la predicción de quién responderá a la inmunoterapia, y a ello contribuirán nuevas prue- bas como los test genómicos o la biopsia líquida. También la microbiota de nuestro sistema digestivo puede cons- tituir un indicador de en qué pacientes es más probable que funcione un fármaco de inmunoterapia. Recientes investigacio- nes demuestran que la respuesta a una inmunoterapia depende de esa población bacteriana. En sentido contrario, aunque com- El Estado financiará las dos primeras terapias CAR-T comerciales y una pública, que fabricará el Hospital Clínic de Barcelona. En la parte inferior de la imagen un linfocito citotóxico que interacciona con una célula tumoral (la de mayor tamaño). sentido, la valoración de nuestro interlocutor es que “el interés por la producción de moléculas que actúan sobre la biología ha llegado cuando la química ya no daba mucho más de sí. Hoy las farmacéuticas ven que las terapias biológicas aportan nuevas opciones”. Uno de los factores que ha retrasado el desarrollo de la inmuno- terapia fue, en su momento, la irrupción de la quimioterapia, “que ha ido en gran parte en contra de las opciones de inmunoterapia: administrar un tóxico directamente contra el tumor, también suele ser tóxico para el sistema inmunitario”, recuerda Juan. Aunque existen distintas quimioterapias y pautas de tratamiento en función, entre otros factores, de la fase tumoral, el caso es que con quimioterapia se consiguen respuestas rápidas y relevantes