76 Por ejemplo, un proveedor que lleve varios años trabajan- do en un sector determinado, ante un cambio del nivel de exigencia del sector, del mercado o de un cliente de- terminado deberá —después de un plazo— certificarse en ciertos Sistemas de Gestión de la Calidad (o, por ejem- plo, referenciales para el sector de la automoción) para seguir optando a pedidos en dicho sector o del cliente en particular. Sin embargo, un proveedor que quiera introdu- cirse en un nuevo mercado, puede encontrarse con la ba- rrera de entrada de tener que certificarse en ciertas certificaciones como condición para poder iniciar una re- lación comercial. En resumen, existe bastante variabilidad en los procesos de homologación y certificación, siendo algunos criterios principales: - El sector del que estemos hablando y el grado de des- arrollo del mismo - Las normas existentes - El mercado y sus variaciones - La situación oferta-demanda - Las leyes vigentes - Las necesidades de la empresa cliente y su presencia en el mercad (poder de negociación, capacidad para imponer referenciales propios, etc.) - La situación del proveedor con respecto al sector, mer- cado, producto, etc. Normalmente, el conseguir la homologación de una em- presa con respecto a un cliente debería dar mayores ga- rantías a la misma para ser tratado como proveedor preferente, y por lo tanto tener mayor facilidad para poder optar a nuevos contratos de aprovisionamiento de pro- ducto/servicio. Pasos a seguir en la homologación de un proveedor Para poder homologar a un proveedor es evidente que antes tendremos que haber diseñado un Sistema de Ho- mologación de Proveedores. El diseño final del sistema dependerá del sector en que trabajemos y de la empresa en la que nos encontremos. Sin embargo, la regla general sería la siguiente: “el proveedor deberá cumplir con una serie de requisitos mínimos en ciertos criterios definidos por la compañía”. Dentro de esta regla general, el trabajo que tendremos será definir cuáles son estos requisitos mínimos a cum- plir. Las distintas áreas en las que se ubicarían estos re- quisitos mínimos podrían ser: área tecnológica, área de calidad, área de aprovisionamiento, área de coste, área de negocio. - En el área tecnológica incluiríamos aspectos como la política de inversión tecnológica de la compañía prove- edora, su capacidad para seguir desarrollando produc- tos/servicios acordes con nuestras necesidades o la capacitación y disponibilidad de su equipo técnico. - En el área de calidad, deberíamos incluir aspectos como el tipo de Sistemas de Gestión de la Calidad del prove- edor que le permiten asegurar una dinámica de mejora continua, el prestigio de sus productos/servicios en el mercado o las certificaciones de las que dispone. - En el área de aprovisionamiento nos centraríamos en observar cuál es su flexibilidad de aprovisionamiento, cuál es su política de gestión de inventarios o cuál es su capacidad de respuesta en términos de reactividad. - En el área de coste nos fijaríamos por ejemplo en su posicionamiento en el mercado, en su planteamiento contractual con respecto a los Costes (agresividad, mejora anual de precios mediante mejora continua, concreción de la oferta, etc.) o en la competitividad de su estructura de costes gracias a un modelo de nego- cio diferenciado. - Finalmente nos fijaríamos en el área de negocio, donde podríamos observar desde que el Plan Estratégico del Proveedor esté en sintonía a con nuestros propio Plan Estratégico, hasta su Política de Responsabilidad Social o Medioambiental, o la Integridad con la que trabaja. La estructura del sistema debería estar basada en el des- arrollo de las anteriores áreas, con criterios y foco espe- cífico en cada uno de ellos de una manera acorde a las necesidades particulares de la empresa cliente. I logística aplicada