que escogemos, requiere utilizar nuestras manos, como en el caso del bricolaje, podemos afirmar que se trata de una actividad de ocio terapéutico ya que, al tener que emplear todos nuestros sentidos, nos sentimos más conectados con lo que estamos haciendo y nos llegamos a implicar emocional y personalmente”. Más concretamente, el bricolaje, al requerir de una concentración buscada, aporta los siguientes beneficios físicos y mentales: • Reducir el estrés y los episodios de ansiedad. • Estimular la creatividad. • Potenciar la capacidad de resolución de problemas no convencionales. • Aumentar el grado de satisfacción por el ahorro económico que suponen. • Mejorar la autoestima y sentirse realizado al llevar a cabo un pro- yecto de forma libre y autónoma. • Mejorar la psicomotricidad final al trabajar la coordinación de las manos creando unas buenas conexiones cerebrales. • Mejorar el estado de los huesos y el tono muscular, ya que requiere un gasto energético. Por otro lado, recientes estudios científicos, como el realizado por The Swedish School of Sport y publicado en el British Journal of Sports Medicine, afirman que este tipo de actividad puede reducir el riesgo cardíaco y de derrame cerebral. Además, desde el punto de vista de la prevención también proporciona una buena salud ocular. ¿A qué personas se recomienda? Ortiz explica que el bricolaje está especialmente indicado a per- sonas con un sobreesfuerzo intelectual (debido por ejemplo a permanecer muchas horas delante de un ordenador). También a personas con un trabajo muy rutinario y poco creativo, ya que per- mite hacer ‘volar’ la creatividad e imaginación, así como estimular sentidos que de normal no haríamos. Esto mismo explica que en realidad sea beneficioso para todas las personas que quieran sen- tirse realizadas, llenas y funcionales, y aprender a usar y explotar su creatividad. También para las que deseen hacer algo por ellas mismas o para los demás, quieran sentirse mejor con su entorno, incluso aunque solo sea para mejorarlo estéticamente. En cuanto a los grupos de edad, se recomienda especialmente a personas que se sienten capaces de hacer cosas en beneficio propio o ajeno. No importa el nivel de formación, lo más recomendable es ir de menor a mayor complejidad y siempre contando con altas dosis de realismo en relación a nuestras posibilidades. Hay que evi- tar frustrarse con proyectos poco realistas alejados de nuestro nivel de aptitud y aprendizaje. El método Montessori en bricolaje Sergio Ortiz afirma que el bricolaje puede “potenciar y estimular las capacidades de los más pequeños en las diferentes etapas de desarrollo mejorando su adaptación al entorno”. En este sentido, conviene mencionar el modelo educativo de María Montessori, conocido por método Montessori y que, según la educadora y coor- dinadora del Ciclo de Educación Infantil del Colegio Montessori de Zaragoza, María José Heras, “permite que el niño se vuelva más autónomo lo cual le hace llevar su ritmo de aprendizaje y no sentirse frustrado. Se les enseña a ser ordenados y limpios, y da importancia a la vida práctica”. El bricolaje ofrece la oportunidad de aplicar este modelo educativo en la elaboración del material, “en Montessori se utilizan materiales de madera, con unas dimensiones específicas, unos pesos determinados. Las lijas, los listones de madera, los cilin- dros... Todo ello les hace percibir el peso, las texturas, las formas. Es material sensorial”, explica María José. Asimismo, el bricolaje permite aplicar este método a través del mobiliario y del entorno en casa. Existen algunos muebles como son la torre de aprendizaje, la librería, el gimnasio o la cuna Montessori, que pueden fabricarse sin gran nivel de dificultad y que permiten fomentar los principios básicos del modelo educativo Montessori tales como fomentar la autonomía del niño, motivarle a la manipu- lación y a la utilización de los sentidos y estimular su atención. • 37 DIY El bricolaje ofrece la oportunidad de aplicar el modelo educativo Montessori en la elaboración del material de madera.