Iván Rodríguez Calzada, gerente de Apecs, Asociación de Profesionales de España en Cerrajería y Seguridad Formación reglada en cerrajería: necesidad o quimera Antes de meternos en harina, si el lector espera un artículo reivindicativo en favor de la formación reglada en el sector de la cerrajería, puede terminar su lectura en este punto. Un servidor no va a cometer tal tropelía. Lógicamente desde mi punto de vista. Es muy importante saber de qué estamos hablando, ya que conforme la visión de cada lector, ésta lectura se puede interpretar de una manera o de otra. No cumpliéndose el objetivo de quien lo redacta. Hay que distinguir la cerrajería en cuanto a si se refiere a instalación, mantenimiento, reparación, reposición y/o apertura. Si estamos hablando de instalación, cabe decir que la formación hoy por hoy es bastante accesible por parte de cualquier persona/empresa. Cualquier fabricante, distribuidor, centro de formación, asociación, sin hablar del gran ‘formador’, Internet, pone al alcance de cualquier interesado un gran número de detalles, incluidos tutoriales, para una correcta instalación. Además de los propios manuales que van con los productos a instalar. Sí, esos papeles que nadie lee y se tiran a la basura sin hacer buen uso. Por desgracia para nuestro sector, el mantenimiento preventivo, esto es, el que se hace con el obje- tivo de que el producto alargue su vida en el tiempo, no está arraigado como tal. No obstante, y de cara a la formación, los mismos agentes que para la instalación, ofrecen el servicio sin ningún tipo de complejo ni restricción. El asunto formativo se pone un pelín más complicado cuando habla- mos de reparación y reposición. Aquí ya hay que empezar a indagar un poco más porque nos metemos en un argot más complejo de referencias, modelos, nomenclaturas, herramientas específicas y otros. En ocasiones, los fabricantes no ofrecen formación en mate- ria de reparación, ya que están para eso, para fabricar, con lo que proponen la reposición. Y en muchos casos con información sobre adaptación a nuevos modelos, con lo que, ya tenemos la formación. Los distribuidores, similar a los fabricantes. Internet aquí se lleva la palma, más que nada, por el grado de detalle con tutoriales, de manera que podemos decir que la formación está más o menos al alcance del internauta. Pero cuando hablamos de apertura, la formación sube un escalón y se pone todavía más complicada, aunque no imposible. El fabricante es raro que te enseñe como violar su producto. El distribuidor, tam- poco. En parte es lógico, además no es su especialidad ni está para ese menester. Lo de Internet es como para hacérselo mirar y muy en serio, ya que en este mundo siempre hay alguien que por compartir, comparte hasta cómo hacer que un ladrón entre en su casa sin dejar ni rastro. De todo hay en la viña del TRIBUNA DE OPINIÓN 54