70 OPINIÓN La tiranía de las palabras o los problemas derivados de una información imprecisa Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (Asepal) Decía Aristóteles que un hombre es dueño de su si- lencio pero esclavo de sus palabras. Este dicho, que es aplicable a todos los ámbitos de la vida, ad- quiere una relevancia especial en el ámbito de la seguridad. En efecto, toda palabra o mensaje que se transmita y cuya finalidad sea la de transmitir información que afecta a la in- tegridad física o seguridad de las personas deberá estar perfectamente medida y deberá ser exquisitamente in- equívoca con el fin de que el usuario sepa perfectamente, y sin ningún género de dudas que siguiendo la información transmitida por el emisor, su seguridad no correrá peligro. La imprecisión o ambigüedad en el lenguaje en asuntos re- lacionados con la seguridad puede conllevar consecuen- cias nada deseables, como las emprendieron las autoridades finlandesas contra un fabricante de gorros de protección destinados a la protección de la cabeza en acti- vidades como el esquí alpino y el patinaje sobre hielo. La información que puede consultarse en el enlace es todo un ejemplo de la diligencia con la que pueden actuar de forma preventiva las autoridades de vigilancia de mercado en su labor de velar por la seguridad de los usuarios. De forma resumida, el fabricante contra el que se em- prendieron acciones comercializaba estos gorros como Equipos de Protección Individual (EPI) de categoría I, ade- más en su folleto publicitario se informaba de que el gorro protege la cabeza en caso de impacto y hacía mención a que la seguridad del producto estaba certificada en base a unos ensayos realizados por una universidad europea. Por último, el gorro no iba acompañado de las instruccio- nes de uso que indicasen al usuario en qué situaciones puede utilizarse o cuáles son los límites de utilización, por lo que las autoridades estimaron que estos gorros podían dar una falsa sensación de seguridad e inducir al consu- midor a creer que tienen las mismas cualidades protec- toras que un casco (EPI de categoría II). Pese a que el fabricante incorporaba una advertencia de que el gorro no panorama